Natalia Vitela / Agencia Reforma

Ciudad de México

La Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) autorizó la comercialización de siete millones 225 mil 650 cajas de clonazepam y metilfenidato pertenecientes a 177 lotes producidos por Psicofarma, tras la suspensión de operaciones de las plantas de la compañía que provocó el desabasto de estos medicamentos.
Según la dependencia, estos fármacos aprobaron un riguroso análisis técnico.
En febrero, la Cofepris concluyó que Psicofarma no cumplía con los criterios de calidad suficientes y apegados a estándares nacionales e internacionales.
Entre las irregularidades se encontró el uso de lotes de prueba de laboratorio como producto terminado para comercializar, así como la fabricación de medicamentos sin apego a buenas prácticas.
Sin embargo, después de las anomalías encontradas y ante los reclamos por parte de pacientes con enfermedades mentales que padecieron el desabasto de sicofármacos, la Cofepris brindó acompañamiento a la empresa para que entregara la documentación y las pruebas requeridas.
“El 12 de mayo se anunció que, en un primer análisis, el fabricante comprobó que 69 lotes de medicamentos psiquiátricos, es decir, un millón 403 mil 693 de cajas, cumplieron las pruebas determinadas por la farmacopea de los Estados Unidos Mexicanos, y se tiene la certeza de que no representan un riesgo a la salud”.
A razón de seguir el principio de “liberación útil para el abasto nacional”, ambas autorizaciones entregadas al fabricante determinan que dichos medicamentos podrán liberarse únicamente para el mercado nacional, lo que actualmente representa, precisó Cofepris, más de 8 millones y medio de cajas de medicamentos de atención siquiátrica podrán estar disponibles para los pacientes del país.

Señalan la incapacidad que tiene el sistema de salud para atender las enfermedades mentales

La tristeza se ha convertido en “compañera” de Guadalupe. Hay días que todo va bien, pero otros, no encuentra consuelo.
“Sé que tengo, hace años me diagnosticaron con depresión y ansiedad, me dieron medicamento y hasta de alta, pero otra vez volvió. Ir al sicólogo me cuesta entre 300 y 500 pesos la consulta, y si me derivan al siquiatra sube a mil, otros cobran mil 200, honestamente no alcanza, o pago la renta y la comida o el especialista”, dijo.
Las instituciones públicas no tienen capacidad para dar atención a toda la población que requiere de un sicólogo o siquiatra.
Ricardo Audiffred Jaramillo, profesor del Departamento de Psicología Básica del Centro Universitario de Ciencias de la Salud (CUCS) de la UdeG, indicó que los trastornos mentales son prevalentes y se estima que una de cada cuatro personas sufrirá alguno en una etapa de su vida.
En el Instituto Jalisciense de Salud Mental, dijo el especialista, se dan en promedio 50 mil consultas al año entre gratuitas y a bajo costo, incluyendo primera vez y subsecuente, que comparado con el número de habitantes que hay en el estado, no es nada.
“Ni siquiera llegamos al 1 por ciento de habitantes con acceso a una consulta de salud mental. Hablando de la depresión, que figura entre las tres enfermedades que generan mayor discapacidad a nivel mundial, estamos hablando de una verdadera incapacidad que tiene el sistema de salud para atender las necesidades de los jaliscienses, reiteró. (Fernanda Carapia / Agencia Reforma / Guadalajara).