EL-SUR

Viernes 17 de Mayo de 2024

Guerrero, México

Guerrero  

Sólo funcionan 54 de 134 plantas tratadoras de aguas negras que hay en la entidad: CAPASEG

Es “urgente” rehabilitar las que no operan, dice el director del organismo, Facundo Gastélum Félix. Advierte que Guerrero es el último lugar en cobertura de agua potable, penúltimo en drenaje y saneamiento, y sólo el 23% tiene agua diario. Atribuye el mal estado de las plantas a la “apatía” de los gobiernos municipales que no invierten en ellas ya que son obras que “no generan votos”

Junio 09, 2023

El titular de la Comisión de Agua Potable, Alcantarillado y Saneamiento del Estado de Guerrero (Capaseg), Facundo Gastélum Félix, en entrevista en su oficina en Chilpancingo Foto: Emiliano Tizapa Lucena

Emiliano Tizapa Lucena

Chilpanicingo

En Guerrero existen 134 plantas de tratamiento de aguas residuales, de las cuales sólo 54 están en funcionamiento, de acuerdo con el titular de la Comisión de Agua Potable, Alcantarillado y Saneamiento del Estado de Guerrero (CAPASEG), Facundo Gastélum Félix.
Las consecuencias es que la mayoría de las aguas contaminadas por el uso humano se vierten en los mantos de agua como ríos, lagunas y los mares, ejemplos de ello, contó, son los condominios de la zona Diamante en Acapulco que vierten sus aguas al mar y a la laguna de Tres Palos o la comunidad de Jaleaca, en la sierra de Chilpancingo, que arroja sus aguas negras al río Papagayo.
Sin embargo, rehabilitar las 80 plantas de tratamiento no sólo es necesario, sino urgente, pues el estado es el último lugar en cobertura de agua potable, penúltimo en cobertura de drenaje y saneamiento, y sólo el 23 por ciento de la población en la entidad tiene agua de manera diaria.
Entrevistado en sus oficinas en la capital respecto a las plantas de tratamiento de aguas residuales en Guerrero, Facundo Gastélum Félix expuso que hay 134 plantas con distintos tipos de tratamiento, que procesan 5 mil 127 litros por segundo de agua, pero de ellas, sólo operan 54, 80 no funcionan.
“Es algo terrible, lo sabemos, estamos conscientes, es una responsabilidad constitucional conferida a los municipios desde 1999, de acuerdo a la Carta Magna”, afirmó.
Precisó que el diagnóstico de 70 de las 80 plantas que no operan en el estado, en el caso de las “mecanizadas” –es decir, que utiliza procedimientos de aireación extendida y lodos activados– tienen vandalización en todos los equipos de bombeo, “las han saqueado, algunas tenían sistemas fotovoltaicos, pues se robaron los paneles, transformadores, así como partes eléctricas y conductores eléctricos; en cuanto la obra, que son sedimentadores, clarificadores y reactores tienen deterioro, grietas y fisuras, porque debían estar bajo contacto de agua, son estructuras que presentan daño”.
En el caso de las plantas de tratamiento que utiliza las lagunas de oxidación –que tienen un costo de rehabilitación más bajo– presentan azolves, llegaron a su vida útil, deben ser limpiadas y aumentar su capacidad, además, se deben construir algunas estructuras adicionales para la descarga.
La necesidad de que funcionen las plantas que no están en operación responde a que Guerrero en la demanda de agua potable es el último lugar en el país, “estamos en la cola a nivel nacional con una cobertura del 88.29 por ciento”, precisó.
Y no solo eso, Facundo Gastélum resaltó que solamente el 23 por ciento de la población tiene agua de manera diaria, si se toma de referencia el censo 2020, del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), que indica que la entidad tiene 3 millones 540 mil 685 habitantes, sólo 814 mil 357 personas cuentan con agua diariamente.
“El 59 por ciento (de la población de Guerrero) tiene agua de una o dos veces por semana, y el 17 por ciento tiene agua cada tercer día”, sostuvo, esto refleja por qué Guerrero es el último lugar en cobertura de agua potable.
Una vez que el agua es utilizada por las diferentes actividades humanas, idealmente se deben conducir mediante una red hidrosanitaria a una planta de tratamiento, explicó, en este rubro Guerrero ocupa el penúltimo lugar en tener una cobertura de drenaje y saneamiento, sólo supera a Oaxaca.
El titular de CAPASEG consideró que el mal estado y descuido de las plantas tratadoras se debe a la “apatía, poca o baja disposición de nuestros gobiernos municipales que nos han antecedido, para darle la importancia de vida”. Resaltó que a pesar de ser un problema “que no genera votos” es de suma importancia para evitar la contaminación de los cuerpos de agua.
Manifestó que los riesgos de una población que recolecta sus aguas y las descarga en una barranca o río, es contaminar las fuentes que alimentan otros pueblos, poniendo sobre todo a niños y adultos mayores en riesgo de que contraigan infecciones gastrointestinales.
“Y, por otro lado, debemos preservar nuestros cuerpos de agua, mejorar nuestro entorno, cuidar nuestro medio ambiente y me voy hacia el planeta Tierra, que no más tenemos uno y lo debemos de cuidar”, indicó.

