Óscar Ricardo Muñoz Cano

El jefe del Departamento de Vida Silvestre de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semaren), el biólogo Fernando Ruiz Gutiérrez, aceptó que hubo graves afectaciones a la fauna silvestre de Acapulco tras el impacto del huracán Otis, el pasado 25 de octubre, y que es necesario trabajar para minimizar sus efectos.
En charla telefónica relató que desde el inicio de la contingencia “observamos que hubo especies afectadas, principalmente aves, puesto que son quienes se refugian en los árboles y tras el paso del huracán perdieron la cobertura y días subsecuentes perdieron recursos alimenticios”.
En casos específicos como los campamentos tortugueros de Acapulco y Coyuca de Benítez, dijo, por lo menos ocho fueron afectados por el paso del huracán, “dos de ellos perdieron la totalidad de sus corrales de incubación, y manejamos una cifra de unos 800 nidos perdidos, principalmente de tortuga golfina que es una especie protegida”.
De hecho, reveló que estos dos campamentos afectados no sólo perdieron el material propio de su labor, sino que también fueron afectadas las casas de quienes los operan, la gente durmió a la intemperie incluso, “y nos dimos a la tarea de ayudarlos dentro de lo posible, dadas las circunstancias”.
Ruiz Gutiérrez indicó que en este caso, “y de manera adicional, levantamos un diagnóstico de la situación identificando la necesidad de habilitar los corrales porque ahorita es la temporada alta de la tortuga laúd, una de las tortugas más grandes del planeta y que ahorita comenzará a llegar a esta zona, y si no se cuenta con los corrales, no van a poder apoyar en la protección de la especie esta temporada”.
No obstante, aceptó que será una situación compleja en la que deberán participar todos los niveles de gobierno e incluso la iniciativa privada como el Fondo Internacional para el Bienestar Animal (IFAW, en inglés) que actualmente está colaborando con ellos tras la contingencia por Otis.
En estos días, aseguró, “trabajamos un tratamiento de emergencia pero ya estamos trabajando en un plan de seguimiento para las próximas semanas, los próximos meses y rehabilitar estos campamentos para que vuelvan a funcionar”.
Otro de los casos atendidos, dijo, fue el Parque Papagayo, donde a pesar de que ya no hay fauna silvestre que necesite un cuidado especial, se encontraron principalmente iguanas, gatos, gansos y patos, a los que se les estuvo suministrando alimento y se coordinaron con el personal del parque para que sea el mismo quien le diera seguimiento a la atención de todos los animales.
Asimismo, que los tres monos arañas que estaban en el parque fueron llevados el zoológico de Zoochilpan, en Chilpancingo, para su cuidado.
En el caso de la treintena de venados que viven en el Club de Golf Acapulco, Ruiz Gutiérrez recordó que el lugar cuenta con una UMA (Unidad de Manejo Ambiental) en la cual si bien se dañaron los corrales se hizo una actividad de contención con el responsable de dicha UMA y personal del Zoochilpan resguardando a los animales dentro del mismo club.
El resto de las intervenciones fueron, entre otras, la atención de personas que tienen animales silvestres en cautiverio con permisos e incluso una visita de urgencia a un zoológico de Puerto Marqués “al que se le dio atención general quedándose ahí los animales” con instrucciones para sus propios cuidadores y les den ellos mismo el seguimiento.
Por ello, reiteró hay que buscar alianzas “con todos los actores del área ambiental, con asociaciones civiles, que puedan estar ayudándonos en el seguimiento y la recuperación de los espacios de la fauna silvestre en Acapulco”.