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Lunes 20 de Mayo de 2024

Guerrero, México

Acapulco  

Les daba regalos a las niñas y los padres eran felices, dice el canadiense detenido

Acude el fiscal Xavier Olea Peláez a la audiencia de desahogo de pruebas. Pide a la juez que no libere a Walter Suk por fianza. Amplían el proceso hasta el 3 de abril

Jacob Morales Antonio

Marzo 31, 2016

En una audiencia a la que asistió el fiscal general del estado, Xavier Olea Peláez, la juez del Juzgado Quinto Penal, Beatriz Fuentes Navarro, amplió el plazo legal hasta el 3 de abril para que se haga el desahogo de pruebas en el caso del canadiense Walter Suk, de 68 años, acusado de abusar de menores.
El inculpado, detenido el domingo por besar y tocar a una niña en la Costera, aceptó que besó a la menor en la boca y en la cara. Sostuvo que desde hace cuatro años conoce a las tres niñas, dos de ellas que aparecen en el video, a quienes les da regalos porque sus padres son pobres y a él lo ven como un papá adoptivo.
El fiscal solicitó a la juez que el extranjero no sea liberado con una fianza por el delito de abuso sexual y corrupción de menores, para que no salga del país o enfrente el juicio en libertad. Además insistió en solicitar la reparación del daño.
“Fácilmente puede comprar un boleto de avión, regresar a su país y, en consecuencia, la víctima quedaría en absoluto estado de indefensión”, expresó.
Además pidió que los padres de la niña, Juana Epitacio Santos y Mariano Nava Salvador, se presenten a declarar, además de que la menor declare bajo “sigilo” para respetar sus derechos humanos.
La audiencia inició a las 12 del día y terminó a las 2:20 de la tarde.
Al canadiense le fue asignado el defensor de oficio Jorge Medina Valdés, quien solicitó a la juez ampliar el plazo a 72 horas para conocer el expediente del detenido y presentar pruebas a su favor. La juez amplió el plazo hasta el 3 de abril a las 10:50 de la noche.
En el lugar no se presentó ninguna autoridad del consulado canadiense a pesar de que se le notificó, según expresó Fuentes Navarro a Walter Suk, quien en un primer momento se negó a declarar y dijo que personal del consulado lo había visitado en la cárcel y le había dicho que las autoridades no les habían hablado, pero la juez insistió en que sí se solicitó su presencia.
Las partes, incluida la juez, fueron asistidos por el traductor autorizado por el Poder Judicial de Guerrero, Javier Garay Medina.
Durante el interrogatorio que hizo el fiscal a través de la juez, Walter Suk dijo que desde hace cuatro años conoce a tres menores, dos de ellas que aparecen en el video, a quienes regaló dulces, chocolates y 300 pesos el domingo pasado, y hace un año les regaló bicicletas.
Sostuvo que cuando veía a las niñas lo hacía en lugares públicos, con la presencia de sus padres.
Dijo que no le gusta ver pornografía y que tampoco tenía una computadora en el departamento donde vive, en el edificio Twin Towers Bay (antes hotel Do Brasil y Aca Bay), y que tampoco es afecto a las bebidas embriagantes ni consume drogas.
Walter Suk aceptó que sólo besó a la niña en la boca y la cara.
El fiscal preguntó qué obtenía el canadiense a cambio de los regalos, respondiendo que las niñas se sentaban en sus rodillas como si él fuera su papá adoptivo, y que los padres estaban felices cuando él les daba los obsequios porque son pobres y no tenían trabajo.
Alguna preguntas formuladas por Olea Peláez fueron rechazadas por la juez porque estaban mal formuladas. Por ejemplo, preguntó si era una práctica normal de parte de él darles dulces y dinero a los niños y la juez pidió al fiscal preguntas más concretas, y la pregunta modificada fue si regularmente les hace regalos a los menores.
El canadiense respondió que conocía a tres niñas desde hace cuatro años y que los papás eran felices porque él les daba regalos porque eran pobres. Incluso aceptó que no les pidió permiso para darles los regalos.
Walter Suk agregó que sólo había besado a las menores en la boca y en la cara, y negó que en algún otro lugar del cuerpo.
También aclaró que no vio a ninguna de las menores en un lugar cerrado o en el lugar donde se hospedaba.
Indicó que en Canadá obsequia leche a los niños, pero que no los ve todos los días como en Acapulco, a quienes considera como sus hijas.
Durante la diligencia fue puesto en una computadora el video grabado por un ciudadano donde se observa cómo el canadiense besó a una de las dos menores que aparecen.
El inculpado señaló que en la imagen no aparece la mamá de la menor que besó, e identificó al papá de las otras dos menores que aparece en la imagen vestido con una playera roja.
El canadiense dijo que es divorciado y jubilado y que al año el gobierno de su país le depositaba a una cuenta bancaria de Bancomer unos 14 mil dólares canadienses (186 mil pesos mexicanos), pero que no sabía cuánto le depositaban de manera mensual.
Walter Suk nació el 18 de junio de 1946 y vive en la ciudad de Montreal en Canadá. Indicó que vino a Acapulco de vacaciones porque no le gusta el invierno en su país. Estudió hasta la preparatoria y trabajó en una empresa donde ensamblaba maquinaria pesada.

Mujer increpa al fiscal

Abordado por reporteros, el fiscal dijo que su presencia en la audiencia era “histórica” porque en la historia de país sólo dos procuradores o fiscales habían ido a las diligencias.
En ese momento una mujer, que luego se identificó como presidenta de la asociación Bloques de Mujeres al Poder, Silvia Galeana Valente, reclamó al fiscal que los derechos de las mujeres y las niñas a partir de la violencia en Guerrero son las más afectadas.
“No es posible que por el hecho de querer turismo traigamos a todo tipo de turismo y no tomemos en cuenta que la transformación social es muy importante, y que en el tema de seguridad las primeras perjudicadas somos las mujeres y las niñas, las que hemos sido más violentadas durante este proceso porque esta violencia hacia nosotras es estructural, va más allá de ver a una delincuencia común, pongo en su mesa que el derecho de las niñas sea respetado”, sostuvo.
El fiscal expresó que él siempre ha sido partícipe del respeto de los derechos humanos y de los menores, “ayúdeme acudiendo a mi oficina y no gritándome”, le dijo a la señora antes de retirarse.