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Jueves 06 de Junio de 2024

Guerrero, México

Guerrero  

Retienen vecinos de Carrizalillo a cinco policías federales y a un halcón de Guerreros Unidos

Iban a detener al presidente del Comisariado Ejidal, Ricardo López encabezados por Modesto Onofre, de quien su familia abandonó el pueblo después de que denunció que era extorsionada. Los agentes iban por él para exigirle dinero porque maneja los fondos de los ejidatarios que rentan sus tierras a la minera Gold Corp, afirma el líder de los campesinos. Exhiben al presunto informante vestido con una camisola de las Fuerzas Especiales de la PF

Zacarías CervantesChilpancingo

Octubre 29, 2015

 

Vecinos de Carrizalillo, municipio de Eduardo Neri, mantenían retenidos anoche a cinco policías federales y a un presunto halcón (vigilante de la delincuencia), señalados como participantes en el grupo criminal Guerreros Unidos y quienes iban a detener al presidente del Comisariado Ejidal, Ricardo López García.
Cerca de las 4 de la tarde se observó a ocho agentes retenidos, pero al cierre de esta edición López García dijo que sólo tenían a cinco; no informó el destino de los otros tres, y se presume que  fueron liberados.
Los agentes federales a bordo de las patrullas 15121 y 17231 llegaron a las 11 de la mañana al poblado. El presidente del comisariado ejidal, López García, declaró que en una de ellas iba Modesto Onofre Peña Celso, y dijo que fue quien lo acusó ante los policías federales para que fuera detenido en la entrada del pueblo.
Modesto Onofre es hermano de Celso Onofre Peña, quien el 22 de octubre fue asesinado en Iguala junto a su padre, Antonio Peña Montiel y Justino Camargo, éste último trabajador del primero, en la colonia Nuevo Horizonte de Iguala. Su familia abandonó el pueblo de Carrizalillo después de que denunció que era extorsionada.
El comisariado informó que los agentes federales lo detuvieron a la entrada del pueblo cuando se dirigía a sus oficinas. Explicó que el comandante de la Policía Federal de inmediato lo increpó y le dijo: “ya estás bien cagado, estás manejando dinero del narcotráfico”, lo esposaron y después lo trasladaron a su casa.
Cuando los habitantes se percataron de su detención tocaron las campanas del pueblo y se concentraron y rodearon a los agentes cuando todavía estaban en la casa del presidente del comisariado, en donde los policías hicieron tres disparos al aire y se metieron en busca supuestamente de armas.
López García declaró que supone que iban por él porque querían extorsionarlo debido a que maneja el dinero que reciben los ejidatarios por la renta de sus tierras a la minera Gold Corp, que explota la mina Los Filos-El Bermejal.
Más de 200 habitantes del lugar mantuvieron retenidos desde las 12 del día hasta aproximadamente las 3 de la tarde a los agentes federales frente a la casa del presidente del comisariado, allí cerca estaban las dos patrullas con las llantas desinfladas.
Ya casi a las 4 de la tarde, las decenas de pobladores, hombres mujeres y niños bajaron a los uniformados y a Onofre Peña hacia la comisaría municipal, en donde esperaban a las autoridades estatales y federales para entregárselos, pero con la garantía de que no serían liberados.

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Los retenidos también son acusados de que el 27 de marzo irrumpieron en el pueblo y asesinaron a Miguela Barrios Ojeda de 80 años, a Bertha Santos Peña de 36, a Yesenia Villalva Montiel y a Fabián Adame Durán de 26 años. Ese día, hombres armados entraron a las casas de las víctimas y les robaron dinero en efectivo y alhajas.
Asimismo el comisariado ejidal denunció que fueron los agentes federales acompañados por Modesto Onofre Peña los que hace dos meses mataron a su hijo Ricardo López Vargas, en la entrada del pueblo.
Onofre Peña fue exhibido por los habitantes vestido con una camisola con el logotipo de las Fuerzas Especiales de la Policía Federal y un pantalón de mezclilla. Aseguraron que al momento de que fue retenido junto con los agentes federales llevaba puesta una capucha.
López García informó que incluso cuando los habitantes retuvieron a los agentes y al civil, el comandante de quien no fue posible conocer su nombre, le pidió que dejara ir a los agentes y que le dejaban a Onofre Peña, “para que hagan con él lo que quieran”.
Los vecinos mostraron en la patrulla 15121 varias armas largas, entre ellas una Barret para cartuchos 50 milímetros. Según los habitantes pretendían sembrarlas al comisariado para que pudieran detenerlo.
Después de las 4 de la tarde cuando los habitantes habían trasladado a los policías federales y al civil a la comisaría municipal, en la entrada del pueblo se encontraban soldados del Ejército, policías federales y agentes de la Policía Ministerial, en espera de instrucciones para rescatarlos.
A su vez los habitantes esperaban la llegada de autoridades estatales para entregárselos pues no querían que se los llevaran los militares y policías federales, pues dijeron que venían de Iguala y que estaban coludidos con el grupo criminal Guerreros Unidos, al que responsabilizan de ejecuciones, levantones y detenciones arbitrarias en la zona.
Dijo que le encontraron un celular a uno de los agentes federales en el que le mandaron un mensaje que decía: ¿ya tienen al comisariado ejidal, flota?”.
El comisariado advirtió que a partir de la acción de los habitantes ayer, sabe que habrá represalias en su contra, “seguro me van a matar, pero el pueblo ya no puede seguir permitiendo que sigan cometiendo atropellos”.
Agregó que ayer cuando entraron los federales al pueblo rompieron con las culatas de sus armas los cristales de siete vehículos particulares que se encontraron en las calles.
También los acusaron de que fueron los mismos que el 23 de octubre del año pasado detuvieron al tesorero ejidal, Aarón Peña, a quien acusaron de delincuencia organizada y posesión de droga.
Denunciaron que en marzo del 2014 detuvieron y torturaron a David Fernando Gómez, quien sigue detenido, acusado por delincuencia organizada.
Hasta las 8:30 de la noche los policías federales y Modesto Onofre Peña seguían retenidos  afuera de la Comisaría Municipal, mientras tanto, en la entrada del pueblo seguían unos 100 militares, aproximadamente 30 policías federales e igual número de policías ministeriales del estado en espera de que las autoridades negociaran la libertad de los retenidos.
En el interior del pueblo seguían las dos patrullas con las llantas ponchadas, en los accesos principales habían atravesado vehículos y bloqueado las calles con piedras y troncos para impedir que los agentes federales pudieran rescatar a sus compañeros y sacarlos en las patrullas.