EL-SUR

Jueves 17 de Octubre de 2024

Guerrero, México

Opinión

Guerrero, siempre Guerrero

Arturo Martínez Núñez

Julio 25, 2023

En las últimas semanas, como ocurre cíclicamente, Guerrero volvió a ser el centro de disputas criminalísticas, políticas y mediáticas de alcance nacional. Guerrero es una entidad de una complejidad mayúscula, el análisis y el diagnóstico de las condiciones de Guerrero da para varios cientos de páginas. La realidad es que Guerrero es un estado sumamente difícil de gobernar, todos los días hay decenas de movilizaciones, protestas, amagues y acciones de distintos grupos que intentan conseguir sus demandas, sean estas legítimas o no.
Guerrero es un estado que necesita de la atención permanente, seria y cercana de los tres poderes y de los tres órdenes de gobierno. Guerrero necesita un programa especial de atención a las causas que generan la violencia. Durante este sexenio el apoyo extraordinario a Guerrero sobre todo en programas sociales ha sido muy importante, pero no es suficiente. Guerrero es como un comal ardiente y los programas sociales, aunque benefician de manera importante a la población, no alcanzan a impactar en la disminución de la movilidad social ni en la reducción de la violencia. Seguramente sin los programas sociales estaríamos peor, pero esto es difícil de cuantificar.
Estoy convencido de que la decisión de evitar el choque contra los manifestantes, aun cuando los bloqueos a las principales vías de comunicación son muy dañinos para las actividades económicas y sociales, es correcta. Lo último que necesitamos es más sangre derramada. Aplaudo la decisión de la gobernadora y la actuación valiente y determinada del secretario general de Gobierno y su equipo. Sin embargo, es necesario que pensemos en soluciones definitivas a los grandes problemas ancestrales de Guerrero que son al final del día el caldo de cultivo para el surgimiento de la subversión. Ahora, además, como si los problemas centenarios que sufrimos no fueran suficientes, se añade la presencia protagónica del crimen organizado como un agente que utiliza las demandas legítimas para empujar su propia agenda.
Guerrero y las demás entidades del sur requieren programas de inversión multianuales que vayan revirtiendo poco a poco el atraso ancestral. México seguirá dividido en dos: un México industrial que crece a niveles importantes y el otro atrasado que no sólo no crece, sino que en algunos casos retrocede si no se interviene de manera decidida. En Guerrero no existe el dilema de dar el pescado o enseñar a pescar, en Guerrero hay que dar el pescado y enseñar a pescar. La educación tiene que ser la clave para la transformación del sur. Necesitamos orientarnos hacia la ciencia y la ingeniería honrando y respetando nuestros conocimientos ancestrales y la gran sabiduría que existe en nuestros pueblos originales.
Guerrero necesita inversión en infraestructura carretera, fuentes de energía limpias y baratas, recuperar e impulsar la actividad pesquera y aprovechar con sostenibilidad los más de 500 kilómetros de litoral en el océano Pacífico para volver a ser una potencia turística. Necesitamos garantizar que nuestros jóvenes cuenten con fuentes de empleo suficientes y bien remuneradas para que el gobierno deje de ser el principal empleador y fuente de ingreso de muchas familias.
En seguridad, no debemos de aflojar el paso, pero es necesario fortalecer las capacidades locales y comenzar a construir policías locales bien entrenadas, equipadas, arraigadas a sus comunidades y con remuneraciones y seguros de vida a la altura del riesgo. Necesitamos más inteligencia, no espionaje político, sino inteligencia que prevenga y se anticipe a la acción del crimen. Necesitamos más tecnología, más cámaras y más sistemas.
Todo lo anterior requiere de una cantidad de recursos con los que el gobierno local no cuenta al depender nuestros ingresos prácticamente todos de las transferencias de la federación. El margen para los gobiernos estatal y municipal es mínimo, apenas lo suficiente para cubrir abultadas e inútiles nóminas que crecen cada trienio y cada sexenio.
Gobernar Guerrero no es tarea sencilla y el próximo gobierno federal tiene que profundizar en el esfuerzo subsidiario que ha hecho el actual presidente, complementando la inversión social con inversión productiva que nos permita comenzar a salir de los últimos lugares del desarrollo.
Sin un programa extraordinario para el sur, quienes gobiernen Guerrero seguirán condenados a ser administradores de problemas endémicos, rogando a dios que no nos vuelva a tocar un nuevo choque que perpetúe el ciclo de acción, represión, acción, represión…
Hay que arrebatarle al crimen organizado las causas sociales. No se puede conseguir la legalidad y el Estado de derecho dando espacio a los jefes criminales. Abrazos sí, pero para todos aquellos que estén dispuestos a deponer la violencia como forma de presión. Las autoridades deben de respetar el juramento de cumplir y hacer cumplir la ley. Con prudencia, con paciencia, pero con determinación y de cara a la gente.
Los que querían que los caminos de Guerrero volvieran a teñirse de sangre, se quedaron esperando porque en la 4T tenemos muy claro que jamás se utilizará la fuerza pública para reprimir. El diálogo seguirá siendo nuestra principal herramienta para la resolución de conflictos, pero para que estos terminen de una vez y para siempre, es necesario que la Federación incremente sustancialmente su intervención en la entidad. Solos no podemos. Juntos y en coordinación somos invencibles.