EL-SUR

Sábado 07 de Septiembre de 2024

Guerrero, México

Opinión

Las izquierdas francesas en su laberinto

Gaspard Estrada

Julio 17, 2024

El pasado siete de julio un terremoto político cimbró a Francia. Tras la debacle de los candidatos del presidente Emmanuel Macron durante las elecciones europeas, el jefe de Estado francés decidió, ante la sorpresa de todos, disolver la Asamblea Nacional, cuyo mandato debía terminar, en principio, en 2027. Tras tres semanas de campaña, los franceses fueron masivamente a las urnas (en una proporción que no se había visto en el país desde 1981), para elegir a sus diputados para la próxima legislatura. Según la versión oficial del Palacio de Elíseo, esta disolución (que se ha llevado a cabo en ocasiones muy excepcionales durante la Quinta República) tenía como objetivo “dar una respiración democrática a Francia”, así como “clarificar políticamente al país” tras dos años del segundo mandato del presidente Macron, marcado por la dificultad del Ejecutivo en aprobar reformas en el Congreso.
Sin embargo, los resultados en las urnas fueron totalmente diferentes a lo esperado por el Presidente y sus asesores. En efecto, las primeras encuestas de opinión publicadas unas horas después de la primera vuelta electoral daban cuenta de una holgada mayoría para los candidatos del partido de extrema derecha, el Encuentro Nacional (RN por sus siglas en francés). Esto produjo que los partidos de izquierda y del centro decidieran reeditar un “frente republicano” contra la extrema derecha, es decir llevar a cabo desistimientos sistemáticos en cada uno de los distritos electorales en los cuales la extrema derecha tenía una posibilidad real de ganar.
Gracias a esta estrategia, contra todos los pronósticos de las casas encuestadoras, la coalición de izquierda llamada Nuevo Frente Republicano consiguió obtener la primera minoría de escaños, con poco menos de 190 diputados sobre un total de 577. Es decir que, para obtener una mayoría y por ende aprobar proyectos de ley, como el presupuesto, es necesario construir una coalición que sume al menos esta cifra. Y aquí es donde han empezado los problemas para la coalición de izquierda…
En efecto, durante los dos últimos años, Jean-Luc Mélenchon ha aprovechado su buen desempeño en las elecciones presidenciales de 2022 (casi 23 por ciento de los votos en la primera vuelta) para imponer su fuerza y su voluntad política sobre las demás fuerzas del espectro político. El problema para él, es que entretanto, los resultados de las elecciones europeas de junio de 2024 le fueron desfavorables frente a los números del Partido Socialista (PS), que se volvió la primera fuerza política dentro de la izquierda en Francia. Por ello, el número de distritos atribuidos a este último partido creció considerablemente entre 2022 y 2024, lo que se tradujo en un aumento importante del número de diputados del PS. Tras la elección legislativa, el partido de Jean-Luc Mélenchon, la Francia Insumisa, y el PS pasaron a tener más o menos el mismo número de parlamentarios, lo que ha generado una fuerte disputa interna para saber cuál de los dos partidos tendrá la prerrogativa de hacer la propuesta de un nombre para ocupar el cargo de primer ministro.
El problema de esta situación es que está dejando en evidencia, de manera cada vez más clara, la fractura programática existente entre una izquierda que tiene la voluntad de construir una mayoría política y formar un gobierno capaz de durar en el tiempo, y otra que prefiere quedarse en los grandes discursos retóricos, y de manera más general, quedarse en la oposición. Mas pasa el tiempo, y menos habrán posibilidades de que la izquierda consiga formar un gobierno. Desde esta perspectiva, si el bloqueo se mantiene entre las fuerzas progresistas, lo más probable es que después de los Juegos Olímpicos, que comenzarán en París dentro de unos días, el Presidente Emmanuel Macron nombre como primer ministro a una personalidad que intente construir una mayoría entre el centro y la derecha en el parlamento. Si ese escenario se confirma, la izquierda francesa habrá dejado en evidencia que todavía le falta mucho tiempo para erigirse como la verdadera opción alternativa de poder al Macronismo – y a la extrema derecha.

* Miembro del comité asesor de la Unidad del Sur Global de la London School of Economics (LSE).

Twitter: @Gaspard_Estrada