EL-SUR

Sábado 07 de Septiembre de 2024

Guerrero, México

Opinión

LA REPÚBLICA DE LAS LETRAS

Humberto Musacchio

Diciembre 26, 2017

Murió Roger Díaz de Cossío

Nacido en Gran Bretaña cuando su padre cumplía en Londres una misión diplomática, Roger Díaz de Cossío era mexicano por los cuatro costados. Ingeniero por la UNAM, maestro en ciencias y doctor en ingeniería civil por la Universidad de Illinois, el ahora fallecido Roger Díaz de Cossío hizo una brillante carrera universitaria. En la esfera gubernamental fue también director general de Programación de la Secretaría de Comercio, en tanto que en la Secretaría de Educación Pública se desempeñó como director general de Coordinación y Planeación Educativa, director del Consejo Nacional de Fomento Educativo y de Publicaciones y Bibliotecas antes de ocupar la Subsecretaría de Cultura y Recreación de la misma dependencia, entre 1978 y 1982, cargo en el que se proyectó como un funcionario pleno de ideas y realizaciones, pues entendía la cultura en el sentido más amplio, como un patrimonio que debía llegar a todos los mexicanos.

Américo Paredes y Octavio Paz

En 1990, Roger Díaz de Cosío fue el encargado de imponer la Orden de Águila Azteca al folklorista, profesor universitario y pionero de los estudios chicanos Américo Paredes, quien leyó un discurso de agradecimiento ante el propio Roger, Josefina Zoraida Vázquez, Israel Cavazos y María Luisa Leal. En ese texto, dijo que los méxico-estadunidenses habían sido “demasiado visibles” para varias generaciones de intelectuales mexicanos “que hubieran querido mejor que nosotros no existiéramos”. Mencionó entre esos mexicanos a José Vasconcelos, que los llamó “pochos”, y a Octavio Paz, que sobre los motines de los pachucos de 1943 escribió en El Laberinto de la soledad: “el pachuco es un clown impasible y siniestro, que no intenta hacer reír y que procura aterrorizar. Esa actitud sádica se alía a un deseo de autohumillación”. Paredes recordó que ese ser “impasible y siniestro” fue “peldaño esencial para que surgiera el chicano” entre la juventud estadunidense de origen mexicano. Pero aquí y allá suele olvidarse.

Turquía censura las bibliotecas

Recep Tayyip Erdogan, el energúmeno que gobierno Turquía, ordenó retirar 140 mil libros de las mil 142 bibliotecas públicas de su país. Desde el fallido golpe de estado del 15 de julio de 2016, el gobierno interviene en todos los resquicios de la sociedad civil. Según Numan Kurtulmus, el ministro turco “de Cultura”, desde junio del año pasado se han retirado las obras de treinta editoriales cerradas por el gobierno y en el index de la satrapía otormana figuran obras de Camus, Althusser, Spinoza y otros autores que presunta o realmente apoyaron, dice el decreto respectivo, a grupos terroristas. A la manera de Hitler, los libros retirados, según fuentes oficiales, han sido destruidos, lo que incluye un manual de matemáticas. Igualmente, se ha obligado a los grupos de teatro a retirar de la cartelera y aun de su repertorio las obras de dramaturgos extranjeros, como Bartoldt Brecht, Shakespeare y Chéjov. La barbarie del régimen dictatorial de Erdogan incluye la persecución de abogados, periodistas y profesores. Como resultado de esa campaña, hay más de 50 mil presos políticos y cien mil personas han sufrido represalias en sus empleos.

El cine en Arabia Saudita

Mohámed bin Salman, príncipe heredero de la dinastía saudita, quien no quiso esperar a la muerte de su padre para tomar el poder, se presenta ante Occidente como un modernizador, y ya anunció que en 2018 permitirá la apertura de cines –sí, de cines, que están prohibidos desde hace 35 años– y se estima que también se permitirán los conciertos y otros espectáculos, lo que ya suscitó la protesta de los círculos ultraconservadores que consideran esas manifestaciones culturales como fuente de depravación qe favorecerán el mestizaje. El herededero del trono tiene las cárcelas repletas de opositores y por supuesto están prohibidos los partidos políticos y toda forma de oposición. Así funciona el fundamentalismo religioso, especialmente ciertas formas del Islam.
12 mil euros por novela corta

La Fundación Bartolomé March convoca al XXVI Premio Juan March Cencillo de novela breve. Las obras sometidas a concurso deberán ser inéditas, originales, con una extensión de 75 a 110 cuartillas (máximo 30 líneas por página en tipo de 12 puntos), presentadas en tres tantos, escritas en catalán o en castellano, a doble espacio y por una sola cara. La portada deberá incluir el título de la obra, nombre y apellidos del autor, cédula de identidad, dirección y teléfono o, si se desea mantener anonimato, tendrá que enviarse en sobre adjunto la identidad del autor y los datos para su localización. El premio, dotado con 12 mil euros (unos 200 mil pesos mexicanos), no podrá declararse desierto y la obra premiada aparecerá bajo sello de Editorial Pre-Textos y la Fundación convocante. El límite para la recepción de trabajo es el 30 de abril de 2018. El fallo se dará a conocer el primer jueves de agosto del año próximo. Los trabajos deberán enviarse a Fundación Bartolomé March/
Palau Reial, 18/ 07001 Palma de Mallorca. Tel. 0034 971 71 11 22 y fax 0034 971 72 58 03 o bien a [email protected] o
www.pre-textos.com. ¡Suerte!