Las agresiones comenzaron en febrero y ya dejaron el asesinato de un adulto y sus dos hijos menores de edad, así como 145 familias que han abandonado sus casas
Diana Baptista / Agencia ReformaCiudad de México
Abril 07, 2018
Aunado al desplazamiento forzado de miles de indígenas tzotziles de Chenalhó y Chalchihuitán, que empezó desde finales del año pasado, comunidades del municipio de Aldama, Chiapas, se están desplazando debido a continuos ataques armados.
Según el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ONU-DH), 700 personas de ese municipio chiapaneco, incluidos niños y personas mayores, han abandonado sus hogares por las agresiones de grupos armados de Chenalhó.
Los ataques ocurridos el pasado 27 de febrero y el 2 de abril en diversas comunidades resultaron en la muerte de un adulto y sus dos hijos menores, así como en el desplazamiento de 145 familias, informó.
“Es inadmisible que continúen operando grupos armados al margen de la ley. La muerte de estas tres personas indígenas, derivada del ataque, es lamentable”, expresó Jan Jarab, representante de ONU-DH en México.
“La situación de inseguridad que viven muchas comunidades indígenas es deplorable y requiere una respuesta inmediata y adecuada que asegure el desarme de estos grupos, la investigación de los actos de violencia y garantice el acceso a la justicia, el combate a la impunidad y la reparación integral a las víctimas”.
Jarab urgió a las autoridades a proporcionar ayuda humanitaria y generar las condiciones para que las personas regresen a sus hogares.
Solicitó soluciones duraderas a los conflictos en las comunidades, reconocer el desplazamiento forzado, atender el problema con perspectiva de derechos humanos y asegurar la no repetición de los hechos.
Conflicto por tierras
Pobladores de comunidades limítrofes de Chenalhó y Aldama se disputan 60 hectáreas de tierra.
La ONU calcula que más de 700 habitantes de Aldama han sido forzadas a desplazarse.
Entre los afectados hay mujeres, niños, niñas y personas mayores, considerados en una situación particular de vulnerabilidad.
Las víctimas tienen temor a a ser atacadas por el grupo armado que opera en Chenalhó.
Se desconocen las necesidades de protección y las condiciones de las familias desplazadas.