Los casos de contaminación

Uno de los casos de contaminación por la falta de plantas tratadoras de agua en Guerrero, es la zona Diamante de Acapulco; un ejemplo de éstos, es el fraccionamiento Banus, donde los vecinos han denunciado públicamente que la empresa Homex quiso entregar su planta sin funcionar, por lo que sus descargas van directo al mar.
Respecto a este problema en el puerto, Facundo Gastélum aseveró que el responsable es la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), quien debería sancionar a quien arroje aguas residuales a la vía pública o a los cuerpos receptores federales.
Señaló que es el gobierno municipal quien emite las licencias de construcción y debe vigilar que la obra civil de la edificación y todas las instalaciones se construyan como debe de ser, “lamentablemente esa infraestructura que los desarrolladores tienen, no tiene el mantenimiento debido, llega su vida útil, no le invierten los recursos que deben de ser y ahí están las consecuencias”, agregó.
Afirmó que la CAPASEG, en el caso de la zona Diamante, está construyendo un colector principal que va desde Revolcadero, cruza la avenida Las Palmas y el centro comercial La Isla, para llegar a la planta denominada Diamante, donde recibirá las aguas, las tratarán para quitar los contaminantes, lo que es, una solución al problema actual “de que aguas residuales van al océano Pacífico, pero también al día de hoy es un hecho, están descargando hacia la laguna de Tres Palos”.
Otro caso de contaminación en el que este año la CAPASEG intervendrá, es en Jaleaca de Catalán, en la sierra de Chilpancingo, donde la planta tratadora no está operando –al menos desde 2015 como denunciaron los habitantes en 2018– y descargan sus aguas crudas a la parte alta del río Papagayo, por lo que trabajarán “en una primera etapa” para su rehabilitación.
Otro caso de contaminación es el del río Atoyac, que pasa por los municipios con el mismo nombre y San Jerónimo, y que incluso, la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) emitió en agosto de 2019 la recomendación 56/2019, por una violación a los derechos humanos a un medio ambiente sano y al saneamiento del agua, por las descargas de aguas residuales no controladas, y la inadecuada gestión de los residuos urbanos.
La recomendación del anterior gobierno del priista, Héctor Astu-dillo Flores, sostenía que en un plazo no mayor a seis meses deberían gestionar, elaborar el diseño para construir o rehabilitar, operar y mantener los sistemas de alcantarillado, drenaje y saneamiento de aguas residuales de las localidades que descarguen al río Atoyac; y remitir las pruebas de su cumplimiento al organismo.
Gastélum Félix mencionó que en 2022 se atendieron las recomendaciones de la CNDH y construyeron dos plantas en Atoyac, una en El Paraíso, que no tenía infraestructura y todas sus aguas iban al río, así como en el poblado de El Ticuí, donde rehabilitaron la planta de la cabecera municipal. Además, en San Jerónimo, construyeron la primera de tres lagunas de oxidación para evitar la contaminación del río, atendiendo la recomendación.
También, el 6 de junio pasado, El Sur expuso que en Tierra Caliente, de cuatro plantas tratadoras de agua construidas desde 2009, todas dejaron de funcionar, y los ríos Balsas y Cutzamala reciben de forma directa las descargas de drenaje de los nueve municipios.
El funcionario aseguró que están en proceso de licitación con una nueva planta que se construirá en la cabecera municipal de Tlalchapa, que tendrá una capacidad de 9 litros por segundo, además, de otros proyectos para rehabilitar las plantas de Teloloapan y Tlapehuala.

Las obras de 2022

Al preguntarle de cuánto dinero se necesita para rehabilitar las plantas, respondió que no tenía el dato, porque depende de la capacidad que se diseña cada planta, aunque se habla de cantidades millonarias.
Dijo que actualmente se busca que las plantas operen con un mínimo consumo de energía eléctrica –en donde no se pueda utilizar la gravedad– por lo que instalan granjas solares, especialmente en las plantas mecanizadas. Puntualizó que el problema es el alto consumo de energía eléctrica convencional, y al no pagar los recibos de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) se venían los cortes, lo que provoca un deterioro paulatino agresivo a la planta, además, de que son vandalizadas.
Contó que en 2022, la CAPASEG construyó el primer módulo de la planta Renacimiento; eliminaron pequeñas plantas en el corredor Cayaco-Puerto Marqués, y la conectaron hacia la planta Miramar, donde hicieron un segundo módulo; también se hizo el primer módulo en la planta Diamante, esto en Acapulco.
Además, se rehabilitó la planta en Juchitán; una planta en Jolotichán y en la cabecera de San Luis Acatlán; asi como rehabilitaron la planta de Huitziltepec, en el municipio de Eduardo Neri (Zumpango).
Aseguró que este 2023 intervendrán, junto con la Comisión Nacional del Agua (Conagua) y los municipios, la planta Reina con el módulo 2 y 3, así como la planta Aguas Blancas, continuarán con el tercer módulo en la Miramar, y construirán un segundo módulo en la planta Diamante en Acapulco; harán un segundo módulo en la planta de Juchitán; y seguirá la rehabilitación de de San Luis Acatlán; aunado a las dos lagunas de oxidación faltantes de San Jerónimo.