EL-SUR

Martes 14 de Mayo de 2024

Guerrero, México

Economía  

Acapulco es una zona estratégica de Guerrero para elevar la producción de mango, sostiene dirigente

La facilidad con la que se da esta fruta permite pensar a los productores del municipio en la venta de grandes cantidades a los turistas, la exportación a otros países y la industrialización de productos derivados, explica el presidente del comité estatal del Sistema Producto Mango, Daniel Radilla

Mayo 05, 2023

El presidente del comité estatal del Sistema Producto Mango, Daniel Radilla Ríos, muestra un árbol de mango y sus frutos Foto: Ramón Gracida Gómez

Ramón Gracida Gómez

Acapulco

Acapulco es una zona estratégica de Guerrero para la producción y comercialización del mango, porque cuenta con las condiciones naturales y económicas para la siembra de esta fruta, valorada como exótica, pero que es muy común en esta zona.
La facilidad con la que se da el mango permite pensar a los productores del municipio en la venta de grandes cantidades a los turistas, la exportación a otros países y la industrialización de productos derivados.
El presidente del comité estatal del Sistema Producto Mango, Daniel Radilla Ríos, explicó durante un recorrido en una huerta, los detalles por los que el mango hasta se cae de los árboles sin que se logre vender el 50 por ciento del total que crece en el estado, también habló de la infraestructura que hace falta y de los apoyos oficiales que estimularían su producción.
En México son alrededor de 54 mil campesinos los que se dedican a la siembra de mango, de los cuales entre 8 y 9 mil productores son de Guerrero, es decir el 16 por ciento del total nacional.
El Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP), refleja unas 26 mil 800 hectáreas sembradas de mango en la entidad, pero las cifras del también presidente del Comité Nacional del Sistema Producto Mango las suben a 29 o 30 mil hectáreas.
–¿Cómo está la producción de mango en Guerrero?
–Es atractiva para nosotros los productores; ha tenido cambios ligeros hacia la alza dado que se ha ido incrementando de diferentes variedades de mango cada año y eso ha permitido que los que se integran a la producción, se incremente, andamos en un tres por ciento de incremento de producción paralelo a la superficie que se incrementa cada año, más o menos de tres por ciento.
Radilla Ríos indicó que la Costa Grande concentra más del 60 por ciento de superficie sembrada, establecida y en producción del estado. Le siguen la Tierra Caliente y la región Norte, particularmente Cutzamala, como las zonas punteras en esta fruta.
En cuanto a Acapulco, donde siembran unos 500 productores, Radilla Ríos dijo que es “una región importante por su economía, por su cercanía al centro turístico más reconocido de México y que en su zona rural cuenta con un poco más de 60 mil hectáreas del cultivo y en esa superficie más del 90 por ciento es de vocación frutícola”.
Sería una oportunidad que la zona rural “produjera una de las frutas exóticas más atractivas, que sería el mango”, insistió.
La huerta visitada está ubicada en la comunidad de San Pedro Cacahuatepec, a unos 800 metros de la laguna de Tres Palos. El calor del mediodía de este lunes no se siente por los cuatro mil árboles de mango que dan sombra en este terreno. El mango necesita mucha agua y en Acapulco está el río Papagayo, “con unas obras pequeñas se podría retomar, elevando el agua a zonas altas y se regaría por gravedad, con inversiones pequeñas. No estaríamos hablando de obras megas, estaríamos hablando de una bomba ahí, elevarla a un reservorio, a un tanque de almacenamiento y de ahí por gravedad se podría regar toda la superficie dominada. Y pudiera ser toda la rivera del río Papagayo, por decir algo. Acapulco sería una zona estratégica, imagínate que dijeran, los productores de Acapulco tienen 50 mil hectáreas de mango Kent, puro Kent, ah cabrón, sería un nicho de mercado. Para mí es estratégico porque están los recursos naturales con vocación frutícola”.

