EL-SUR

Sábado 01 de Junio de 2024

Guerrero, México

Guerrero  

Sepultan entre música y dolor a los cuatro comunitarios asesinados por sicarios en Tixtla

Después de la emboscada a los policías comunitarios, este jueves volvieron a la ciudad dos retenes de la Fuerza Estatal

Lourdes ChávezTixtla

Noviembre 28, 2015

Los cuatro policías comunitarios de 23, 25, 32 y 40 años de edad, pertenecientes a la Casa de Justicia La Patria Es Primero, de la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias (CRAC) en Tixtla, fueron llevados al camposanto con música de viento y guitarras.
La CRAC pidió a reporteros evitar fotografías del cortejo y de los policías comunitarios que han dado su servicio con el rostro cubierto el último año, para evitar más detenciones de sus integrantes, como ocurre desde las aprehensiones de los principales líderes en 2013.
Pronto se supo que entre los fallecidos estaban dos comandantes que dirigían la logística de la seguridad, y dos jóvenes recién incorporados.
Después de la emboscada a los policías comunitarios, este jueves volvieron a la ciudad dos retenes de la Fuerza Estatal, que se habían retirado luego de la persecución en contra de alumnos de la Normal Rural de Ayotzinapa, el 11 de noviembre, en la carretera de cuota Tixtla-Tierras Prietas.
Aquel retiro de la fuerza estatal de la cabecera municipal, según las versiones, se debió a que el retén que se encontraba cerca de la caseta de cobro les bloqueo el paso a los estudiantes, lo que provocó enojo en algunos vecinos.
La Policía del Estado sólo mantuvo permanente un retén con equipo antimotín en El Puente de El molino, en la carretera vieja a Chilpancingo, pero que desde la agresión a los comunitarios ya no está en ese lugar. Se advirtió que por esa vía entraron a Tixtla y huyeron a Chilpancingo los sicarios que emboscaron a los comunitarios.
A las 9 de la mañana, tres ataúdes fueron escoltados por unos 200 vecinos a una misa en la iglesia de la Natividad, en el barrio de El Santuario, luego de una hora, los cuerpos de dos policías comunitarios fueron llevados por la avenida principal al panteón viejo, y otro al cementerio de la Villita. Por la tarde se enterraría el último de los fallecidos. No hubo reporteros cerca para evitar la divulgación de los nombres de los policías asesinados por seguridad.
Algunas familias salieron a las calles a ver, como homenaje, el paso de los fallecidos, que al frente eran cubiertos con la fragancia de copal, seguidos por dos guitarristas y al fondo por una banda de música de viento.