EL-SUR

Sábado 07 de Septiembre de 2024

Guerrero, México

Opinión

Bernardo Esquinca: en la intimidad con la Mataviejitas

Adán Ramírez Serret

Enero 21, 2022

La nota roja en México goza de una gran popularidad. Esto se debe, por supuesto, al gusto intrínseco del ser humano por la muerte, potenciado por el morbo mexicano y el amor por la sangre –quizá en algo tengan que ver nuestros ancestros prehispánicos– y por una innegable y terrible inventiva de los editores de los diarios amarillistas, quienes buscan titulares atractivos y cargados de humor negro, sobre accidentes de tránsito, tragedias familiares o acosadores. Es famoso el titular sobre aquel hombre que se vestía de mujer para subirse a los vagones del metro exclusivos para mujeres y acosar sexualmente a las tripulantes hasta que fue descubierto y llevado a las autoridades. Al editor de la nota roja se le ocurrió titular la noticia, “Vestido para tortear”.
Han estado en los titulares de la nota roja asesinos seriales como el Pozolero, el Mochaorejas y varios más. Y por supuesto, la Mataviejitas que conmocionó al país. Juana Barraza quien luego de mucho tiempo, de varios asesinatos a mujeres de la tercera edad, fue descubierta y atrapada después de una década, casi por accidente por la policía capitalina y fue condenada en un principio a setecientos años de cárcel.
Ante esta realidad, los escritores de novela policiaca, de terror o de suspenso en México, siempre se ven un tanto intimidados por la naturaleza de nuestro país que muchísimas veces supera la ficción. Historias como la de la Tamalera hacen parecer pobres los relatos más sórdidos extraídos de la imaginación de un creador.
No es el caso de Bernardo Esquinca (Guadalajara, 1972), quien desde hace varios años y extraordinarios libros, se ha apoderado de las pesadillas y temores de los mexicanos a quienes nos encanta asustarnos contándonos historias de fantasmas y crímenes. Su saga Casasola y su trilogía de relatos de terror, son extraordinarios. Ahora, complementa su obra dando un salto hacia un personaje célebre de la nota roja –género que por cierto siempre ha influenciado su obra–, haciendo de Juana Barraza la protagonista de su más reciente novela, Asesina íntima, en donde ficcionaliza la historia de la Mataviejitas cambiándole el nombre por Chana Barrera.
Esquinca entra a las entrañas de esta historia con una gran habilidad narrativa, pues construye la obra a partir de los personajes que rodearon a la Mataviejitas. Comienza por recrear –todas las voces con la excepción de una, están basados en personajes reales, pero, al igual que con Juana Barraza, les cambia el nombre y ficcionaliza las historias– la voz de la periodista quien entrevistó por accidente a la Mataviejitas cuando era luchadora profesional y esta se jactó de ser ruda.
Después, toma la voz de una vecina de la asesina serial y su relación con ella. Las historias de cada una de las personas que rodearon a la Mataviejitas contienen relatos tragicómicos muy mexicanos en donde la miseria y la tragedia se convierten en episodios hilarantes como peleas de lucha libre en carpas en donde entran gallinas al ring. Un policía que ama las novelas policiacas y participa en operativos que consisten en observar a las personas en bares de travestis; los policías que la atrapan por accidente y sus vidas se ven arruinadas por la fama; falsos culpables que fueron chivos expiatorios y aún están en la cárcel –esto es real por supuesto–; compañeras de prisión como la Narcosatánica, criminalistas que hacen el perfil psicológico de la Mataviejitas y un editor de nota roja –el único con nombre y apellido real– quienes cuentan sus tristes, esotéricas y ridículas historias.
Asesina íntima es un relato polifónico en donde la Mataviejitas es parte de una sociedad marginada en la cual todos sufren abusos y la justicia brilla por su ausencia. Es un relato divertido y triste, desde la intimidad de la conciencia, en el cual el editor de nota roja dice que “México es una novela sin ficción donde encontramos hieleras con cabezas en plena calle, y cuerpos ejecutados que cuelgan de los puentes. La gente que se indigna por la nota roja no se da cuenta que ya vive dentro de ella”.
Bernardo Esquinca, Asesina íntima, Ciudad de México, Almadía, 2021. 257 páginas.