Redacción / Europa Press

Varsovia / Madrid

Las fuerzas polacas desplegaron cañones de agua y dispararon gases lacrimógenos contra los migrantes que intentaban cruzar la frontera con Bielorrusia ayer, lo que provocó acusaciones de Minsk de que Varsovia estaba tratando de intensificar la crisis.
Las fuerzas de seguridad de Polonia reprimieron el lanzamiento de piedras por parte de migrantes y refugiados, en unos enfrentamientos que resultaron en al menos siete agentes heridos, uno de ellos grave.
El Ministerio de Defensa de Polonia denunció un “ataque” en el paso de Kuznica, donde los migrantes, “muy agresivos” y apostados en el límite del territorio de Bielorrusia, lanzaron piedras contra los policías y militares al otro lado. Los enfrentamientos duraron unas dos horas, según la agencia de noticias PAP.
Los guardias fronterizos polacos calculan que hasta 4 mil inmigrantes están acampando a lo largo de la frontera con Bielorrusia en condiciones cada vez más extremas y con temperaturas bajo cero.
Las potencias occidentales acusan al líder bielorruso Alexander Lukashenko de orquestar la crisis, posiblemente con el apoyo de Rusia, atrayendo a los inmigrantes a la frontera, afirmaciones que rechazan tanto Minsk como Moscú.
Desde la semana pasada tiene lugar un enfrentamiento cerca del paso fronterizo de Bruzgi-Kuznica, en la frontera oriental de la Unión Europea, donde centenares de migrantes se aglomeraron.
“Los migrantes atacaron a nuestros soldados y oficiales a pedradas y están tratando de destruir la valla e ingresar en Polonia”, anunció ayer el ministerio de Defensa polaco.
“Nuestras fuerzas utilizaron gases lacrimógenos para sofocar la agresión de los migrantes”, reconoció.
Un agente de policía, un guardia fronterizo y un soldado resultaron heridos en los enfrentamientos, según las autoridades polacas.
La policía señaló que se lanzaron también contra las fuerzas de seguridad granadas aturdidoras y gas lacrimógeno.
El portavoz del ministerio de Relaciones Exteriores bielorruso, Anataoly Glaz, acusó a Polonia de agravar la crisis.
“Vemos hoy desde la parte polaca provocaciones directas y un trato inhumano a los desfavorecidos”, dijo.
Rusia también condenó el uso de gases lacrimógenos y cañones de agua por parte de Polonia contra los migrantes, y el ministro de Relaciones Exteriores, Sergei Lavrov, dijo que era “absolutamente inaceptable”.
El presidente de Bielorrusia, Alexander Lukashenko, denunció “provocaciones” por parte de las autoridades de Polonia en la frontera común, donde se agolpan miles de migrantes que quieren llegar a la Unión Europea, y advirtió de que puede producirse un “conflicto”.
Lukashenko subrayó que la seguridad de la frontera es una “prioridad”, frente a una Unión Europea (UE) que a golpe de sanciones y de vigilancia quiere “cerrar completamente” los límites de Bielorrusia, informa la agencia de noticias BelTA. El bloque avanzó que castigará a personas e instituciones bielorrusas que puedan estar promoviendo la inmigración irregular.
La comisaria de Derechos Humanos del Consejo de Europa, Dunja Mijatovic, que visitó zonas cercanas a la frontera en el lado polaco, declaró ayer que la situación era “extremadamente peligrosa”.
Los ministros de Relaciones Exteriores de la UE acordaron el lunes ampliar las sanciones contra el régimen de Lukashenko. Estados Unidos también se comprometió a ampliar sus sanciones contra Bielorrusia.
La UE afirma que Bielorrusia está animando a los inmigrantes a cruzar la frontera en venganza por las sanciones impuestas por la represión de las protestas del año pasado contra la impugnada reelección del presidente Alexander Lukashenko.
La UE avanza hacia la creación de fuerzas rápidas europeas para responder a amenazas como la de Bielorrusia. (Con información de Agencias)