EL-SUR

Sábado 07 de Septiembre de 2024

Guerrero, México

Opinión

Inter campaña

Arturo Martínez Núñez

Enero 23, 2024

Terminaron las precampañas, ese invento más fofo de la intrincada democracia mexicana que para evitar el fraude ha convertido a los procesos electorales en un verdadero berenjenal. Resulta que de aquí a marzo estaremos en una etapa llamada inter campañas en donde en teoría no se puede hacer promoción electoral ni llamado al voto, aunque en la práctica todas las fuerzas políticas estarán practicando la manera de violar la ley o de atravesar las lagunas que ésta tiene. Finalmente es seguir tratando a la ciudadanía como menores de edad.
En el frente opositor, la alianza antinatura, la coalición del mal se desgaja día con día con una candidata a la presidencia sin fuerza, sin ideología, con algo de humor infantiloide, y apoyada por tres partidos políticos impresentables, corruptos, criminales y gandallas. El PRD en proceso de extinción únicamente soportado por algunos liderazgos micro regionales casi no cuenta; el PRI, cuyos miembros merodean peligrosamente a Morena, no es más que una marca con mucho reconocimiento pero con muchos negativos, –y una agencia de colocación en donde los leales al inefable presidente nacional, serán palomeados en las listas plurinominales y en senadurías de alta competitividad–, murió el partido de la gran maquinaria electoral, murió a manos no de los opositores que durante décadas luchamos en su contra, sino por la antropofagia de sus miembros más conspicuos. El PAN, el partido que naciera para hacerle frente al cardenismo, el partido de derecha, confesional, conservador y reaccionario, dejó de ser doctrinario y desde hace algunas décadas se convirtió en la versión empresarial del PRI. Desde hace algunos años el PAN es regenteado por una caterva de jóvenes vulgares y ambiciosos que crecieron pensando que la política es el arte de negociar las pluris, las posiciones, los moches y los contratos. La candidata opositora intentará avanzar tirada por esos tres caballos apocalípticos y desvencijados a bordo de un carruaje construido con pedazos y restos, un amasijo cuya única amalgama es estar en contra de la cuarta transformación.
Sin soberbia y sin estridencia, incluso diría sin pasión, Claudia Sheinbaum avanza hacia una cómoda victoria el próximo junio. Si las elecciones fueran hoy la coalición Sigamos Haciendo Historia ganaría la presidencia de la república, la mayoría de las gubernaturas en juego, así como el Congreso de la Unión. El único problema es que las elecciones no son hoy y en política cualquier escenario es posible. Los estrategas de la alianza del mal van a apostar al juego de la desestabilización esperando que ocurra un evento imponderable que transforme por completo el panorama electoral. En Morena no podemos quedarnos con los brazos cruzados esperando a que el reloj avance hasta que llegue el día D. Nuestra candidata tiene que pasar a la ofensiva tiene que demostrar y explicar qué es eso del segundo piso de la cuarta transformación. La popularidad del presidente López obrador es apabullante pero es muy difícil lograr la legitimidad únicamente repitiendo sin parar que vamos a continuar el proceso de transformación nacional sin ofrecer algo de novedad. Coincidimos en que la ruta es la correcta y el objetivo es el mismo, pero no podemos recorrerlo de la misma manera por la sencilla razón de que para bien y para mal, Claudia no es Andrés: Claudia es Claudia.
Estas semanas se habrá de afinar la estrategia para poder salir con un discurso contundente de búsqueda de la esperanza y la felicidad del pueblo. Mantener el rumbo cambiando de timonel. Ofrecer no lo mismo sino más de lo mismo y mejor. Ofrecer mantener lo que ha funcionado y corregir lo que no. Refrescar el equipo y formar nuevos cuadros. Salir a ganar la elección y hacerse con el poder popular. Hacerse con el mandato y no sólo recibirlo como herencia. Conquistar el poder por blanqueada y no por default.