Europa Press

Madrid

El jefe del ejército de Ucrania, el general Oleksandr Syrskyi, ha confirmado ayer la retirada de las fuerzas ucranianas de tres poblaciones del frente de guerra en Odesa y Donetsk en el marco de un empeoramiento general de la situación de combate.
“Unidades de las Fuerzas de Defensa de Ucrania, para preservar las vidas de nuestros defensores, se han trasladado a nuevas fronteras al oeste de Berdychi y Semenivka (Donetsk, en el este del país) y Novomyjailivka (Odesa, en el sureste)”, ha confirmado el general en un mensaje publicado en su cuenta de Telegram.
El militar ha informado que la situación más grave en estos momentos se encuentra entre Pokrovski y Kurajovo, también en Donetsk, donde Rusia está desplegando cuatro brigadas acumuladas desde su conquista estratégica de Avdiivka en febrero de este año.
Syrskyi también ha reconocido que la situación “sigue siendo tensa” en el sur, en las regiones de Zaporiyia y Jersón, mientras en el norte de Ucrania, “el enemigo continúa bombardeando los asentamientos fronterizos en las regiones de Sumy y Chernígov, realizando actividades de sabotaje y reconocimiento”.
Por su parte, Rusia ha confirmado en las últimas horas que ha tomado la localidad ucraniana de Novobajmutovka, al oeste de Avdiivka.
Mientras, el ministro de Energía de Ucrania, German Galuschenko, ha denunciado este sábado una ola de ataques nocturnos de Rusia contra las instalaciones energéticas de las regiones de Dnipropetrovsk, Ivano-Frankivsk y Leópolis, que han dejado al menos dos heridos y provocado numerosos cortes de suministro eléctrico.
Al menos cuatro centrales térmicas han sido afectadas como consecuencia de los bombardeos, han añadido las autoridades ucranianas, merced al impacto de misiles de crucero Kh-101, misiles aéreos guiados Kh-59 y misiles S-300.
El presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, ha dicho ayer que Kiev y Washington están trabajando en un acuerdo de seguridad bilateral, del que gran parte de los esfuerzos están focalizados en asegurar un apoyo a largo plazo.
Por su parte, dos periodistas rusos, además colaboradores de medios de comunicación occidentales, han sido puestos bajo custodia en Rusia por cargos de extremismo relacionados con su supuesta conexión con un grupo fundado por el fallecido destacado opositor ruso Alexei Navalni.
Uno de los periodistas es un operador de cámara que también trabajó para la agencia de noticias estadunidense Associated Press. Según AP, fue arrestado en la región de Murmansk, en el norte de Rusia y los responsables del medio se han declarado “muy preocupados por la detención”.
Otro periodista que también había trabajado para varias organizaciones de noticias extranjeras también fue detenido en Moscú, según informaron numerosos medios de comunicación rusos.
Ambos periodistas están acusados por las autoridades rusas de participar en una organización extremista al proporcionar supuestamente material para una publicación vinculada a Navalni, un crítico abierto del presidente ruso Vladimir Putin que murió en febrero mientras estaba detenido en una colonia penal rusa.