Ramón Gracida Gómez

Representantes de la sociedad civil que se reunieron en el acto Retiro Estratégico por Acapulco-Coyuca y Guerrero, propusieron tener un diálogo con las autoridades para avanzar en la reconstrucción “de fondo” con un nuevo modelo económico que no se sustente en la destrucción de los recursos naturales, y evitando “el crecimiento caótico y desordenado de la ciudad que fue orientado por intereses económicos, políticos y electorales”.
En un documento titulado Las acapulqueñas y los acapulqueños soñamos, se resumen las ideas vertidas durante el encuentro que tuvo lugar en el hotel Aristos de Cuernavaca que empezó el viernes y terminó al día siguiente, con una participación de más de 60 integrantes de la sociedad civil, funcionarios federales, estatales y municipales, y representantes de agencias internacionales.
“Soñamos con que esta tragedia se convierta en una oportunidad para reconstruir identidad, vínculos y generar nuevos acuerdos, una coyuntura que nos permita impulsar procesos de otras formas de hacer política, sociabilidad y habitabilidad”, dice una parte del documento de dos páginas.
En otra parte se propone “reconstruir a partir de la escucha de muchas voces, con recoger los sueños de todas las colonias y con el diálogo entre visiones distintas que resulten en acuerdos para una reconstrucción de fondo y transformaciones profundas”, una reconstrucción “que integre a las periferias, a los sufrientes, a los vulnerables, a los sin voz, a los oprimidos, con que se cierren las brechas de desigualdad”.
El documento plantea que en el proceso de reconstrucción la sociedad de Acapulco y Coyuca de Benítez sea considerada y que se atiendan las necesidades y vulnerabilidades sociales, económicas, ambientales, culturales y políticas “que ya tenía nuestra ciudad desde antes; y no querer regresar a la situación antes de Otis, que no era sostenible ni deseable”.
Destaca la necesidad de tener “otro modelo económico y de turismo, un modelo que no sea extractivo de la riqueza humana, que no se sustente en la destrucción de los recursos naturales y el medio ambiente. Soñamos con crear empleos dignos”.
Acapulco debe “ser el primer municipio totalmente agroecológico y con prácticas de producción sostenibles”, con una regeneración del medio ambiente recuperando los árboles y las áreas naturales “y detener la devastación que ya venía sucediendo antes de Otis”.
Asimismo, la reconstrucción debe ser “ordenada y planeada y con no cometer los mismos errores en el crecimiento caótico y desordenado de la ciudad que fue orientado por intereses económicos, políticos y electorales”.
También se plantea que los niños deben ser “bien atendidos en las escuelas públicas, donde se eleven los niveles de formación y superar el rezago educativo histórico y agravado por la pandemia y ahora por el huracán y con que abran todas las escuelas y con reconstruir las universidades que fueron destruidas”.
Además, buenos servicios públicos de agua, luz, seguridad y vialidades, parques y lugares de esparcimiento, y el resurgimiento de “centros culturales no lucrativos, el sano esparcimiento, con programas culturales y artísticos”.
“Soñamos con vivir libres del miedo y de las necesidades. Soñamos con continuar con la construcción de la paz, la reconstrucción del tejido social y el cuidado y desarrollo integral de la persona”, agrega el documento.
Se enfatiza que las nuevas generaciones de acapulqueños “tengan esperanza y posibilidad de una vida digna, de vivir en paz, de estudiar, de divertirse, de crecer, alcanzar su máximo potencial, de disfrutar la naturaleza y de ser felices”, y se propone atender la salud mental “por las afectaciones del huracán y la rapiña e inseguridad posteriores”.
El encuentro de dos días fue promovido por el Comité social Acapulco-Coyuca, iniciativa de la organización Guerrero es Primero para articular la ayuda humanitaria de distintas organizaciones sociales e incitar el diálogo sobre la reconstrucción después del huracán Otis, en reuniones semanales en la Casa Pastoral Cristo Rey, en la calle Del Fraile, detrás de avenida Universidad.
El evento en Cuernavaca contó con la participación integrantes del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (Pnud), Oxfam México, Centro Mexicano para la Filantropía (Cemefi), Acción ciudadana frente a la pobreza y el Instituto para la Paz.