EL-SUR

Sábado 07 de Septiembre de 2024

Guerrero, México

Opinión

El pueblo sabio en las urnas

Abelardo Martín M.

Mayo 28, 2024

 

Como muy pocas veces en la historia de la joven, incipiente, insuficiente y cambiante democracia mexicana, los ciudadanos tienen una motivación para acudir a las urnas el próximo domingo: apoyar o, con su voto, mostrar su descontento, enojo y rechazo a la persona del presidente Andrés Manuel López Obrador.
También podría frasearse de otra manera: si se quiere apoyar el proyecto iniciado por AMLO o se opta, de nueva cuenta, por un cambio de personas aunque los problemas del gobierno continúen, en especial, el problema de la corrupción en los tres niveles de gobierno, municipal, estatal y federal.
Los ciudadanos en general, tienen pocos elementos de información real que les permitiera hacer comparaciones entre una u otra oferta. Algunos analistas políticos definen la problemática ideológica actual como que la mayoría de las opciones “están amontonadas en el centro”, es decir que no existen extremos de las llamadas izquierdas o derechas, sino que los candidatos ofrecen o “garantizan” los mismos privilegios más allá de los derechos del pueblo.
En una semana, a menos que ocurriera una catástrofe, se sabrá con certeza cuál de las dos candidatas habrá obtenido la mayoría para tomar posesión del cargo de presidenta de la república el 1 de octubre próximo. De esta forma, también la próxima semana, se iniciará el proceso de transición y de entrega de mandos del presidente López Obrador a su sucesora.
Aunque el atractivo principal es elegir a la sucesora de AMLO, están en el escenario electoral más de 21 mil cargos de elección popular si se consideran nueve gubernaturas, presidencias municipales, miembros del congresos federal y varios estatales, por lo que el número de aspirantes suma varias decenas de miles de todos los partidos políticos con registro ante el Consejo Federal Electoral.
Son días de cierre de campañas, las que esta vez, además de la natural efervescencia política y las pasiones partidarias, se distinguieron por la violencia inusitada, que cobró la vida de decenas de aspirantes a diversos cargos de elección popular, y amenazó o lastimó a otros cientos de candidatos, políticos de diversos niveles, e incluso a sus seguidores.
El domingo próximo tendrán lugar los comicios de mayor dimensión en la historia de nuestro país, luego vendrá el veredicto de las urnas. Si hacemos caso a la mayoría de las encuestas que han circulado en los recientes meses, la elección está decidida y se trata, según un dicho ya célebre, de un mero trámite.
Sin embargo, las experiencias de los últimos años en el mundo muestran que el rango de incertidumbre entre los vaticinios estadísticos y los resultados efectivos puede ser muy amplio, entre la imprecisión natural de estos ensayos y nuevos imponderables como el llamado voto oculto, en que la gente encuestada no revela su verdadera preferencia electoral y contesta lo que conviene para conjurar el riesgo supuesto o real de perder algún beneficio gubernamental.
Sabremos la semana próxima con exactitud hacia dónde se decanta la voluntad nacional, y cómo se conforma el nuevo mapa político de nuestro territorio. Lo previsible es que no ocurrirá ni el escenario arrasador al que se ha llamado por la 4T el “plan C”, ni la derrota apabullante del morenismo que desearían sus adversarios.
En Guerrero, aunque no se elige un nuevo Ejecutivo, ya que la gobernadora apenas se aproxima a la mitad de su gestión, de todas formas estos comicios serán de una gran relevancia, pues se eligen el resto de los cargos por los que un ciudadano guerrerense puede votar: la presidencia de la República, diputados y senadores al Congreso de la Unión, diputados locales y alcaldes de los 85 municipios.
Por ello, quienes localmente aspiran a ocupar alguno de estos puestos, han hecho una intensa campaña que igualmente toca a su fin. En ese proceso, Guerrero se ha identificado como la entidad más peligrosa para buscar un cargo de elección popular, pues se han cometido una decena de asesinatos en contra de aspirantes y personas allegadas; el más reciente crimen ocurrió el fin de semana contra el coordinador de la alianza opositora PRI-PAN-PRD en la zona de Marquelia, Arquímedes Díaz Justo.
Este inusitado crecimiento de la violencia contra aspirantes a puestos de elección popular, no sólo en Guerrero sino en todo México, se atribuye fundamentalmente a la intervención de los grupos del crimen organizado, que buscan así mantener y consolidar su hegemonía regional y tener autoridades locales dóciles ante su actividad, fenómeno que ha llamado incluso la atención de diarios estadounidenses de primer nivel, como The New York Times y The Washington Post, en sus recientes ediciones.
Es deseable que la jornada electoral transcurra en paz, con certeza, confianza y civismo y que de ella surja un resultado cierto y contundente, que le dé al país la gobernabilidad que necesitamos para la reconstrucción del tejido social y de la tranquilidad, que se han deteriorado a tal grado que se han convertido en la principal necesidad advertida por la ciudadanía.