EL-SUR

Sábado 07 de Septiembre de 2024

Guerrero, México

Opinión

Marchantes, marchistas y machistas

Humberto Musacchio

Noviembre 17, 2022

 

Las desmesuradas y archirrepetidas descalificaciones de la marcha en defensa del INE, lejos de convencer hacen sospechar, pues no son expresiones de fortaleza, sino de inseguridad. A ningún gobierno le gustan esas protestas, las que suelen ser de plano indigeribles cuando las cosas no caminan bien, cuando hay cero crecimiento, desempleo creciente, mala planeación, ineficiencia, criminalidad imparable, proyectos frustrados y otros problemas.
Cuando todo camina en forma más o menos aceptable, puede tolerarse la protesta de la oposición, pero cuando los problemas siguen presentes y otros nuevos aparecen en el paisaje económico, el nerviosismo empieza a dominar el discurso oficial hasta convertirse en un ataque frontal a los ciudadanos y las instituciones.
Con el cuarto año de gobierno casi cumplido, ya no basta culpar de todos los males a las autoridades de ayer ni a los “conservadores y neoliberales”, pues a cualquier autoridad elegida le es exigible que resuelva los problemas heredados y evite crear nuevos.
La marcha del pasado domingo ni siquiera enarboló más bandera que la defensa del INE, pero resulta obvio que hay un trasfondo de inconformidad con políticas sin rumbo y errores frecuentes. La permanente acritud verbal y la falta de resultados prácticos decepcionan a los antes convencidos, desalientan a los indecisos y estimulan a los adversarios de siempre. Por eso resulta pueril y contraproducente condenar la protesta de decenas o cientos de miles porque entre ellos marcharon personajes públicos de perfil bien conocido, marchantes de conciencias si se quiere, pero que muy en su derecho se fundieron con los marchistas.
Ante eso, de nada sirve responder en forma machista, con insultos y descalificaciones. Quien generó las condiciones para ese despliegue ciudadano que salió a decirle NO a la autoridad, fue la propia autoridad. Creer que Claudio X. González u otro personaje tiene capacidad política para producir un fenómeno de esa magnitud es volver a los tiempos en que toda manifestación ciudadana era condenada por los gobernantes con el triste argumento de que detrás había móviles inconfesables, intereses aviesos, el oro de Moscú, el arroz de Pekín o la caña de La Habana. Estupideces.
La gente salió a la calle porque para muchos mexicanos resulta claro que los ataques contra el INE contienen una fuerte dosis de autoritarismo. Con todos los defectos que pueda tener este INE, es el árbitro que legitimó la decisión popular de dar el trunfo a Morena en las elecciones de 2018 y en otras más.
Este INE por supuesto tiene defectos y fallas, y los tiene porque su consejo y otros órganos están integrados por seres humanos con diversos grados de formación académica, distintas ideologías, caracteres diversos, defectos y pasiones que forman parte de su andar por la vida. Sí, son seres humanos que aciertan y se equivocan, pero este INE nada tiene que ver con el IFE que dio su visto bueno al atropello de 2006.
Reducir las prerrogativas a los partidos es invitarlos a incrementar su dependencia de los poderes fácticos; llevar las elecciones de consejeros del INE y magistrados del Tribunal Electoral al voto popular y desinformado es garantizar la perpetuación del partido en el poder; negarse a que el órgano de gobierno del INE sea producto del consenso de las fuerzas políticas organizadas es abrir la puerta a comportamientos facciosos y por lo mismo antidemocráticos. Peor todavía es plantear que el INE no respeta los principios constitucionales de imparcialidad, independencia, objetividad y certeza, porque de esa manera se deslegitima el triunfo de Morena en 2018.
En torno al funcionamiento del sistema electoral son varios los puntos que merecen una seria reconsideración y un debate que no debe resolverse con el mayoriteo del partido en el poder. A la marcha del domingo, el gobierno y su partido responderán con una gran concentración de sus seguidores, con el recurso priista de “torta y chesco”.
Muy bien, pero por la estabilidad de la República, los cuatroteístas tendrán que dejar en su casa el machismo y las diatribas contra opositores y críticos. Atizar la división y llamar al choque será de gravísimas consecuencias. Ojalá tomen nota.