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Viernes 10 de Mayo de 2024

Guerrero, México

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Niños damnificados de Chichihualco van a clases en una galera sin paredes y techo de lámina

Fueron reubicados hace 5 años en Nuevo Balsamar, Zumpango, donde no hay infraestructura educativa. Además de 51 alumnos de primaria, 41 de telesecundaria acuden a estudiar a dos cuartos de una casa en obra negra que les prestaron

Abril 18, 2023

Niños de la primaria Raúl Isidro Burgos, de la comunidad Nuevo Balsamar, municipio de Eduardo Neri, toman clases casi a la intemperie Foto: Lenin Ocampo Torres

Zacarías Cervantes

Nuevo Balsamar

En Nuevo Balsamar, municipio de Eduardo Neri (Zumpango), a 20 minutos de Chilpancingo, 51 niños de la primaria Raúl Isidro Burgos reciben sus clases desde hace cinco años en una galera sin paredes, con horcones y techo de lámina galvanizada.
En tanto que los 41 alumnos de la telesecundaria Francisco González Bocanegra, de esta misma localidad, ocupan desde hace dos años dos cuartos de una casa en obra negra, que les prestaron. Antes, los estudiantes recibían sus clases a la intemperie o en galeras sin paredes.
Los directivos de estos planteles en esa comunidad, habitada por familias reubicadas de Balsamar, municipio de Leonardo Bravo (Chichihualco), que resultaron damnificadas por las lluvias de la tormenta Manuel en 2013, denunciaron que el gobierno estatal dio marcha atrás a un acuerdo del año pasado, para la construcción de las escuelas durante este y el próximo año.
El director de la primaria, Miguel Ángel Barrera, informó que llevan cinco años trabajando en estas condiciones, a pesar de que desde 2021 cuentan con su clave, matrícula escolar y con los documentos de la donación del terreno para que se construyan las aulas.
Explicó que han sobrellevado el funcionamiento de las escuelas con las donaciones de algunas personalidades y cooperaciones de los padres de familia.
Las tres aulas de la primaria se encuentran sobre una plataforma de tierra, en la que los vecinos levantaron con horcones de madera una sola galera, sin paredes que dividan a los “salones”; el techo es de fajillas y lámina galvanizada.
La galera se encuentra en lo alto, a media falda de una loma, y al mediodía las violentas corrientes de aire arrastran gruesas nubes de polvo de las calles sin pavimentar, que pasan sobre cuadernos y libros de los alumnos, quienes, si bien cuentan son butacas, no tienen pizarrones ni otro tipo de mobiliario o material didáctico, con el que sus profesores se puedan apoyar para su enseñanza.
“Esto es un poco desesperante, ustedes ven las condiciones en que estamos trabajando. Ahorita es el polvo y el aire fuerte, y en la temporada de lluvias se nos presenta más fea la situación, por el agua que nos pega fuerte, por la falta de paredes y por el lodo por el que tenemos que pasar para llegar hasta aquí”, contó Miguel Ángel Barrera.
Se quejó que no han recibido el apoyo de las autoridades de los tres órdenes de gobierno. “Nos hemos acercado al municipio, con la presidente municipal de Eduardo Neri, Sara Salinas Bravo (del PT), pero desafortunadamente no hemos tenido respuesta. Hemos ido al Instituto Guerrerense de Infraestructura Física Educativa (IGIFE), y a la misma Secretaría de Educación Guerrero (SEG) a entregar solicitudes para que nos construyan las aulas, y nos dicen sí, pero ya llevamos cinco años y no hay nada”.
El director de la primaria informó que en junio del año pasado se reunieron sus maestros, las del preescolar y de la telesecundaria, con André Gordillo Olivares, secretario técnico de la gobernadora Evelyn Salgado Pineda, quien se comprometió a que en 2022 se construirían las dos aulas de preescolar, en 2023 las tres de la primaria y en 2024 las tres de la telesecundaria.
Sin embargo, denunció que el año pasado sólo se construyó una de las dos de preescolar y en enero pasado les informaron “que siempre no” se van a construir este año las tres de la primaria, porque no se incluyeron en el presupuesto de este año.
El director Miguel Ángel Barrera hizo un llamado a las autoridades educativas, “para que nos den respuestas favorables. En este caso el IGIFE y el secretario de Educación, Marcial Rodríguez Saldaña”.
Aseguró que las autoridades saben en qué condiciones están trabajando.
Informó que el mismo secretario Rodríguez Saldaña visitó en noviembre pasado esa escuela, “aquí lo tuvimos, vio como está nuestra escuela y dijo que este año nos la construirían, pero ahora resulta que siempre no”.
El maestro reconoció que sus gestiones se complican por la falta de reconocimiento de las autoridades a la comunidad, “con Leonardo Bravo (de donde vienen los desplazado) ya no se tiene ningún contacto y con Eduardo Neri (a donde pertenece ahora Nuevo Balsamar) hemos tenido acercamientos, pero no hay respuesta. Su argumento es que no es una localidad reconocida por el municipio, entonces, ellos dicen que no le pueden meter recursos a algo que no tiene certeza jurídica”.
Mientras tanto, añadió que la matrícula va en aumento, pues cuando llegaron eran 27 niños y en cinco años han aumentado a 51, “y va a seguir aumentando, pero mientras, las condiciones son desfavorables para nosotros. Trabajar en estas condiciones no se puede”, se quejó.
Por separado, los 41 alumnos de la telesecundaria Francisco González Bocanegra trabajan en tres reducidos cuartos de una casa particular, que se encuentra en obra negra.
El director Antonio Salazar informó que hace dos años les prestaron esta casa, construida de tabicones, sin revocar, y con techo de lámina galvanizada, construida en la parte alta de Nuevo Balsamar. Dijo que es la única casa que a simple vista se aprecia en mejores condiciones, en relación con el resto de las viviendas construidas por Sedatu para los damnificados de la tormenta Manuel.
Los alumnos de la telesecundaria no cuentan con butacas y tienen que improvisar sus asientos y soportes para sus cuadernos y libros, con cualquier objeto de madera o metálico.
Atienden el plantel tres maestros y el director, quienes no cuentan con pizarrones, escritorios, archiveros, ni lo esencial, como un televisor o señal de internet.
Antonio Salazar informó que antes de que les prestaran la casa, los alumnos recibían sus clases a la intemperie o en galeras, como las que utiliza la primaria Raúl Isidro Burgos.
En tanto, los 21 niños del jardín de niños Josefa Ortiz de Domínguez se hacinan en la única aula que les construyó el IGIFE el año pasado.