EL-SUR

Martes 22 de Abril de 2025

Guerrero, México

Opinión  

Fluir sin palabras

El 1 de enero de 2025 estrenó el año cinematográfico en México la película Flow, habiendo conquistado el premio de mejor largometraje internacional de animación en el Festival Internacional de Cine de Guadalajara 2024. Flow es una obra animada, letona-francesa-belga, dirigida y escrita por Gints Zilbalodis y coescrita por Mat?ss Kaža; la maravillosa música es … Continúa leyendo Fluir sin palabras

Febrero 03, 2025

El 1 de enero de 2025 estrenó el año cinematográfico en México la película Flow, habiendo conquistado el premio de mejor largometraje internacional de animación en el Festival Internacional de Cine de Guadalajara 2024. Flow es una obra animada, letona-francesa-belga, dirigida y escrita por Gints Zilbalodis y coescrita por Mat?ss Kaža; la maravillosa música es de Rihards Zalupe.
En este filme no hay presencia de diálogo alguno ni de seres humanos. Trata sobre un viaje fantástico y de supervivencia entre diluvio y diluvio, liderado por un gatito. La estética, la música, las escenas, las aventuras, el drama, todo fluye hasta el final –tiene una duración de hora y 25 minutos–, como su nombre lo indica. Es muy factible que la película del letón Zilbalodis se acredite un Oscar, según presagia la crítica y, además, ya fue ganadora del Globo de Oro a mejor película animada. En México, a sólo 15 días de su estreno, había roto récords de taquilla con un millón de entradas vendidas.
Si bien la película sigue las huellas de La tortuga roja u otras animadas que resuenan con el drama apocalíptico del cambio climático, en Flow el acento está en la posibilidad de marchar hacia adelante sin detenerse, sin oportunidad para demasiados reparos. La conquista del viaje por el viaje mismo, los vericuetos de la travesía, el trabajo en equipo –con otros personajes animales– y el devenir irrefrenable, son el tema principal de Flow.
El concepto anglosajón flow se traduce en español como “flujo” o “fluir”. A alguien alivianado, a una situación sin tensión se le puede adjudicar este mote también porque, de hecho, en inglés se le atribuye a un estado mental, a una manera de escribir o hasta a un género musical que se funda en la capacidad de adaptación a una base rítmica generalmente rapera.
El título de la película parece deslumbrantemente sincrónico con la definición de flujo en el ramo de la física, que reza así según el Diccionario de la Real Academia Española: “magnitud que expresa la energía luminosa emitida o recibida por un cuerpo en la unidad de tiempo, y cuya unidad en el sistema internacional es el lumen”*.
Un momento climático de la película, de hecho, tiene que ver justamente con ese lumen, que recuerda mucho a un bagaje de tradiciones del Oriente, que vinculan a toda entidad con la resplandeciente energía primigenia del Universo denominada Qi.
Esas mismas tradiciones, que son practicadas por los monjes chinos del monasterio shaolin, aseveran que la enfermedad en el ser humano solamente ocurre cuando se topa el organismo con un bloqueo, con un estancamiento, con algo que deja de fluir. De hecho, la medicina china está basada en la eficiente circulación de distintos meridianos que atraviesan el cuerpo. En el momento en que algo se obstruye o se topa con importantes tropiezos, entonces viene la falla. Extrapolando burdamente este proceso, los problemas de las personas ocurren cuando se detiene el flow.
El psiquiatra hollywoodense Phill Stutz basa su exitosa terapia en el desbloqueo de sus pacientes para que puedan seguir en movimiento, no parar ni frenarse hasta encontrar ese flujo de energía y fuerza vital.
La cinta Flow tiene clarísimo ese concepto. La aventura, el correr, el tiempo, la música, el drama, el acontecer, nada se estaciona. Todo, como el agua que inunda el mundo de Flow, pasa sin detenerse.
El concepto o sentencia de “fluye” puede haberse frivolizado un poco al calor de las sugerencias o recomendaciones exprés de autoayuda, “deja que todo fluya; fluye con los cambios”. El decreto no es fácil y las explicaciones simplificadoras del dejar hacer, dejar pasar, pueden ser pedantes y hasta sonar algo obtusas. No obstante, el fluir inmaterial y trascendental, el energético y proveniente de la física cuántica, tiene mucho sentido en su consideración profunda.
El inédito guion de la película Flow se ubica sobre todo en ese recorrido a través del tiempo, a bordo solamente de la música, los sonidos, las expresiones de los protagonistas y una tiernísima y perfectamente empática animación que nos convoca a bien fluir con una trama sin palabras, plena de sensaciones.

* https://dle.rae.es/flujo

@anterrazas