Las más de mil variedades del mango en el mundo

En el mundo existen más de mil variedades de mango, pero sólo 37 son las altamente demandadas, principalmente en Europa y Asia.
En Guerrero sólo se siembran Ataulfo, Manila, Tommy, Kent, Keitt y Heidi. Por ejemplo, Ataulfo y el Manila son variedades tempranas, es decir, florecen en diciembre y producen en abril y mayo. Las variedades tardías florecen en febrero y marzo y empiezan a dar en septiembre, octubre, hasta diciembre.
Dada su altura sobre el nivel del mar, explicó Radilla Ríos, las variedades tardías tendrían que ser sembradas en este municipio costero.
El también agrónomo propone un banco de germoplasma, un sitio especializado en preservar material biológico, y donde se podrían encontrar distintas variedades de mango. Guerrero no cuenta con esta infraestructura y en el país sólo en algunos estados como Sinaloa y Chiapas, cuyo presidente del sistema producto, Pablo Torres Antonio, acompañó el recorrido de la huerta.
Dio como ejemplo la variedad Osteen que se encuentra en Chiapas y que es “mango oro” en España. “Pues se da en Guerrero y se da un pinche mango bonito porque es de color rosa y rojo, entonces es una combinación que lo ves en tu mesa y nombre, delicioso”.
Un banco de germoplasma también representa “tener viveros certificados, eso no es caro. ¿Qué vivero cuenta con alto porcentaje de pureza? No el vivero que está en la esquina de los señores que recogen una semilla, injertan un árbol y dicen, esto es Tommy, y ya cuando tiene cinco años resulta que el pinche mango es todo menos Tommy. Entonces tú como productor te interesa que alguien te garantice que ese material vegetativo es de alta pureza de la variedad que tú quieres porque el mercado lo está demandando”.
El recorrido duró unas cuatro horas, tiempo en el que Radilla Ríos y su par de Chiapas hablaron del mango, de máquinas podadoras y de procesos de inducción por el que se aplica nitratos –”productos tan caros”–, al árbol para que la temperatura del agua baje a menos de 10 grados y a las 4 de la mañana llegue a 15 grados, y la flor explosiona entre 15 y 17. Se genera un “proceso biótico” que permite adelantar la cosecha a enero, cuando la caja de mangos tiene valor.
La huerta visitada cuenta con unas 200 hectáreas sembradas. Entre la poda, el riego y la aplicación de fertilizantes, insecticidas, el costo de producir una hectárea ronda entre los 50 y 60 mil pesos. Antes eran entre 30 y mil 40 pesos, pero “muchos empresarios de los insumos aprovecharon y lo elevaron, aunque no haya sido, argumentando por la guerra de Ucrania y la pandemia y todo eso”.
Un trabajador cortaba unos grandes mangos rojos con una canasta para evitar el contacto con el látex, un líquido que saca el mango al ser arrancado de la rama. “Arde mucho”, explicó el hombre del porqué del cuidado. “El mango es una fruta deliciosa”, dice Daniel Radilla, mientras come uno de los miles de mangos que pueblan esta huerta.

Centros de acopio, una solución

Otra de sus propuestas sería un centro de acopio “que le dé transformación al producto. Te imaginas un centro de acopio donde se sacarán unas cinco líneas. Todo este mango lo concentran, todo mango que esté maduro se lo lleven para venderlo como mango fruta. El que esté dañado o pasado de madurez que se vaya como mango jugo y el otro que esté bien venido, en sazón, se vaya a cachete para deshidratado de rodaja”.
–¿Y eso no se hace en Guerrero?
–Sí, aquí en Acapulco hay una que se acaba de abrir, una que está en El Salto precisamente, y otra fuerte que les compra a estos amigos está en San Luis y la otra está en La Unión. En la Unión está una grande donde sacan mango deshidratado, ahí procesan cinco toneladas por día, pero se va de exportación.
–¿Entonces faltaría más?
–No, pues sí, todo el mango que se pierde. Aquí se nos pierde más del 40 por ciento de producto. Así como ves tirado aquí, que se cae, se madura. Todo eso es el 40 por ciento. La producción de mango que tenemos en el estado de Guerrero es de un poco más de 400 mil toneladas, es lo que comercializa. Nomás saca la cuenta de esas 400 mil toneladas, por un precio, ponlo conservador a 10 pesos el kilo. Ése es el valor de la producción, multiplicado por lo que comercializamos. Y como se nos pierde más del 40 por ciento, casi el 50, entonces estamos hablando de un millón de toneladas que produce Guerrero.
Las autoridades deberían de garantizar a los productores marcas para que comercialicen todo, “aquí lo que más que vendemos es mango fruta y cuando se saturan las centrales de abasto, esperamos y se caen, tú has visto. Se están cayendo porque no hay compradores. Entonces es una tristeza que lo ves maduro y ya un mango maduro ya no sirve. Sirve que te lo puedes comer. Si los bajaras todos y los transformaras, pues sirve. Pero ni modo que te comieras unas 20 toneladas”.
Radilla Ríos habló también de préstamos como los de la ahora extinta Financiera Nacional de Desarrollo Agropecuario, Rural, Forestal y Pesquero en los que “te presta el dinero en tiempo y tú lo aplicas, entonces cuando cosechas tú lo pagas y a los 15 días te lo vuelven a depositar”.
Los productores de mango no han tenido apoyos, el programa federal del fertilizante no incluye al mango, “nosotros no entramos porque algunos argumentan que eres productor de fruticultura, de mango, pues tú tienes dinero, y la verdad es que no. Porque en el comité que yo represento en Guerrero, de las casi 30 mil hectáreas y los 9 mil productores que tenemos, la media es de menos de 5 hectáreas. Más del 70 por ciento de productores somos pequeños productores. Y es ahí que se resiste. Necesitamos del estímulo del gobierno o al menos que nos hagan préstamos que nosotros pudiéramos pagar para meterle”.
–¿Por qué sí sembrar mango?
–Fíjate que nosotros los productores venimos de un proceso de probar los diferentes cultivos cuando uno tiene un pedazo de tierra. Iniciamos con los básicos, maíz, frijol. Nuestros abuelos sembraban eso, después ajonjolí, te hablo del caso personal. Y después mis padres sembraron palma de coco porque se iban dando cuenta cómo el mercado demandaba eso. Y sale el boom del mango y tiraron las palmas o las sembraron intercaladas y fueron sustituyendo.
El oriundo de Atoyac, pero vecino de Acapulco, concluye que el campo es “la actividad más rigurosa, es la más matada, es la más difícil porque perdemos. Hay casi un 90 por ciento de que un productor se exponga en el campo, de tres a dos pierde y a una le pega, y así le apostamos. Así está en el sector, el nivel de riesgo y no tenemos la producción. Suspendieron el seguro catastrófico, ya no hay la Financiera Rural. Son cosas del gobierno, nosotros somos respetuosos, pero como productores sentimos”.