EL-SUR

Lunes 21 de Octubre de 2024

Guerrero, México

Opinión

Informe Planeta Vivo 2024

Octavio Klimek Alcaraz

Octubre 12, 2024

En este mes de octubre de 2024, fue dado a conocer por el denominado Fondo Mundial de la Naturaleza (WWF por sus siglas en inglés) el “Informe Planeta Vivo 2024. Un sistema en peligro” (https://www.wwf.org.mx/?391453/Informe-Planeta-Vivo-2024). Las cifras dadas a conocer en el Informe son inquietantes: ya sea en los ríos, en los mares o en la tierra, el Índice Planeta Vivo, (LPI) un indicador de la diversidad biológica global que administra la Sociedad Zoológica de Londres (ZSL), en colaboración con WWF, ha registrado una disminución dramática de las especies de vertebrados (anfibios, aves, peces, mamíferos y reptiles) en todo el mundo durante los últimos 50 años (1970-2020). En los mares: disminución del 56.0 por ciento de las especies. En agua dulce, lagos y ríos: disminución del 85.0 por ciento. En tierra: descenso del 69.0 por ciento. En promedio global, la disminución de la fauna silvestre es de un impactante 73.0 por ciento.
Con el Índice Planeta Vivo, el WWF y la ZSL intentan conjuntamente seguir el desarrollo de las poblaciones de vertebrados en todo el mundo: desde elefantes hasta ballenas y anguilas. El índice no dice nada sobre el número de animales (o especies) individuales. Describe en qué porcentaje las poblaciones observadas han disminuido en promedio. A lo largo de décadas se creó una enorme base de datos de 5 mil 495 especies de vertebrados divididas en 38 mil 427 poblaciones que fueron o están siendo observadas de alguna manera.
Por ejemplo, las cosas pintan dramáticas para el bacalao del Atlántico Norte y el Mar Báltico occidental. Sus acciones colapsaron un 77.0 por ciento entre 2000 y 2023. Las poblaciones de delfines del río Amazonas y delfines Tucuxi más pequeños en el Santuario Mamirauá de Brasil disminuyeron entre 65.0 y 75.0 por ciento entre 1996 y 2016. Aunque, también existen aspectos positivos, el bisonte demuestra que las medidas de protección de la especie son efectivas. La especie se extinguió en estado salvaje y ha vuelto a crecer hasta alcanzar unos 6 mil 800 animales. Los gorilas de montaña de la cordillera de Virunga, en la zona fronteriza entre el Congo, Ruanda y Uganda también se han recuperado y su población ha aumentado hasta alcanzar unos 700 animales.
En las regiones, los declives más rápidos se han registrado en América Latina y el Caribe — un alarmante descenso del 95 por ciento —, seguidos de África (76.0 por ciento) y Asia y el Pacífico (60.0 por ciento). Los descensos han sido menos dramáticos en Europa y Asia Central (35.0 por ciento) y Norteamérica (39.0 por ciento), pero esto refleja el hecho de que los impactos a gran escala sobre la naturaleza ya eran evidentes antes de 1970 en estas regiones: algunas poblaciones se han estabilizado o han aumentado gracias a los esfuerzos de conservación y a la reintroducción de especies.
Los datos del LPI también muestran que en las diferentes regiones del mundo el declive en poblaciones animales tiene como causa principal a la degradación y pérdida de hábitats, seguida de su sobreexplotación, las especies invasoras y las enfermedades. En menor medida son el cambio climático, (más acusado en América Latina y el Caribe) y la contaminación (sobre todo en América del Norte y Asia y el Pacífico). Todas son causas provocadas por las actividades humanas.
El IPV es un indicador importante del riesgo de extinción de especies de la fauna silvestre y con ello apoya a conocer la salud de los ecosistemas. La reducción de poblaciones de especies de la fauna silvestre impide que muchos ecosistemas se mantengan saludables, estables y resilientes. Si la población de una especie de fauna silvestre se reduce, puede alcanzar un punto de inflexión en que dicha especie no pueda cumplir su función ecológica en el ecosistema, desde polinizar, dispersar semillas, pastorear, ser parte en el ciclo de nutrientes, entre los muchos procesos que son parte del funcionamiento de los ecosistemas. Así, se disminuyen las contribuciones que los ecosistemas proporcionan a las personas: desde agua limpia, alimentos o materiales diversos, almacenamiento de carbono hasta las contribuciones intangibles que los ecosistemas hacen a nuestro bienestar cultural, social y espiritual.
La doble crisis de pérdida de biodiversidad y cambio climático no sólo está llevando a especies individuales de la fauna silvestre al límite, sino que también está poniendo en peligro la estabilidad de ecosistemas enteros. La destrucción de la selva amazónica y de los arrecifes de coral a nivel global son sólo dos ejemplos de esto. Los puntos de inflexión hacia los que el planeta se dirige marcan el límite de lo irreversible para la humanidad. Los próximos años son cruciales para el futuro de la vida en la Tierra. Todavía es posible cambiar algunas cosas y detener la pérdida de diversidad biológica, pero para lograrlo, la transformación de la economía y la sociedad debe acelerarse.

P. D. Ante el crimen atroz del pre-sidente municipal de Chilpan-cingo, Alejandro Arcos Catalán mis reiteradas condolencias a sus seres queridos. El Estado Mexicano en su conjunto debe responder y no dejar impune este crimen. Esto no es normal, ni nos debemos acostumbrar a ello.