EL-SUR

Sábado 07 de Septiembre de 2024

Guerrero, México

Opinión

NO a la violencia, SI a la paz

Abelardo Martín M.

Octubre 17, 2023

Uno de los anhelos más preciados, quizá el más soñado y anhelado por la humanidad, es el de una paz que, en el más amplio sentido, es no sólo el estado de no guerra, sino que implicaría equidad, justicia, armonía y posibilidades de realización individual y colectiva en todo el mundo.
Los seres humanos, como en ningún otro momento de la historia, están muy alejados de ese sueño, esa fantasía de vivir en paz. Hoy el ambiente se caracteriza por la agresividad, la descalificación, la pérdida de las más elementales formas de cortesía y respeto, sobre todo en el tono, el lenguaje que se utiliza en la comunicación vía las redes sociales, en las que predomina la agresividad y hasta la violencia.
Uno de los claros ejemplos ha sido el tono del ex presidente Donald Trump y de muchos otros políticos o personas proclives a convertir las plataformas de internet en cuadriláteros boxísticos en los que no hay normas y menos cortesías, siempre para obtener resultados políticos o económicos, y en casi todos los casos, ambos.
Otro de los foros en los que la mentira, la agresividad y la violencia rebasan casi todos los límites, no sólo legales sino éticos, cívicos y morales, es en las campañas para todo tipo de puestos o cargos de elección popular. La inteligente ironía característica o rasgo de grandes políticos o intelectuales de todos los tiempos, ha sido sustituida por la agresión, la leperada, el lenguaje soez irrespetuoso y agresivo, con el pretexto de que “así se habla en el pueblo” cuando que en todas las familias siempre existe y existirá la legítima aspiración a una vida mejor, de refinamiento en todos los sentidos, en especial en el trato que se recibe y se otorga a los demás.
La paz no es sólo ausencia de guerra y en la actualidad, consecuencia de la globalización, toda la humanidad conoce la gran mayoría de los conflictos o guerras que hay en la Tierra. Antes de esta era podían ocurrir guerras o conflictos de los que no se tenía información ni noticia, pero las comunicaciones de hoy permiten vivir la instantanéidad en toda su magnitud, ocurra donde ocurra. Esto produce, paradójicamente, el fenómeno contrario a lo que se pretendiera de lograr la paz, cuando que se hace mercadotecnia de la guerra.
El terrorismo funciona a partir del mal ejemplo de un grupo que recibe difusión amplia y constante en todas partes. En estos momentos el mundo revive el miedo producido por el terrorismo, ya que el mundo ha catalogado como actos terroristas los realizados por Hamás, en el Medio Oriente en donde se ha vivido un conflicto largo y costoso para todos.
Parte de la guerra se escenifica también en la manipulación y control de la información difundida a través de los grandes medios con cobertura mundial, en los que el rigor está sometido a los intereses económicos o políticos de los propietarios, en detrimento de la objetividad y de la verdad. Se demuestra así que la guerra en cualquiera de sus expresiones refleja incapacidad para la negociación y el diálogo, así como también un proceso de descomposición con métodos violentos en los que la fuerza predomine sobre la razón, la inteligencia, el respeto y el convencimiento de que existen siempre vías de conversación para superar cualquier conflicto.
El ataque de la agrupación extremista Hamás contra Israel, uno más en una larga historia de desencuentros pero esta vez de una intensidad y audacia sin precedentes, ha reavivado el conflicto permanente entre judíos y palestinos, una situación que se encuentra en el origen mismo del Estado israelita en 1948.
Surgen simultáneamente las diferencias entre árabes (musulmanes o no) frente a israelíes y todo lo que representan.
Cada vez más enfrentados, ambos pueblos obligados por su historia a convivir y compartir territorios, se encuentran enfrascados en una escalada que ya se mide por centenas de muertos, una cifra incuantificable de heridos y una destrucción mutua y sin sentido.
Esta guerra regional se suma a la que tiene lugar desde hace más de veinte meses en Ucrania, a partir de la invasión rusa de su territorio. En ambos casos, el sufrimiento de la población civil y la estela destructiva inevitables en todo conflicto armado, pasan a un segundo plano al intervenir las grandes potencias, que ven en estas regiones enclaves para hacer presente su poderío e influencia, y para hacer valer sus intereses y posiciones, como en un tablero de ajedrez.
El espejismo alimentado justamente en los años de la fundación de Israel, luego de la Segunda Guerra Mundial, de que con la conformación de las Naciones Unidas podría alcanzarse la paz en el planeta, ha cumplido tres cuartos de siglo y sigue en eso: en un espejismo.
Por la interconexión actual del mundo, desde la comunicación instantánea y universal, hasta las corrientes transcontinentales financieras, de inversiones y de comercio de mercancías, los conflictos bélicos tiene repercusiones de corto y largo plazo en los lugares más apartados y distantes. La inestabilidad que anuncian se traduce en movimientos de las cotizaciones entre divisas, y en los precios presentes y a futuro de materias primas, sobre todo las estratégicas como el petróleo, los alimentos, los metales.
Un hecho puntual pero significativo, es que al estallar el conflicto en Israel, más de un millar de compatriotas quedaron varados en la región, entre turistas y gente que había encontrado allá una oportunidad de estudio o de empleo, o incluso una vida familiar.
Por otro lado, estas guerras nutren la polarización y el crecimiento de tendencias radicales no sólo en el entorno de los lugares en que ocurren, sino que reproducen el fenómeno en otros países y continentes.
Como un simple ejemplo, en México, mientras hay reclamos al Presidente de la República por expresar una posición neutral y pacifista y no condenar con vigor los ataques a Israel, hay manifestaciones consecutivas en la ciudad de México a favor de la causa de Palestina.
Situaciones similares se observan en capitales europeas y en otros sitios del planeta con fuerte presencia musulmana.
En ese contexto, en nuestro país se calienta el ambiente por los movimientos partidistas rumbo a la sucesión presidencial, como ya hemos comentado en entregas anteriores, a lo que ahora se suman las disputas por las gubernaturas en ocho estados de la República y en la capital del país.
A los tradicionales “tours de force” entre partidos y figuras tradicionales, esta vez se agrega el necesario equilibrio de género, que obligará a todos los grupos y alianzas que se formen a considerar en cada caso a cinco mujeres entre sus nueve prospectos.
Entretanto, en Guerrero la más reciente noticia es la entrega al Congreso local del Segundo Informe de la gobernadora Evelyn Salgado, documento que es por supuesto optimista respecto de la situación en la entidad, y sirve de apoyo para el proyecto de paquete económico del gobierno estatal.
En las ciudades guerrerenses, por contraste, las noticias cotidianas siguen siendo la aparición de restos humanos en las calles, abandonados en bolsas y con mensajes del crimen organizado.
Esta visto, la paz es uno de los anhelos más preciados y lejanos en este momento, según se puede comprobar adonde se mire.