EL-SUR

Martes 21 de Mayo de 2024

Guerrero, México

Guerrero  

Reciben familias los cuerpos de 5 desaparecidos que estuvieron 3 años en la morgue de la capital

Quedaron almacenados porque la Fiscalía del estado no hacía los estudios y la confrontación de datos para su identificación, denuncian

Zacarías CervantesChilpancingo

Junio 16, 2018

 

Familiares de cinco desaparecidos de los municipios de Chilapa, Zitlala y Atlixtac recibieron ayer los restos de sus parientes identificados por el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF), que hizo los estudios de ADN en marzo y en septiembre del año pasado.
Personal del EAAF tomó muestras a 34 familias de igual número de personas desaparecidas para la confronta de datos con los cadáveres que están en el Servicio Médico Forense (Semefo) de Chilpancingo.
Con los resultados entregados el 11 y el 12 de junio fueron identificadas 6 víctimas de esos tres municipios, desaparecidas desde finales de 2015.
Mientras tanto los familiares de una sexta persona se rehusaron a recibir sus restos por la falta de apoyo de la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas (CEAV) para pagar los gastos funerarios.
Los familiares reclamaron la entrega de los restos a la Fiscalía General del Estado (FGE) con el apoyo del Centro Regional de Derechos Humanos José María Morelos y Pavón (Centro Morelos), y aproximadamente a las 5 de la tarde recibieron lo que quedaba de sus familiares, tras más de tres años depositados en el Semefo porque la FGE no hacía los estudios y la confronta de datos para su identificación.
“No son cuerpos los que están recibiendo los familiares, son restos por la negligencia tanto de la Procuraduría General de la República (PGR) como de la Fiscalía. Los cuerpos fueron localizados desde el 5 de enero del 2016, apenas pocos días después de su desaparición, y si las instituciones hubieran realmente hecho su trabajo las familias no tendrían que haber esperado más de 3 años para saber que los resultados eran positivos”, denunció el director del Centro Morelos, Manuel Olivares Hernández.
Ayer los familiares de cinco de los seis identificados tuvieron que esperar de las 11 de la mañana a las 5 de la tarde para recibir a sus familiares fallecidos. Durante casi 6 horas hicieron trámites para solicitar la entrega de sus familiares muertos y trasladarlos a sus lugares de origen para sepultarlos.
Olivares Hernández informó que los restos de una sexta persona serán entregados el 28 de junio debido a que sus familiares se inconformaron ante la CEAV porque solamente les ofrecieron apoyo para el ataúd, el traslado y un cheque de 3 mil 500 pesos para gastos funerarios.

Hijos, albañiles, jóvenes, se cuentan entre las víctimas de la violencia

Los restos de uno de los desaparecidos son de Bonifacio Ramírez Hermelindo, quien tenía 35 años cuando desapareció el 25 de diciembre del 2014. Era de Alpoyeca, municipio de Atlixtac.
Alejandra, su madre, declaró ante la FGE cuando presentó la denuncia, que el día que desapareció su hijo fue a vender tomate a Chilapa, que él mismo cultivaba.
Después de vender su producto el joven se trasladó a la tienda Chedraui en donde un taxista de su pueblo lo vio parado con un garrafón de agua en la mano y cuando le dijo que se fueran, el ahora finado le dijo que se quedaría un rato más, desde entonces ya no lo volvieron a ver vivo.
Otro de los identificados es Miguel Sánchez Mateos quien tenía 24 años cuando desapareció el 12 de diciembre del 2014. Era originario de San Lucas Teocuitlapa, municipio de Acatepec, pero vivía en la colonia Los Chapulines de Chilapa.
El padre de Miguel informó que su hijo era albañil y que el 12 de diciembre de 2014 salió de su casa a la escuela primaria Dominga Sánchez en donde trabajaba en la construcción de unas aulas.
Contó que ese día el ingeniero de la obra le llamó para que fuera a abrir el portón porque llevarían material. Su hijo ya no regresó, y el 15 de diciembre desaparecieron otros dos albañiles que trabajaban en la misma obra.
También fue identificado Mauro Migueleño Joaquín de 26 años, quien desapareció el 24 de diciembre de 2014. Era originario de Alcozacán, municipio de Chilapa. Rosalinda, su madre, relató que el día que desapareció su hijo fue a “pasear” a Chilapa a donde los jóvenes de su pueblo acostumbran ir ese día a la celebración de una posada, y ya no regresó.
El tercero es Juan Santos Santiago, quien tenía 19 años cuando desapareció el 30 de diciembre de 2014. El ahora occiso era de El Terrero I, municipio de Chilapa, y aproximadamente a las 8 de la mañana del día que desapareció se encontraba en la base de las camionetas que dan el servicio de transporte a su pueblo, acompañado de su primo Roberto Santos Cruz, y las mamás de ambos quienes traían a vender al mercado productos de su comunidad. Los cuatro acordaron reunirse a las 12 del día para regresar juntos a su pueblo.
La mamá de Juan dijo que minutos después vio a su hijo que discutía con unos desconocidos y cuando a señas le preguntó qué pasaba el joven le respondió, también con ademanes, que se siguiera de largo.
A las 12 cuando regresaron al lugar que quedaron de verse los dos jóvenes no llegaron, y las dos mujeres fueron a buscar a sus hijos hasta las 4 de la tarde pero no los encontraron.
El quinto de los cadáveres que fue reclamado por sus familiares fue el de Roberto Santos Cruz de 24 años, quien desapareció el mismo día, en el mismo lugar y en las mismas circunstancias que su primo Juan Santos, también era originario de El Terrero I.
Manuel Olivares informó que los restos de la sexta persona que fue identificada tras el cotejo de las muestras del ADN aplicadas por personal del EAAF serán entregados el 28 de junio como fue el acuerdo de sus familiares con el presidente de la CEAV, Luis Camacho Mancilla, en una reunión la tarde del jueves pasado.
Los restos de estos cinco hombres fueron hallados el 5 de enero de 2015 en el paraje conocido como El Huizache, municipio de Chilapa. En ese lugar había seis fosas clandestinas de las que fueron exhumados 10 cuerpos completos y 11 cabezas, pero la FGE no realizó a tiempo los estudios para conocer los perfiles genéticos de las víctimas, y no fue posible identificar los cadáveres hasta que aplicó los estudios el EAAF, insistió Olivares Hernández.
La CEAV contrató los servicios de la funeraria Chilpancingo para el traslado a los lugares de origen de las víctimas a fin de que sus familiares finalmente los sepulten.