EL-SUR

Sábado 07 de Septiembre de 2024

Guerrero, México

Opinión

Desaparecidos, dolor de todos

Humberto Musacchio

Agosto 03, 2023

Dijo el presidente López Obrador que durante el presente sexenio ha disminuido el número de desaparecidos, pero no hay certeza en el manejo de cifras, ya que el propio mandatario insistió en que es necesario actualizar el censo, pues en su opinión no es posible que su gobierno tenga, en menos de cinco años, más desaparecidos que el sexenio entero de Felipe Calderón.
Lamentablemente sí es posible, pues cada día nos amanecemos con informaciones sobre nuevos y más sangrientos asesinatos, en Guerrero, en Chiapas, en Tamaulipas y otros estados, mientras que la delincuencia toma poblaciones enteras, realiza ostentosos desfiles con sus vehículos blindados y asalta y mata no sólo en caminos vecinales, sino también en autopistas tan transitadas como la de Querétaro y la de Acapulco, al mismo tiempo que aumentan en violencia y frecuencia de los ataques a policías, guardias nacionales, soldados y marinos, lo que muestra que estamos ante una situación sin control.
El temor de las llamadas “madres buscadoras” es que se maquillen las cifras, que nos hagan creer que de veras disminuye la criminalidad, cuando lo evidente es que el fenómeno crece y, necesariamente, la sangre salpica al gobierno y afecta los planes de continuidad de Morena, pues la primerísima obligación de toda autoridad es garantizar la vida y los bienes de los ciudadanos.
Por supuesto, en estas apreciaciones entra en juego la percepción. Si todos los días los medios difunden lo que ocurre en el país, más allá de los intereses que defienda cada emisora o cada impreso, hay realidades inexcusables, cifras de muertos y desaparecidos que no son menos ciertas que las aportadas por el gobierno.
Para el Ejecutivo, “sí hay una disminución” de la criminalidad, pero el actual gobierno aparece con más muertos y desaparecidos que sus antecesores. Desde luego, los adversarios del actual gobierno van a aprovechar cualquier cosa para minimizar o negar sus logros de éste y magnificar sus omisiones y desaciertos, pues eso está en la naturaleza de toda oposición real. Pero hay hechos que nutren la crítica a las autoridades, y la principal es la insatisfacción con las explicaciones que ofrecen las fuentes oficiales.
Negar la realidad funciona en ocasiones, pero cuando se trata de hechos tan dolorosos y frecuentes como las desapariciones y los asesinatos, que afectan a familias y comunidades enteras, difícilmente se puede hacer digerible la situación. De ahí que se pidan al presidente respuestas y, sobre todo, ayuda para localizar a sus parientes perdidos.
No parece aconsejable negarse a dialogar con las familias afectadas ni mucho menos acusarlas de manipular la situación. El daño es real y su dolor también. Por lo pronto, en lo que se actualizan los censos, las cifras de este sexenio están ahí: 128 mil asesinados y 34 mil 377 desaparecidos, lo que hace crecer el número de grupos de búsqueda integrados por madres y familiares que buscan a los suyos: padres, hermanos, hermanas, hijos y otros parientes perdidos en la noche de la ineficiencia policiaca.
Es de imaginarse la angustia, el dolor, la incertidumbre de esos familiares que recorren los campos en busca de los seres que les arrebató la incontenible criminalidad, los mismo que ninguna autoridad fue capaz de defender en vida ni de encontrarlos una vez sacrificados.
Por supuesto, como lo sabemos desde que don Jesús Reyes Heroles ocupó la Secretaría de Gobernación, al comenzar el sexenio de José López Portillo, cierto porcentaje de esos desaparecidos son personas que huyen de su hogar, de su familia, de su realidad para ir en busca de opciones económicas o sentimentales. Pero no es el caso de la mayoría.
Resulta desconsolador que el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes, ante la cerrazón de las fuerzas armadas, haya decidido dar por terminada su misión en México. Decepcionados, agraviados, los familiares seguirán en busca de sus seres queridos, pero para ellos y muchos otros mexicanos se habrá perdido la confianza en el actual gobierno, que no pudo o no quiso resolver las desapariciones. Por eso sigue vigente un reclamo que representa a todos los ausentes por causas criminales: ¿Dónde están los 43 muchachos de Ayotzinapa?