Beca Conashit a 172 muertos

Hace más de una semana, la priodista Yulia Bonilla denunció que el Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnología, más conocido como el Conashit, paga becas a 172 investigadores muertos y ha incurrido en otras irregularidades, lo que traducido a dinero suma 21 millones 672 mil pesos, según la Auditoría Superior de la Federación, además de que no cuenta con un padrón actualizado de beneficiarios, pues el actual es de 2022. Era esperable que María Elena Álvarez-Buylla hubiera aclarado de inmediato el gigantesco fraude, pero hasta ahora ha guardado un muy penoso silencio. Ya antes, mientras avalaba con su silencio la ineficiencia o la deshonestidad de sus subordinados, llevó a tribunales una demanda contra destacados científicos por viajar a congresos y realizar otras actividades propias de su especialidad, quienes por fortuna han sido exonerados. Doña María Elena se ajusta al perfil del actual funcionariado, con 90 por ciento de lealtad a su líder y diez por ciento de eficiencia.

Desinterés por los
Premios Nacionales

Tiempos hubo en que era todo un acontecimiento el Premio Nacional de Ciencias y Artes, como antes se llamaba. Hoy, el Premio Nacional de Artes y Literatura exhibe la pobreza de la politica cultural y tal vez de la mismísima vida cultural de México, lo que es toda una paradoja, pues, como nunca, entre los escritores vivos hay varios que son muy apreciados fuera del país; contamos con pintores y escultores originales y altamente creativos, bailarines que son figuras en las compañías de ballet de mayor relieve internacional, músicos que han dirigido prestigiosos conjuntos orquestales e intérpretes de bel canto que triunfan en Europa mientras tienen cerradas las puertas de Bellas Artes. En fin, figuras que aquí carecen de oportunidades para mostrar su talento, muchos de los cuales han dejado el país ante la indiferencia de las autoridades, que sólo se acuerdan de ellos cuando sus éxitos pueden ser usados para fines políticos. Tales miserias son resultado de la incompetencia de las autoridades culturales y el desprecio cuatreísta hacia el mundo de la creación, que hasta ahora, en noviembre, entrega los premios nacionales correspondientes a 2022.

Los galardonados de 2022

Hay que celebrar que con el Premio Nacional en la especialidad de bellas Artes se reconozca el talento histriónico de María Rojo, la niña prodigio de aquel Teatro Fantástico que encabezaba Enrique Alonso, la talentosa joven que prodigó sus encantos en mútiples filmes, la actriz madura que se mantiene como figura mayor de nuestro cine. La intrascendencia de su paso por la política no resta un ápice a su grandeza actoral. En Historia, Ciencias Sociales y Filosofía recibió el reconocimiento Antonio Rubial, quien ha venido abogando porque se reconozca el aporte de 300 años de coloniaje. En Artes y Tradiciones Populares se otorgó el Premio a “la Maestra Cocinera Tradicional (mayúsculas por cortesía de la Secult) de origen zapoteca, (coma) Abigail Domínguez” (¿No será Abigaíl, con acento en la segunda i?).
Selma Ancira, orgullo de México

Traductora del ruso, el griego y el catalán, Selma Ancira –hija de ese gigante de las tablas que fue Carlos Ancira– es quien nos dio a conocer a mútiples autores, la que vació al español la obra en prosa de Marina Tsviétaieva y trajo a nuestra lengua obras clásicos rusos decimonónicos, pero también a varios autores del siglo XX, entre otros a Ösip Mandelshtam, Boris Pasternak, Nina Berbérova, Bulat Okudzhava, Izrail Metter y varios más que fueron perseguidos, silenciados o maldecidos en la extinta Unión Soviética. También le debemos versiones en español de poemas de Yannis Ritsos y ensayos de Giorgos Seferis. Ahora, Selma Ancira es la primera persona premiada por su labor como traductora se le entrega el Premio Nacional de Lingüística y Literatura, mismo que se suma a otras distinciones recibidas. Bien por ella y por quienes podemos seguir gozando de las obras que vierte al español.

La bienamada Poniatowska

En una semana de reconocimientos, muy merecidamente se entregó a Elena Poniatowska el Premio Carlos Fuentes, sobre quien escribió la galardonada un bello, nostálgico texto sobre el autor que nos cimbró con La región más transparente, con sus textos en la legendaria revista Política, con su brillante participación en los suplementos que dirigió Fernando Benítez… Elena convivió con el autor que da nombre al premio y con amigos como Vicente Rojo, Carlos Monsiváis, José Emilio Pacheco y, por supuesto, con Octavio Paz. Personajazos que, como ella, llenaron toda una época.

Breviario…

La UNAM ofrece funciones de danza con nueve obras que considera “emblemáticas” de los años 1981 a 2010. Qué bueno, pero groseramente se omitió a Gloria Contreras, quien produjo lo más importante del periodo y creó un publico para el ballet. @@@ Al Festival Cervantino de este año asistieron 160 mil personas y se produjo una derrama de 200 millones de pesos, cifras muy menores a las de 2019, cuando fueron 414 mil los asistentes y la derrama llegó a 615 millones de pesos. Así funciona ahora la cultura.