Antonio Baranda / Agencia Reforma

Ciudad de México

Una ceremonia con motivo del Día de Muertos fue realizada anoche en Palacio Nacional, en presencia de representantes de 20 pueblos indígenas.
Denominada Encendido de velas. Una flor para cada alma, la ceremonia tradicional náhuatl fue una ofrenda-homenaje para las víctimas de la pandemia de Covid-19.
Durante la transmisión en redes –porque no hubo acceso a medios– no se observó al presidente Andrés Manuel López Obrador o a miembros de su familia.
El acto, que duró exactamente una hora, de las 19 a las 20 horas, se llevó a cabo en el Patio Central del Palacio, entre caminos de cempasúchil y ofrendas para los muertos.
En medio de música de una orquesta de niños, el humo del copal fue esparcido en cada una de las ofrendas.
Posteriormente, representantes de los pueblos indígenas caminaron alrededor de la fuente del Patio Central y rezaron durante varios minutos.
En la transmisión, la ceremonia en vivo fue alternada con entrevistas grabadas a indígenas que participaron en la colocación de altares en el recinto.
Las personas indígenas hablaron de las tradiciones en sus localidades durante el Día de Muertos, y el significado de éstas.
“En San Pablito, el 31 de octubre bajan los niños difuntos a consumir todo lo que ponemos en el altar, al otro día, el 1 de noviembre bajan los adultos a consumir lo que es mole, el atole de cacao, y estar un ratito con ellos en la casa, nosotros todos los habitantes del pueblo los esperamos en nuestra casa poniendo el altar, y ya al otro día, el 2 de noviembre, es el día del compadre, visitamos a los compadres llevando atole de cacao y mole”, explicó Irene Victoriano Espíritu, de Puebla.
“En nuestra ofrenda ponemos comida, el mole, tamales de alverjón, fruta, ponemos pollo, ponemos lo que es la fruta típica, para convivir con los muertitos que tenemos esa tradición que estos días, es de cada año que ellos vienen para poder convivir con ellos”, platicó Elodia Garrido, también de Puebla.