30 años del diario El Sur

Juan Angulo Osorio y Tomás Tenorio Galindo, guerrerenses ambos, fueron cofundadores del cotidiano capitalino La Jornada, pero deseando servir más y mejor a su estado natal, junto con Maribel Gutiérrez, poquísimo dinero, algunos créditos y muchas ganas, decidieron crear un periódico altamente profesional. De este modo, el 3 de mayo de 1993 publicaron el primer número del diario El Sur, que a lo largo de tres décadas se ha empeñado en informar con la más alta responsabilidad y en dar espacio al análisis desde diversos puntos de vista. Bajo esos principios, El Sur dedica sus afanes a mostrar la realidad, lo que en varias ocasiones ha causado el disgusto tanto de algunas autoridades como de los poderes fácticos, algo que ha motivado no pocas dificultades al empeñoso equipo decidido a mostrar tal cual es la realidad del estado, del país y de nuestro convulsionado mundo. A propósito de este afortunado aniversario, Juan Angulo, director del rotativo, ha reiterado que “este medio independiente –hecho por periodistas– resiste, persiste y conquista espacios en un estado tan intenso como es todo Guerrero”. Para celebrarlo, el miércoles a las 12 horas se celebrará el cumpleaños en Chilpancingo con una mesa redonda en la que participarán el propio Angulo Osorio, la feminista María Luisa Garfias, el dirigente social Arturo García Jiménez y el autor de esta columna, en tanto que el martes 9, a las 18:30 horas, el festejo será en la Ciudad de México, donde se realizará un conversatorio en la Casa Refugio Citlaltépetl. Ahí estaremos.

Paro contra el despotismo

Académicos de universidades y otras instituciones de educación superior convocan a realizar un paro de 24 horas, hoy 2 de mayo, como protesta por “la barbaridad legislativa con la cual se aprobó la muy deficiente Ley General en Materia de Humanidades, Ciencias y Tecnologías e Innovación propuesta por la destructiva señora Buylla”, directora del Conacyt y figura ejemplar del gobierno cuatroteísta, pues no oculta su desprecio por la comunidad científica, la investigación y en general todo lo que huela a conocimiento, lo que permite suponer que, en línea con su jefe, considera que profesores e investigadores son fifís, que apoyar su trabajo es favorecer a los neoliberales y conservadores y otras zarandajas de ese talante. Con esa convicción, doña María Elena Álvarez-Buylla Roces contribuye a la demolición cuatroteísta de todo cuanto huela a inteligencia. Bien por la valentía y patriotismo de esos hombres y mujeres que se levantan en defensa del saber y de la patria, quienes, en la línea de las mañaneras, seguramente serán llenados de insultos.

Las novelas de los muertos

Se está haciendo costumbre que si un escritor, especialmente si era bestseller, muere y deja inconclusa o inédita una novela, sus herederos acepten que se publique y el editor se encarga de contratar al amanuense que debe redondearla para que parezca terminada por su autor. Es el caso de En agosto nos vemos, novela que no alcanzó a terminar Gabriel García Márquez y que está por salir al mercado después de que Grupo Planeta la puso en manos de algún escribano o tal vez de un procesador de inteligencia artificial, porque ahora hasta eso se vale, sobre todo si dejará mucho dinero a editores y familiares del autor. Por lo pronto, Planeta informó que el libro se lanzará en todas las lenguas que han dado a luz otros títulos del colombiano. Algo parecido harán los mismos editores con la que –dicen– fue la primera novela de Manuel Vázquez Montalbán, la que habría participado en el concurso Biblioteca Breve en los años sesenta. Como no resultó triunfadora, el autor fallecido en 2003 la guardó y presuntamente la encontró un tal José Colmeiro entre los papeles del catalán. Ahora la obra será publicada, pero si Vázquez Montalbán no quiso que fuera editada debió tener sus razones y sería deber de su heredero –su hijo Daniel Vázquez Sallés– respetar la decisión de su padre. Pero el retintín de los euros, cuando pueden sumar grandes cantidades, doblega todo deber filial.

Aristófanes y Liz sí trata

Fue en el año 411 a.n.e. cuando se representó por primera vez la comedia Lisístrata, de Aristófanes. A partir de entonces y en todas partes se lleva a la escena esa obra pacifista, la cual tiene en el centro una dura y simpatiquísima crítica del machismo, pues las mujeres se declaran en huelga sexual para que termine la guerra. Ahora, en el Foro Rodolfo Usigli de la Sogem (Héroes del 47 y Eleuterio Méndez, en Churubusco), Mulato Teatro AC presenta una versión “afro-greco-ranchera” de la obra, en versión “libérrima” de Jaime Chabaud bajo la dirección de Paola Izquierdo, con Marisol Castillo en la dirección escénica y un elenco afrodescendiente. Liz, la heroína, convoca a las mujeres de la comunidad a rebelarse contra el machismo, los maltratos y la injusticia. Para tener éxito, recurren a la abstención sexual, todo dentro de un marco donde se mezcla la tragedia con un especial sentido del humor. Las presentaciones serán viernes y sábado a las 8 de la noche y domingo a las 19 horas.