EL-SUR

Jueves 17 de Octubre de 2024

Guerrero, México

Opinión

Marichiweu: la palabra retiembla en los pueblos de Abya Yala

Tryno Maldonado

Febrero 04, 2020

METALES PESADOS

El grito mapudungun “¡cien veces venceremos!” ha estallado con sus diversos colores y con toda su alegre rebeldía en los últimos meses como una respuesta a la tormenta del patriarcado en su fase capitalista y colonial en Chile, Bolivia, Ecuador, Colombia, Haití, Honduras, Guatemala, Costa Rica

La lucha en los pueblos de Abya Yala es una lucha a contrarreloj frente al despojo neoliberal que asume las más variadas formas de necropolítica, pero que puede llamarse con un mismo nombre: capitalismo. La vida comunitaria de nuestros pueblos no sólo es una vida antecapitalista, sino también anticapitalista. La que está teniendo lugar en estos momentos en la mayoría de los pueblos de América Latina es una lucha a contrarreloj, por tanto, por la vida.
El ejercicio de compartencia multifocal escrito en múltiples voces en el libro Horizontes y alternativas desde nuestra América, plantea poner en evidencia los síes, los horizontes de los diferentes ensayos de autonomías llevados a la práctica y cuyos modelos e imaginación han resquebrajando los muros del capitalismo patriarcal colonial en sus modos y en sus tiempos. Y tan vitales, contemporáneas e inspiradoras para la acción común son dichas propuestas que, en los mismos días en que este libro tomaba forma, el mapa de América Latina estaba convulsionando, levantándose. Las experiencias de las revueltas de los últimos meses pueden ser leídas desde el puente de hermanamiento que trazan con las aquí narradas, y por su novedad intempestiva y sus muy peculiares modos ameritarían un nuevo volumen como continuación a éste.
Un tejido simbólico hermana estas voces y estas luchas que recientemente han brotado: el Marichiweu mapuche resonó desde el sur continental hasta el corazón del territorio zapatista en el sureste mexicano durante el Segundo Encuentro de Mujeres que Luchan, en diciembre de 2019. El grito mapudungun “¡cien veces venceremos!” ha estallado con sus diversos colores y con toda su alegre rebeldía en los últimos meses como una respuesta a la tormenta del patriarcado en su fase capitalista y colonial en Chile, Bolivia, Ecuador, Colombia, Haití, Honduras, Guatemala, Costa Rica.
El contexto generalizado en los países de los más recientes levantamientos es de retrocesos democráticos profundos y un avance de la vocación represora de sesgos fascistas en los gobiernos en la región, como laboratorios de muerte previos a la implantación del despojo y la acumulación; además de una brutal criminalización de la protesta como la que se ha visto en Chile a partir del estallido social iniciado en octubre de 2019.
Un estallido y una revuelta cuya semilla puede rastrearse en la experiencia de la lucha mapuche, la de los estudiantes de las generaciones más jóvenes y, por supuesto, en la de las mujeres. En toda la región se ha propiciado un clima altamente riesgoso para el ejercicio y la vida de las y los defensores del territorio y de los derechos humanos en lugares donde la constante son los planes de despojo e imposición de megaproyectos, no pocas veces promovidos por gobiernos con discursos progresistas.
Tan sólo en Colombia, según cifras de la ONU, el año pasado fueron asesinados 107 defensores, más 19 en las primeras dos semanas de 2020. En México, la cifra de 2019 es de 31 asesinatos en un contexto de militarización de las zonas estratégicas para el extractivismo y los megaproyectos por medio de la recién instaurada Guardia Nacional y la didáctica del terror sembrada por los grupos del crimen organizado operando en simbiosis con el Estado. Han sido los pueblos originarios aglutinados en el Congreso Nacional Indígena y el Ejército Zapatista de Liberación Nacional el mayor contrapeso a esa política de exterminio y una alternativa de autodeterminación en la vida práctica y política.
En Bolivia, frente a la imposición de una derecha confesional y de rasgos fascistas, el levantamiento popular ha sido acuerpado desde abajo por los pueblos indígenas, así como en los ejercicios de escucha, arte, organización y resistencia como el Parlamento de las Mujeres, llevado a cabo en medio de las jornadas de militarización de las calles en noviembre pasado, y que generó una metodología política replicable en los barrios y en los pueblos. En Ecuador, las revueltas detonadas por la organización de los pueblos indígenas, estudiantes y trabajadores articuladas en Asambleas Populares Autónomas, han sido una brújula en un ejercicio de resistencia interseccional que deja en claro que, antes que lo gremial o de la falsa dicotomía campo-ciudad, está la defensa de los territorios.
En todas estas luchas, mayoritariamente las mujeres, los feminismos y los pueblos indígenas han conformado un núcleo articulador y han tejido sus dignas rabias para alzarse, sentir, accionar e imaginar colectivamente más allá de las estrechas cajas conceptuales e impositivas del sistema de partidos capitalistas en crisis y su más terrible expresión: la guerra capitalista cuyo botín de despojo son la tierra y sus recursos, además de los propios territorios, que significan los cuerpos de las y los no-combatientes en esta guerra de exterminio.
Las palabras jamás saldrán a tomar las calles por sí solas. La palabra-como-arma de Emma Goldman no tendría su fuerza ni su impacto si no hubiera sido apoyada siempre de una acción colectiva y decidida para modificar su entorno lleno de injusticia, violencia y autoritarismo. Inerme proviene del latín inermis: sin armas. El sistema quiere despojarnos de la palabra porque significa despojarnos de nuestra más valiosa arma. Y el reconocimiento de las experiencias del presente libro –así como las que ocurren en las calles de toda América Latina y el Caribe mientras se escriben estas páginas–, son un crisol de tejido de esas subalternidades que quizá no marchen por un idéntico camino, pero que sin duda vibran en una misma frecuencia y han acordado desde sus espacios que es el tiempo de, a sus modos, pasar a la ofensiva.

* Fragmento del epílogo del libro Horizontes y alternativas desde nuestra América de Editorial Pez en el Árbol y Educa, Oaxaca, 2020.