La oposición lanzada en Francia contra la reforma laboral derivó ayer en un nuevo pulso entre gobierno y sindicatos con una huelga de trenes a la que seguirán protestas y paros en el metro y la aviación civil, que a tan sólo diez días de la Eurocopa de fútbol incrementan la presión social. Los … Continúa leyendo Inicia semana de huelgas como protesta contra la reforma laboral francesa; ayer la ferroviaria
EFEParís
Junio 01, 2016
La oposición lanzada en Francia contra la reforma laboral derivó ayer en un nuevo pulso entre gobierno y sindicatos con una huelga de trenes a la que seguirán protestas y paros en el metro y la aviación civil, que a tan sólo diez días de la Eurocopa de fútbol incrementan la presión social.
Los paros en la compañía pública francesa de ferrocarriles SNCF, “transportista oficial” de la competición deportiva, comenzarán ayer a partir de las 19.00 horas pero se anuncian prorrogables y por lo tanto ilimitados.
La empresa garantizó ayer seis de cada diez trenes de alta velocidad y cuatro de cada diez en la periferia parisina, así como uno de cada dos regionales y uno de cada tres líneas de largo recorrido que no son de alta velocidad (Intercités).
La SNCF prometió también trenes suplementarios para intentar elevar los niveles de tráfico anunciados, pero de cumplirse sus previsiones, funcionarán por ejemplo solamente el 40 por ciento de los Elipsos, que cubren líneas con España, o uno de cada tres SVI, que enlazan con Italia.
El llamamiento fue promovido por tres sindicatos, con la CGT al frente, cuyo líder, Philippe Martínez, encarna el ala más dura contra el polémico proyecto de ley desde que a mediados de febrero se filtraron sus primeras disposiciones.
Consciente del daño que puede hacer a la imagen de Francia un país paralizado en un momento en que acaparará la atención mundial por la Eurocopa de fútbol, el gobierno intenta cerrar los frentes abiertos y este fin de semana el primer ministro, Manuel Valls, llamó personalmente a Martínez.
“Hablar es mejor que decir ‘mi puerta está abierta, pero no vamos a discutir’”, admitió ayer el líder sindicalista, a quien se le atribuye una postura más conciliadora tras centrar su atención no tanto en su retirada como en cuatro de sus principales artículos, sobre todo el que privilegia los acuerdos dentro de la empresa a los convenios colectivos.
La posibilidad de un acercamiento real entre las partes, no obstante, está lejos de parecer garantizada: Valls mantuvo ayer que “recular sería una falta política” y expresó su voluntad de “mantener el fondo del texto”, incluido el punto contestado.
En esa misma línea, el presidente, François Hollande, reiteró en una entrevista concedida al diario Sud Ouest que no se va a retirar ni el proyecto de ley ni el mencionado artículo.