EL-SUR

Sábado 07 de Septiembre de 2024

Guerrero, México

Opinión

¿Hacia dónde va Francia?

Gaspard Estrada

Julio 05, 2023

Desde hace poco más de una semana, Francia parece haber entrado en un terreno desconocido. Tras el asesinato de un joven de 17 años, Nahel, a manos de la policía mientras ésta realizaba un control de rutina en los suburbios de París, un sector de la sociedad –compuesto en su gran mayoría por jóvenes menores de edad– ha llevado a cabo saqueos y disturbios en todo el país, no solamente en los grandes centros urbanos, sino también en pequeñas localidades y también en los territorios de ultramar. Para una parte de los medios y de la clase política, en particular el partido La Francia Insumisa (izquierda radical), estos actos son el fruto del racismo sistémico que existiría dentro de las fuerzas de seguridad. Pero para otros, las protestas por motivos políticos han dado paso a una simple voluntad de destruir y de aprovechar el momento para robar. Según el Ministerio del Interior, decenas de edificios resultaron dañados –incluidos los ataques a cuatro oficinas de la policía o la gendarmería–, pero no hubo heridos. Más de 5 mil 892 vehículos fueron incendiados y centenares de incendios se iniciaron en contenedores de basura u otras zonas públicas.
Para responder a esta situación, no menos de 45 mil efectivos policiales han sido desplegados en toda Francia. Desde el viernes se han producido casi 4 mil detenciones, entre ellas más de mil 200 menores, según datos del Ministerio de Justicia. Durante la noche del lunes al martes por la noche, 72 personas fueron detenidas, lo que da muestra de una disminución de la actividad delictiva.
Si bien estos datos son una buena noticia, es evidente que la respuesta del Estado no puede ser simplemente policiaca y de corto plazo. Es necesario dar una respuesta política y social. En este sentido, el presidente Emmanuel Macron reunió a unos 250 alcaldes, cuyos municipios fueron atacados desde el inicio de la semana de violencia. Durante el encuentro, el jefe del Estado francés afirmó que los disturbios habían disminuido, pero todavía era muy temprano para saber si esta tendencia se mantendrá en los próximos días.
Esta reunión se llevó a cabo después de que el sábado por la noche, unos atacantes empotraron un coche contra la casa del alcalde de L’Haÿ-les-Roses, un suburbio al sur de París, e hirieron a la esposa del político cuando intentaba huir con sus hijos pequeños, lo que provocó una indignación generalizada. En el resto de Francia, la violencia desencadenada por la muerte del adolescente ha tenido como blanco numerosos símbolos de la República Francesa: escuelas, comisarías, bibliotecas y otros edificios públicos.
Un movimiento sin precedentes ha golpeado territorios que antes no se veían afectados por la violencia. Se han producido daños en edificios públicos, lo que no ocurrió durante la última oleada de protestas en los suburbios, que se produjeron en 2005 y que duraron varias semanas. En los últimos días, Macron ha tratado de lograr un delicado equilibrio entre mostrar compasión y determinación. Ha calificado de “inexcusable” e “inexplicable” el tiroteo de la semana pasada contra Nahel, cuando huía de la policía. Pero Macron también ha tachado los disturbios de “manipulación inaceptable de la muerte de un adolescente”.
La necesidad de reconciliar al país y al mismo tiempo encarnar la ley y el orden en un momento en el que sus márgenes de maniobra son limitados tras perder la mayoría parlamentaria el año pasado no será tarea fácil para Emmanuel Macron.
Tendrá que vigilar de cerca a los partidos de la oposición a medida que la delincuencia, la identidad y la inmigración –temas sobre los que la extrema derecha ha hecho campaña durante mucho tiempo– adquieren protagonismo a raíz de la crisis. Si la líder de la extrema derecha, Marine Le Pen, se ha contenido a la hora de alimentar una reacción contra los alborotadores, manteniendo su estrategia de seguir la narrativa de sus contrincantes, su lugarteniente de confianza, Jordan Bardella, ha liderado la carga contra los “criminales” que le deben “todo a la República”. Esperemos que este discurso no gane terreno en las próximas semanas.

* Director Ejecutivo del Observato-rio Político de América Latina y el Caribe (OPALC), con sede en París

Twitter : @Gaspard_Estrada