EL-SUR

Sábado 07 de Septiembre de 2024

Guerrero, México

Opinión

Brasil, rumbo al precipicio con Bolsonaro

Gaspard Estrada

Marzo 18, 2020

 

 

La crisis del Covid-19 está sacudiendo al mundo. Estados Unidos cerró sus fronteras a los vuelos provenientes de la Unión Europea. De la misma manera, la Unión Europea (UE) anunció el pasado lunes el cierre del espacio Schengen (se trata del acuerdo de libre circulación existente dentro de la UE) durante treinta días. E inclusive, dentro de este territorio, las fronteras entre países han vuelto a existir: Alemania, por ejemplo, cerró sus fronteras con Austria, Francia y Holanda. En América Latina, la situación es similar: Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador, El Salvador, Perú, Uruguay y Venezuela han decidido cerrar sus países a los extranjeros. Y a pesar de las diferencias políticas, la mayoría de estos países han entablado un mecanismo de coordinación regional en la lucha contra la pandemia, en la cual se prevé la consolidación de la compra de insumos médicos, así como el intercambio de información sanitaria. Sin embargo, el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, prefirió no participar en esta video conferencia. De igual manera, tampoco quiso cerrar las fronteras de su país, el mayor de América del sur, con más de 200 millones de habitantes.
Más grave aún, en lugar de asumir de una vez por todas su rol como jefe de Estado, respetando la cuarentena a la cual fue sometido por el equipo médico de la presidencia de la República de ese país, Jair Bolsonaro ha decidido violarla, e inclusive ir más allá, al anunciar su apoyo a une serie de manifestaciones que se llevaron a cabo el pasado domingo en las principales ciudades de Brasil. Estos actos, que fueron financiados en buena medida por los grupos empresariales afines a Jair Bolsonaro, tenían como objetivo pedir el cierre del Congreso y de la Corte Suprema de Brasil, con el argumento de que estas instituciones “impedirían” el trabajo del gobierno de extrema derecha. Ante el crecimiento de la epidemia de coronavirus, el ministro de salud del gobierno de Jair Bolsonaro, Henrique Mandetta, hizo un llamado a la población para que evite las concentraciones públicas, se recoja en su casa, y se lave las manos con mucha frecuencia para evitar una contaminación mayor de la sociedad. Sin embargo, para Bolsonaro, estos llamados de su ministro no tenían ninguna importancia. De hecho, para el presidente de Brasil, la pandemia del coronavirus está siendo “exagerada” por los medios de comunicación, que hablan del asunto hasta la “histeria”. De tal suerte que respaldar las concentraciones de personas, a pesar de que ello podría contribuir a potenciar la pandemia, no le causó problema (en Francia, la crisis sanitaria se agudizó a raíz de un encuentro evangélico en el cual participaron dos mil personas a finales del mes de febrero en Alsacia). Es más, además de compartir en sus redes sociales imágenes y videos de los actos que se llevaron a cabo en todo el país, Bolsonaro decidió en persona ir a saludar a los manifestantes que se encontraban afuera del palacio presidencial del Planalto, para respaldar su mensaje político.
Pero, contrariamente a lo sucedido hasta ahora, la clase política brasileña ha reaccionado muy mal ante esta iniciativa. Y no se trata de un acto aislado: buena parte de los medios masivos de comunicación, tradicionalmente alineados con las pautas del gobierno en turno, también han emitido críticas severas en contra de la figura del presidente Jair Bolsonaro. Inclusive, el pasado martes, un diputado de un partido que forma parte de la coalición gubernamental del presidente, presentó un pedido de destitución ante el presidente de la Cámara de Diputados de ese país, Rodrigo Maia. Si bien nada indica que este último dé seguimiento a este proceso en el corto plazo, el simple hecho que un pedido de este tipo sea protocolado oficialmente, es una señal de la progresiva pérdida de sustentación política al gobierno de Jair Bolsonaro. Como todo indica que la economía del país se paralizará en los próximos días y semanas, lo cual tendrá un impacto devastador en la sociedad brasileña, las cosas van a complicarse cada vez más para Jair Bolsonaro. Con un pronóstico reservado.

Twitter: @Gaspard_Estrada

* Director Ejecutivo del Observatorio Político de América Latina y el Caribe (OPALC), con sede en París.