EL-SUR

Jueves 17 de Octubre de 2024

Guerrero, México

Opinión

Políticas para el desarrollo sustentable de los bosques de Guerrero

Octavio Klimek Alcaraz

Enero 15, 2005

 


Los bosques de Guerrero son un tema que no debe quedar soslayado en el nuevo gobierno de la coalición Guerrero Será Mejor, y su candidato Zeferino Torreblanca. En nuestra opinión pueden ser la posibilidad de impulsar alternativas reales de desarrollo sustentable en la entidad.

Presento algunos datos oficiales al respecto, que a reserva de su actualización son meramente indicativos.

En el Inventario Nacional Forestal Periódico (1994) se reporta que Guerrero ocupa el sexto lugar nacional en terrenos aptos para la producción forestal maderable y no maderable (3.40 millones de hectáreas); el tercer lugar en zonas a restaurar (2.20 millones de hectáreas) y el 23 en zonas bajo régimen de conservación (0.04 millones de hectáreas).

Además, en el mencionado inventario se ha estimado que el incremento anual en volumen de madera de coníferas asciende a 2.6 millones de metros cúbico rollo, ocupando Guerrero con esto el cuarto lugar nacional. Sin embargo, el VII Censo Agropecuario, de 1991 indica que Guerrero ocupa el octavo lugar nacional en producción forestal maderable con aproximadamente 551 mil metros cúbicos de madera rollo anual. Aceptando que esta tendencia productiva se ha mantenido en los últimos años, y además fuera esta solo producción de coníferas, estaría muy por abajo del incremento anual reportado.

Estos datos indican por una parte las enormes posibilidades potenciales del estado de Guerrero en cuanto a aprovechamiento forestales (sexto lugar nacional), pero por otra parte también señalan los graves problemas de deterioro ecológico que se presentan en la entidad a causa de una explotación irracional del bosque y cambio de uso de suelo para otras actividades productivas, que son más redituables para las comunidades rurales en el corto plazo (tercer lugar en zonas a restaurar).

La tragedia forestal en México y Guerrero es que la gran mayoría de las comunidades forestales donde viven millones de mexicanos en condiciones de pobreza y pobreza extrema no han sido beneficiarios verdaderos de sus bosques, sino los otros integrantes de la cadena productiva en especial la llamada industria forestal, en su faceta de rentista. Esto ante el olvido y falta de políticas públicas acordes a la problemática forestal que durante décadas no han podido resolver los tres órdenes de gobierno.

Datos disponibles del año 2003, señalan que de 76 autorizaciones de aprovechamiento vigentes en ese año en el estado de Guerrero, solo seis de ellas pertenecían a productores con capacidad de transformación y comercialización (nivel IV); 14 autorizaciones eran de productores de materias primas forestales (nivel III), y la gran mayoría, 56 autorizaciones eran de productores que venden su madera en pie (nivel II).

La falta de grupos institucionales en las regiones boscosas de la entidad ha propiciado que sus espacios sean ocupados por empresas consultoras, contratistas y taladores ilegales, todos ellos interesados en obtener ganancias económicas de corto plazo, sin lograrse un aprovechamiento integral y sostenible de los bosques.

El personal institucional, mayoritariamente de instituciones federales ligadas a la Semarnat, se ha restringido más a labores regulatorias, de vigilancia forestal y actualmente con la creación de la Conafor al financiamiento del desarrollo forestal.

El gobierno del estado y los municipales han tenido nulas o pocas posibilidades reales de influir en el sector forestal de Guerrero, a pesar de que los mismos tienen atribuciones muy claras en la Ley General de Desarrollo Forestal Sustentable.

Es necesario enfatizar que si no se logra interesar y vincular a las comunidades rurales con el manejo de sus bosques, no se logrará la conservación de estos. Para conservar los bosques, es de primordial importancia generar ingresos económicos en las comunidades rurales a través del aprovechamiento integral y sostenible de los bosques.

