EL-SUR

Sábado 14 de Septiembre de 2024

Guerrero, México

Opinión

De la seguridad pública a la construcción de la paz

Jesús Mendoza Zaragoza

Agosto 12, 2024

Por lo que hemos visto hasta ahora, cuando las autoridades hablan de la paz solo están pensando en la seguridad pública. De hecho, hay una regulación de esta seguridad en los ámbitos municipal, estatal y federal, lo mismo que se tienen las instituciones responsables de garantizar la seguridad pública que se requiere en las ciudades, en los pueblos y en el medio rural. De esta manera reducen la construcción de la paz al concepto de seguridad pública. Ciertamente, la seguridad pública es necesaria y es fundamental para el desarrollo de los pueblos, pero no es lo mismo construir la paz y construir un sistema de seguridad pública.
En razón de esto, las autoridades entienden que la seguridad pública tiene que estar a cargo de las instituciones públicas de seguridad, como las diversas corporaciones policiacas, la Guardia Nacional, el Ejército y la Marina, quienes son los protagonistas fundamentales de esta seguridad, tan necesaria y tan básica. Por eso, la estrategia gubernamental se reduce a las vías policiacas y militares. Y sistemáticamente, las autoridades han excluido a la sociedad, a la que se le asigna sólo la tarea de denunciar arbitrariedades y delitos.
Pero los ciudadanos no solo aspiramos a la seguridad pública sino también queremos dar pasos hacia la seguridad humana, el mejor camino para la construcción de la paz. En nuestros contextos, en los que las organizaciones criminales se han adueñado de amplios territorios, hemos visto que la seguridad pública no está dando los resultados que se buscan. Es más, en algunos lugares las instituciones que se ocupan de la seguridad pública han sido cooptadas o sometidas a los intereses de los criminales. En otras palabras, está muy lejos el día en el que ésta pueda ser garantizada de manera suficiente. La presencia del crimen organizado en los territorios, debilita la garantía de muchos derechos debido a que la seguridad pública carece de una visión integral de los derechos humanos, que la seguridad humana si considera.
¿Qué podemos decir acerca de la seguridad humana? Es algo así como un modelo de seguridad que se centra en la seguridad de los individuos y no en la seguridad de los estados o naciones. Se basa en la idea de que todos deberían tener derecho a vivir libres de miedo y de miseria. Abarca una amplia gama de componentes como los políticos, económicos, alimentarios, sanitarios, medioambientales, comunitarios y de seguridad personal. La seguridad humana tiene como objetivo reducir la vulnerabilidad global abordando las necesidades y los derechos de los individuos y las comunidades.
La seguridad humana se desarrolla en la medida en que se incluyen todos los derechos humanos, destacando algunos de ellos como el derecho a vivir sin miedo y sin violencia, el derecho al trabajo y al salario digno, el derecho a la salud, etc. La seguridad humana busca reducir la vulnerabilidad global abordando las necesidades y los derechos de los individuos y de las comunidades.
La seguridad humana busca sobre todo la prevención, poniendo las condiciones necesarias para que todos los derechos sean previstos, garantizados y respetados. En este sentido, la seguridad humana pone las condiciones para que la paz sea posible. La prevención se orienta a desentrañar las causas profundas de las fragilidades y de los riesgos fortaleciendo las capacidades locales de resiliencia y de cohesión social para hacer valer la dignidad de cada persona y de cada comunidad y de los derechos humanos que estén en riesgo.
La seguridad humana fortalece a las personas y a las comunidades ante los riesgos propios de la pobreza extrema, de los desastres naturales, de las violencias, de los conflictos y de los grupos de poder legales e ilegales. Fomenta el desarrollo de comunidades sostenibles y resilientes, facilitando a las personas para que tengan acceso a necesidades básicas como atención médica, alimentos, agua, educación y empleo. En fin, ayuda a mejorar la calidad de vida de las personas y las comunidades y de los pueblos.
De modo que la seguridad pública ni basta ni es suficiente para recuperar la paz que necesitamos en México. Militares y policías tienen sus tareas específicas en torno a la seguridad pública, pero no tienen la capacidad suficiente para la construcción de la paz. Dan su propio aporte que tiene sus propios límites. Por eso, los gobiernos, todos los gobiernos, municipales, estatales y federales debieran pensar que la estrategia actual de seguridad supone integrar a víctimas de las violencias, universidades, empresas, iglesias, ambientalistas, feministas y demás grupos de la sociedad civil a la Mesa de Coordinación para la Construcción de la Paz gubernamental de la que han sido excluidos hasta ahora.
Todos hemos sido responsables de las condiciones de violencia que padecemos y necesitamos diseñar un proceso y colaborar para convertirnos todos en constructores de paz. Juntos, gobiernos y sociedad, en el camino para lograr la seguridad humana que abre las puertas para la construcción de la paz que, sabemos, es posible. Es necesario cambiar el paradigma de la construcción de la paz, abriendo un proceso desde la seguridad pública hasta la seguridad humana.