EL-SUR

Jueves 18 de Abril de 2024

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Opinión  

El futuro de Medio Oriente tras la conferencia de París

El pasado domingo se llevó a cabo en París una conferencia internacional sobre el conflicto palestino-israelí, con la presencia de más de 70 delegaciones de todo el mundo, incluyendo al presidente francés, François Hollande, y al secretario de Estado de Estados Unidos, John Kerry, que efectuó una de sus últimas visitas oficiales antes del fin … Continúa leyendo El futuro de Medio Oriente tras la conferencia de París

Enero 18, 2017

El pasado domingo se llevó a cabo en París una conferencia internacional sobre el conflicto palestino-israelí, con la presencia de más de 70 delegaciones de todo el mundo, incluyendo al presidente francés, François Hollande, y al secretario de Estado de Estados Unidos, John Kerry, que efectuó una de sus últimas visitas oficiales antes del fin de su mandato. Sin embargo, como era de esperarse, poco pudo lograrse durante esta cumbre internacional: el gobierno israelí, en voz de su primer ministro Benjamin Netanyahu, rechazó sus conclusiones, a las que calificó de sesgadas en favor del gobierno palestino. Al considerar el número y el tipo de países que participaron en esta conferencia, resulta difícil imaginar que la resolución tenga un sesgo tan marcado hacia Palestina. Sin embargo, más que un sesgo, lo que resulta evidente es que el gobierno israelí tiene claro que la nueva administración Trump en Estados Unidos le será ampliamente favorable, y por ende, prefiere dar por enterrada cualquier iniciativa que tenga la marca del gobierno de Barack Obama.
Sin embargo, las ideas defendidas durante la campaña electoral por el candidato del Partido Republicano, en vez de permitir la construcción de una solución negociada entre dos Estados conviviendo pacíficamente, tienen todos los ingredientes que podrían, a la postre, justificar una nueva guerra entre israelíes y palestinos. La voluntad de desplazar la embajada de Estados Unidos de Tel-Aviv a Jerusalén, lo cual equivale en términos diplomáticos a un reconocimiento de esta última ciudad como capital de Israel, será vista como una provocación por los palestinos en caso de que se materialice. Desde el fin de la Guerra de los Seis Días, en 1967, la comunidad internacional no ha reconocido la ocupación por parte de Israel de la parte oriental de la ciudad, pues considera que esta última es la capital del futuro Estado Palestino. Según esta jurisprudencia, el estatus final de Jerusalén sólo puede ser definido mediante una negociación entre ambas partes.
Si bien esta medida no se llevará a cabo, tal parece que la posibilidad de llegar a un acuerdo negociado entre las dos partes, bajo un auspicio de la comunidad internacional, ya no es viable en el terreno. En efecto, desde 1967, y a pesar de la condena de la Organización de las Naciones Unidas, (ONU), el gobierno israelí ha fomentado la colonización de territorios palestinos en Cisjordania, violando la ley internacional. La expansión de estas colonias ha llegado a tal punto que, según expertos, es muy difícil que un eventual Estado Palestino surgido de una negociación sea capaz de tener un mínimo de continuidad territorial. Es por eso que, en esta perspectiva, la llegada al poder de Trump significa una real amenaza a la estabilidad de la región. Por ende, a la luz de estos hechos se puede entender que el comunicado final de la conferencia de París resalte que los países signatarios “no reconocerán acciones unilaterales que amenacen una solución negociada” al conflicto entre ambos países, como, por ejemplo, el reconocimiento de Jerusalén como capital indivisible de Israel.
No obstante, el tiempo parece jugar a favor de Trump y de Netanyahu, al menos en un primer momento. En dos días, el 20 de enero, tomará protesta el nuevo presidente de Estados Unidos, así como el nuevo embajador de Estados Unidos en Israel. Es posible que durante este acto se anuncien más medidas a favor de la colonización de territorios palestinos. Y por eso es relevante que el gobierno del Reino Unido, buscando dar señales de aproximación frente a la nueva administración republicana, haya decidido abstenerse de respaldar la resolución de la conferencia de París. En el mundo diplomático, raramente este tipo de iniciativas políticas son el fruto de coincidencias. Por lo visto, es posible que el mundo empiece este año 2017 con un nuevo frente de tensión en el Medio Oriente.
* Director Ejecutivo del Observatorio Político de América Latina y el Caribe (OPALC), con sede en París.

Twitter: @Gaspard_Estrada