Es primordial señalar que las decisiones adecuadas en materia de administración y manejo de ecosistemas forestales han de apoyarse en una política de conservación de la naturaleza, sobre todo si se tiene en cuenta que la mayoría de las políticas forestales son esencialmente políticas de explotación maderera y resultan insuficientes para permitir un buen manejo forestal. Rara vez se concede la debida atención a los intereses de las comunidades forestales y del gran número de sectores –turismo, suministro de agua, etc– que utilizan los bosques o ejercen influencia en éstos.

Otro tanto cabe decir del mantenimiento de los servicios ambientales y la diversidad biológica.

Por ello, con superficies cada vez más limitadas la actividad forestal debe tener no solo como objetivo el de asegurar el aumento continuo y estable de la producción maderable; sino también al mismo tiempo, debe asegurar que se mantengan los diversos servicios ambientales que prestan los bosques y si es posible éstos aumenten.

Muchos de los conflictos entre los diferentes usos forestales podrían evitarse si se prescindiera de esa visión unisectorial del manejo productivista de recursos maderables. Las preocupaciones de los responsables de la administración forestal tienen muchas dificultades para ser tenidas en cuenta en un contexto normal de planificación a largo plazo.

En las políticas destinadas a la agricultura, los asentamientos, la energía, la esfera financiera y otros campos de actividad, no suele reconocerse la incidencia de estos sectores sobre los bosques.

En países como México y en estados como Guerrero existen los problemas de supervivencia con que se enfrentan las poblaciones en rápido crecimiento, y de creación de riqueza y de empleo, y de control del desarrollo económico.

Por ello urge pasar del enfoque productivista estrechamente sectorial con respecto al manejo de los bosques a políticas forestales intersectoriales.

Una política intersectorial debería:

-Establecer mecanismos que aseguren que las políticas de todos los sectores que afectan a los bosques están en consonancia con los objetivos forestales nacionales, estatales y municipales. La nueva política forestal debe abandonar el centralismo que ha caracterizado negativamente el sector forestal y hacer que las autoridades estatales y municipales asuman plenamente la responsabilidad de coordinar y operar los aspectos forestales en estos órdenes de Gobierno. Las instituciones federales deben asumir un papel normativo y de vigilar que los objetivos forestales nacionales sean incluidos en las políticas de las instituciones estatales y municipales.

-Identificar todos los sectores y grupos que se benefician de los bosques, definir las ventajas y establecer los objetivos de su sustentabilidad y equilibrio, y señalar de qué forma deben lograrse dichos objetivos.

-Obligar a las esferas decisorias a tomar en consideración todos los valores forestales, incluidos los servicios ambientales y la diversidad biológica, en lugar de limitarse a la extracción de madera y otros productos.

-Contribuir a soslayar conflictos, agrupar usos compatibles y asignar determinadas zonas a los usos incompatibles, de forma que todos los usos sostenibles del bosque puedan efectuarse en algún lugar a través de la                             realización previa de un ordenamiento forestal.

Concluyo señalando, que la nueva política forestal en Guerrero tendrá que articular las distintas visiones y objetivos de los dueños del bosque y nuevos actores como los grupos ambientalistas pues no sólo se tiene que buscar el desarrollo de las comunidades forestales, sino también conservar la naturaleza, su diversidad biológica la capacidad de brindar servicios ambientales fuera del ámbito territorial de las propias comunidades forestales. Es decir, transitar integralmente hacia el desarrollo sustentable.

Esto implica una política pública de verdadero compromiso, no solo del nuevo gobierno estatal, sino de la federación y municipios. Impulsar la organización y el desarrollo de las comunidades forestales acompañadas de mayor inversión pública. En especial deben replantearse nuevas estrategias para las políticas de subsidios agrícolas y ganaderas en las regiones forestales de Guerrero, que han impulsado la deforestación. La visión sectorizada del desarrollo forestal en la Entidad debe pasar a ser una de visión integral y multisectorial de desarrollo rural comunitario.