Ramón Gracida Gómez

El huracán Otis “debe ser ocasión de fortalecer a las comunidades en Acapulco, prevenir las violencias y construir la paz”, plantea el documento Memoria del Retiro Estratégico por Acapulco-Coyuca y Guerrero, difundido ayer y que da cuenta del evento que reunió a organizaciones sociales y agencias internacionales el 26 y 27 de enero en Cuernavaca.
El informe de 77 páginas fue elaborado por la Secretaría Técnica de Guerrero es Primero y el Comité Social Acapulco Coyuca, que convocó el encuentro con el apoyo del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), Oxfam México, el Centro Mexicano para la Filantropía (Cemefi), Instituto para la Paz, Acción Ciudadana Frente a la Pobreza y Citibanamex Fomento Social.
El informe indica que 76 integrantes de organizaciones sociales e instituciones participaron en el Retiro Estratégico de Guerrero y de fuera del estado, y tuvo el objetivo de “detonar procesos de análisis y generar propuestas sobre las necesidades y posibilidades que nos presentan la coyuntura que se vive en Acapulco, Coyuca, y en general en Guerrero, tras el paso del huracán Otis y sus graves secuelas, a través de la escucha, diálogo y la visión de largo plazo”.
En el apartado Criterios para la atención a la emergencia y la reconstrucción, se plantea considerar como grupos prioritarios de la catástrofe del meteoro del 25 de octubre a “las mujeres, niños y niñas, personas desplazadas, adultos mayores, personas víctimas de las violencias y personas con discapacidad”.
Afirma que “la catástrofe mayúscula significa un reto para todas y todos y un recordatorio al mundo de la tragedia de violencias que durante mucho tiempo ha vivido Acapulco y Guerrero. Debe ser ocasión de fortalecer a las comunidades en Acapulco, prevenir las violencias y construir la paz”.
Sugiere “que la reconstrucción debe impulsar un desarrollo integral que considere la articulación multisectorial para realizar acciones en diferentes esferas considerando aspectos relacionados con el tejido social, infraestructura, construcción de institucionalidad y participación, iniciativas productivas, gestión de los recursos naturales, salud, cultura y educación. En un marco de corresponsabilidad e integralidad”.
Asimismo, se deben replantear “elementos que formaban parte de las estructuras sociales y económicas anteriores, buscando nuevas formas de relaciones que permitan un desarrollo sostenido e integral. Es posible aprender de las acciones pasadas para no repetirlas y construir nuevas formas de relaciones con miras a un desarrollo humano, justo y equitativo”.
La Secretaría Técnica de Guerrero es Primero y el Comité Social Acapulco Coyuca, considera “primordial impulsar un proyecto de desarrollo integral, a largo plazo, que considere los diferentes factores y sectores involucrados y que represente una opción sostenida, viable, que priorice el bienestar humano a través de iniciativas que superen los retos que la situación plantea”.
Propone que, además de Acapulco y Coyuca de Benítez, la planeación y la ejecución de acciones de la reconstrucción incluya otras áreas afectadas; se deben fortalecer a localidades que pudieran ser “motores de la renovación” o que han recibido “numerosos refugiados” y “se deben impulsar iniciativas en el ámbito rural y fortalecer las capacidades de los gobiernos y las sociedades de otras localidades”.
El documento Memoria del Retiro Estratégico por Acapulco-Coyuca y Guerrero pide que en el proceso de reconstrucción se encuentren en primer lugar las necesidades de las poblaciones, por lo que propone mecanismos de escucha.
La cooperación externa debe ser de acompañamiento y no imposición, “las acciones deben realizarse con Acapulco y no para Acapulco; contribuiremos a que el proceso paulatinamente vaya desmilitarizándose y fortaleciendo la capacidad del pueblo para ser protagonista”.
El informe relata las actividades que se llevaron a cabo el 26 y 27 de enero en un hotel de Cuernavaca, y de las que informó El Sur en su momento, como las intervenciones del párroco del poblado de La Sabana, Jesús Mendoza Zaragoza, los ambientalistas Octavio Klimek y Juan Barnard, y los artistas Jeanette Rojas y Manuel Maciel.

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