LA REPÚBLICA DE LAS LETRAS

Defienden el Centro SCOP

El Centro SCOP fue una de las grandes realizaciones del muralismo mexicano, pero hasta ahora la federación no ha mostrado mucho interés por el rescate de ese patrimonio de todos. De ahí que numerosas personas de diversos sectores, descendientes de los artistas fallecidos, así como artistas e intelectuales como Alberto Híjar, Joaquín Díez-Canedo, Ramón Vargas Salguero, Xavier Guzmán Urbiola, Esther Muñoz, Carla Rippey, Eloy Tarcisio, Fernando Leal Audirac, Mónica Mayer, Pedro Salmerón, Óscar de Pablo, Luis Mario Moncada, Lucila Rousset Harmony, Jimena Granados y cientos más exigen a las autoridades que se respete la ubicación de las obras pictóricas y escultóricas del conjunto y que se informe amplia y debidamente del proyecto Centro Cultural SCOP, sus etapas y objetivos. En especial, demandan “la reincorporación de elementos desaparecidos del proyecto original” y que se tome opinión de especialistas y vecinos. Por supuesto, parece mucho pedir para las autoridades, pero habrá que estar insistiendo para que cumplan con su obligación de velar por el rescate y mantenimiento de nuestra riqueza artística.

12 años sin Granados Chapa

Hace 12 años murió Miguel Ángel Granados Chapa, un periodista de época, una pluma incansable en la denuncia de errores, corrupción y dislates de “nuestra” clase política. Su agudeza, su precisión y la forma implacable en que exigía cuentas a los funcionarios levantaba ámpula en los aludidos, entre los cuales no faltó quien quisiera coptarlo haciendo gala de una generosidad que le costaría al erario. Miguel Ángel nunca lo aceptó, e incluso rechazaba con verdadera indignación esas caravanas con sombrero ajeno. Fue un columnista de excepción, pero también –algo que se sabe menos– un editor puntual y acertado en un oficio donde el criterio es determinante. No es exagerado decir que fue el Francisco Zarco de nuestra época. Así de grande era.

Murales del Palacio Nacional

Una estupenda guía para acompañar la visita es el libro Los murales de Diego Rivera en Palacio Nacional, de Alfredo Hernández Murillo, quien desmenuza esa obra monumental para mayor comprensión de los espectadores, pues sabido es que el conocimiento cabal de una producción tan amplia y compleja requiere de varias visitas y de la ilustración que ofrecen los especialistas. Luis Rodríguez es el estupendo diseñador de esa páginas donde destaca el trabajo fotográfico de Juan Antonio Hernández Rosas. La edición fue patrocinada por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público y por la Secretaría de Turismo de la ciudad de México. Todo un acierto.

Marc Cooper en el Zócalo

La Feria del Libro del Zócalo es un acontemiento multitudinario, para lo que mucho contribuye que no se cobre la entrada. Los puestos (stands, en espanglish) tienen una oferta variadísima y pueden conseguirse títulos más baratos que en librería, además de que los asistentes reciben valiosas obras gratis, pues organiza la Brigada para Leer en Libertad, dirigida por Paloma Saiz, que tiene una vasta experiencia en la promoción de la lectura. Al autor de esta columna le tocó acompañar a Marc Cooper en la presentación de su libro Memorias chilenas 1973, en el que narra en forma ágil la visita de Fidel Castro a Chile –donde el lider cubano permaneció 23 días– y los principales acontecimientos que desembocaron en el sangriento golpe de Estado de Pinochet y aquella basura uniformada en la que el mandatario chileno confió hasta el penúltimo día.

¿La Corte vs los compositores?

La delegación mexicana que negociaba la renovación del Tratado de Libre Comercio, en diciembre de 2019, aceptó unos “protocolos modificatorios” que impiden a los compositores decidir a quién se permite la difusión de sus obras y a quién no. La Sociedad de Autores y Compositores de México decidió ampararse ante tales protocolos que lesionan el derecho de autor, pero ahora el ministro Javier Láynez Potisek pretende negar a los creadores derechos que les otorga el Convenio de Berna, pues a su juicio, los autores deben conformarse con las regalías que les arrojan las empresas.

Divorcio justo, pidió Amos Oz

Lo dijo el finado Amos Oz hace diez años, al recibir en Praga el Premio Kafka. Sus palabras resuenan fuerte ante la crisis de Medio Oriente: “Israel es un campo de refugiados. Palestina es un campo de refugiados. El conflicto entre israelíes y palestinos es un choque trágico entre dos derechos, entre dos antiguas víctimas de Europa. Los árabes fueron víctimas del imperialismo europeo, del colonialismo, la opresión y la humillación. Los judíos fueron víctimas de la persecución europea, de la discriminación, los pogromos y, al final, una matanza de dimensiones nunca vistas. Es una tragedia que esas dos antiguas víctimas de Europa tiendan a ver, cada una en la otra, la imagen de su pasada opresión… Creo firmemente en un compromiso histórico entre Israel y Palestina, una solución de dos Estados. No una luna de miel, sino un divorcio justo, que coloque a Israel al lado de Palestina, con Jerusalén oeste como capital de Israel y Jerusalén este como capital de Palestina. Algo similar al pacífico divorcio entre checos y eslovacos”.