“Por necesidad” siguen saliendo vendedores informales a la playa, aunque el periodo de cierre de las mismas se extendió al 31 de mayo como medida preventiva para evitar la propagación del Covid-19.
Ayer en algunos tramos de playa El Morro se vieron algunos bañistas residentes tomando bebidas y trabajadores de playa intentando pescar ante la falta de empleo.
El pasado jueves el gobierno del estado indicó la ampliación del periodo de cierre de playas, y ayer la Capitanía de Puerto informó que la restricción a la navegación de recreo y deportiva se extendió al 30 de mayo, por considerar dichas actividades “no esenciales con la finalidad de mitigar la dispersión y transmisión del virus SARS-CoV2 en la comunidad, para disminuir la carga de enfermedad, sus complicaciones y la muerte por Covid-19 en la población residente en el territorio nacional”.
Un vendedor con dos botellas en la mano, una de plástico y otra de vidrio, en la otra agarrando una cubeta recorrió las playas de la bahía buscando clientes, “desde Las Hamacas”, respondió cuando se le preguntó desde dónde venía caminando. Dijo que salió a vender por necesidad, “aunque sea poquito, pero va saliendo”, manifestó al responder si había vendido algo sin detener el paso y continuar su camino.
Casi frente al hotel Krystal Beach una lancha con pescadores hace maniobras para salir a tirar el chinchorro, una mujer les toma fotografías mientras un niño juega con las olas a un lado de ella.
Frente al condominio Torremolino y Marbella un hombre intenta tirar la red para sacar peces, comentó que se dedica a rentar equipo para deportes acuáticos en la playa El Morro, pero ante el cierre de las playas salió al mar a buscar algo para comer.
A lo lejos se ven otros dos hombres con cubetas y red en el hombro, uno trabaja en la playa y otro en la construcción; los dos dijeron que no tienen trabajo por lo que decidieron bajar a pescar.
Un vendedor de playeras con imágenes alusivas a Acapulco y de recuerdo del viaje al puerto se para frente a la playa del condominio Marbella desde la arena ofrece sus productos a quienes están en el área de alberca. Los bañistas ni voltearon a ver al vendedor que gritaba desde la playa “playeras, playeras” y se limitó a decir que “poco, pero va saliendo”.
Un vendedor de chicarrones se acerca a un hombre que está sentado sobre un tronco debajo de una palapa, mientras una vendedora de figuras de ranas en caracoles y piedras pasa sin voltear a verlos, sigue su camino a playa Papagayo.
Un par de niños juegan con las olas del mar con una tabla frente a un condominio cerca del hotel Hotsson Smart, y corriendo desde el condominio Marbella llegaron al mar dos hombres, una mujer, un niño y dos perros que dejaron las toallas que llevaban en la arena y se metieron al mar.
Las playas están cerradas, pero no sólo los visitantes propietarios de los condominios respetan la prohibición, sino tampoco los residentes, en uno de los toldos se vio a una pareja sentada en la arena con algunos envases de bebidas que llevaron a la playa.