EL-SUR

Lunes 21 de Octubre de 2024

Guerrero, México

Opinión

Acapulco bajo el porfiriato I

Anituy Rebolledo Ayerdi

Octubre 10, 2024

 

Anituy Rebolledo Ayerdi

La visita

El presidente Porfirio Díaz visita el estado de Guerrero un año antes de abandonar el cargo. Viaja a Iguala el 1 de mayo de 1910 y lo hace sin ninguna preocupación por que aquí se conspire en su contra. El mandatario había ofrecido no irse sin inaugurar la carretera a la Cuna de la Bandera, iniciada tres años atrás por el gobernador Damián Flores. Una obra singular construida, como muchas otras, por presidiarios comunes y políticos.
Damián Flores, a propósito, fue dueño, con su hermano Matías, del Teatro Flores, de Acapulco, en el que, por falta de seguridad, murieron carbonizados alrededor de 300 hombres y mujeres, 50 niños entre ellos.
Antonio Lavín, alcalde de Iguala, le dedica la humilde recepción llamándolo “Héroe de la paz, el progreso y la prósperidad nacionales, asombro del mundo”.
“No acepto que se llame sencilla a esta recepción”, corrige al punto el general y la califica: “ha sido una recepción magnífica, solemne y tan cordial como la que se me ofreció en tiempos aciagos para el país, cuando mi cabeza tenía precio y yo temía menos por ella que por la República. Cuando llegué de Puebla y Guerrero me dio asilo seguro”.

Chilpancingo

En la plaza de armas de Chilpancingo le dará la bienvenida el alcalde, doctor Miguel Olea, quien se pregunta: “¿cómo no sentir gratitud sempiterna y cariño singular por usted si toda vuestra vida se ha consagrado a honrar y enaltecer el suelo bendito en el que reposan nuestros padres y se mecen las cunas de nuestros hijos? ¿Cómo no admiraros y quereros si parecéis en vuestra ancianidad ilustre a esas montañas inmaculadas, montañas que a través de los tiempos siguen alimentando ríos y siguen siendo las primeras en mirar al sol?”. Y continúa:
“En estos instantes veo en mi fantasía suavizarse al señor Morelos, humedecerse las pupilas de Bravo y relampaguear los ojos de Guerrero. Son los padres de la patria los que os saludan como a un hijo predilecto”.

Rectificación

Al héroe del 2 de abril le urgirá rectificar una pifia biográfica del orador. Así, luego confesar que disfrutaba estar ante el denodado pueblo de Guerrero, contemplando el prodigioso suelo que en épocas aciagas le bridara generosa hospitalidad, irá al punto:
“Permítaseme hacer una rectificación al discurso que se acaba de pronunciar. No fue en Miahuatlán sino en Guerrero donde empecé verdaderamente mi carrera militar, ayudado por mis inolvidables amigos Cano y Reguera y con la cooperación del inolvidable general Juan Álvarez. El me proporcionó 500 infantes, todos gente valiente y aguerrida, con quienes se llegó al triunfo en Jamiltepec, logrando quitarle armas al enemigo, las primeras en mi vida. Aquí en Guerrero fue donde pude reorganizar una cuerpo de ejército que, en aquella época luctuosa de nuestra independencia, hizo tanto por nuestra patria”.
Los rebeldes de Huitzuco simplificarán aquel encuentro adjudicándolo a la curiosidad silvestre ante una presencia mítica, además del talento del gobernador Damián Flores, de Tetipac, quien logró la presencia de miles mediante el obsequio de calzones de manta, sombreros, enaguas, huipiles, rebozos. Y el acoso de la gendarmería, por supuesto.

El banquete

El banquete en honor el presidente Díaz fue servido para 200 personas en los corredores del palacio de gobierno de Chilpancingo. Fueron ornamentados con la réplica escenográfica de la aduana de Ciudad Juárez, Chihuahua, rememorando la entrevista entre los presidentes Díaz y Taff, de Estados Unidos.
La mesa de honor fue ocupada, además, por el vicepresidente Ramón Corral, el secretario de Comunicaciones y Obras Públicas, ingeniero Leandro Fernández y el gobernador anfitrión.
La vajilla de Sevres fue traída desde el Castillo de Chapultepec, lo mismo que los cubiertos de plata, las copas de cristal cortado y la mantelería de lino yucateco con ribetes de bolillo. Las mesas lucirán coloridos arreglos frutales.
El menú fue preparado por el cocinero presidencial, el chef francés Syvian Doumont, y consistió en consomé de pollo, sopa de pescado, ensalada de legumbres, asado de tortuga y truchas estofadas con salsa dulce y picante. Se sirvieron vinos de Burdeos y Borgoña, champaña Rouge, jerez gaditano y coñac Martell. No faltaron las natillas y los helados de sabores.

Los adioses

Luego de la comilona, el presidente Díaz colocará la primera piedra de un monumento al general Vicente Guerrero, con discurso alusivo del licenciado Alberto Jiménez y una declamación patriótica a cargo del niño Alberto Saavedra Torija.
La despedida la hará el gobernador Flores, maestro de matemáticas y cosmografía, agradeciendo el camino puesto en servicio y deseando larga vida y prolongada influencia del pacificador del país.
Parco, como siempre, el anciano dictador agradecerá la oportunidad de haber contemplado de cerca el espectáculo de un pueblo empeñado en preparar y acumular los elementos que han de constituir su progreso colectivo.
Un año más tarde, Porfirio Díaz viajará a bordo del vapor Ypiranga.