A Claudia le faltan diez días para ser la próxima presidenta de México y a Xóchilt 10 millones de votos.
Ese es uno de los muchos chistes ingeniosos que abundan en la redes sociales y que expresan el estado de ánimo de la mayoría de los mexicanos cuando faltan escasos días para la votación.
Entre mis amistades no faltan quienes confiesan que ya quieren que llegue el 2 de junio para terminar con la campaña insidiosa de la derecha y su retahila de ofensas y acusaciones sin fundamento como estrategia para atraer los votos de esa franja de indecisos que cada vez se reduce más al ir descubriendo las inconsistencias del bloque opositor y de su candidata.
Un amigo ayer me mostró un mensaje recibido en el que le recomiendan que si alguien le pregunta por tres cosas importantes que haya hecho Andrés Manuel recurra a la lista adjunta con un catálogo de 50.
Luego de una lectura veloz de lo que ha hecho el presidente a favor de la mayoría recordé lo agradecido que es el pueblo de México y la justificada gratitud que tienen con el movimiento obradorista que la mayoría de las encuestas confirman.
Por eso pocos dudan de la ventaja que tiene la candidata de Morena para ganar y presumen que las elecciones del 2 de junio son mero trámite.
Es cierto que esta campaña presidencial ha sido la más larga en la historia y que el odio y las mentiras desplegadas por el PRIAN son una muestra desesperada de que buscan una tabla de salvación cuando menos para conservar su registro. Eso explica que sus dirigentes aparezcan en primer lugar como candidatos en sus listas de senadores.
En su desesperación el PRIAN ha recurrido a una guerra sucia sucia, como lo recomendaba el arrepentido Jorge Castañeda, pero a falta de ideas y propuestas los de la oposición han quedado definidos ante los mexicanos como lo enanos que son.
Primero se desgañitaron tratando de desacreditar los programas sociales de Morena para cumplir con su propuesta de atender primero a los pobres. Votaron en contra de su aprobación pero ahora con tal de ganar votos reconocen la justeza de esa política y hasta la defienden recordándo a los mexicanos que ya inscritos en la Constitución como derechos esos programas los continuarán y hasta serán incrementados como lo dice su candidata que ya ofrece un subsidio para todos, como si nada más fuera cosa de deseo, sin decir ni explicar de dónde provendrían esos recursos que Andrés Manuel obtuvo del ahorro en los gastos del gobierno y combatiendo la corrupción, sobre todo de los millonarios que evadían el pago de impuestos o reclamaban su devolución.
Los conservadores han quedado expuestos en su gobierno clasista dedicado a favorecer a los ricos que son pocos, muy pocos y ni siquiera votan, pero como saben que las elecciones se ganan con votos han diseñado una estrategia de mentiras y acusaciones que el pueblo identifica desde que en el año 2018 se convenció de que podía ganarle en las urnas a la oposición conservadora que hasta antes se creía dueña de la situación y del presupuesto que gastaba en un gobierno oneroso con una burocracia dorada.
No recuerdan que desde Vicente Fox hubo un incremento estratosférico en el salario de los funcionarios de primer nivel? Se justificaba diciendo que debían ganar bien para no caer en la tentación de robar, pero además de usar los helicopteros oficiales par ir a jugar golf, tenían a su disposición al Estado Mayor presidencial con sus 8 mil soldados y los ex presidentes gozaban de una pensión millonaria.
Pero si la pobreza iba en aumento los conservadores buscaban sus chivos expiatorios dentro de la franja de población que se mantiene en la economía informal. Recomendaban o amenazaban a los pobres por no registrarse en Hacienda para pagar sus impuestos.
Desde la iglesia los conservadores se ocupaban de adoctrinar a los creyentes con el viejo argumento de que el mundo lo hizo Dios así, desigual, con ricos y pobres, con unos que nacen para mandar y otros para obedecer. Que quien nace pobre así morirá porque Dios ha dicho que esos gozarán de al vida eterna y que los ricos de ahora pagarán sus pecados cuando mueran, porque no dejan de reconocer que la mayoría de los que acumulan riqueza lo hacen con malas artes, despojando de sus derechos a quienes dominan.
Los curas recurren a la mentira y manejan a su conveniencia la propia historia de su religión por eso no les importa y hasta se ponen en contra de su lider el papa cuando dice que la iglesia debe predicar la justicia y la igualdad.
Pero en México tenemos a lo más reaccionario de la iglesia. Quienes detentan el poder eclesiástico son los mejores aliados de los ricos por los cuales se desviven. No les importa la procedencia de esa riqueza y la aceptan con gusto para su propio beneficio. Por eso contradicen al papa cuando explica la necesidad de luchar por la igualdad y defender a los desprotegidos.
Por fortuna son los millones de mexicanos pobres los que dan lecciones de solidaridad y gratitud y lo hemos visto durante las grandes calamidades que hemos vivido a lo largo de los años. Recordemos a los jóvenes estudiantes que en 1968 enfrentaron con manifestaciones y marchas del silencio al detestable y represor Gustavo Díaz Ordaz, y luego durante el sismo de 1985 formando las brigadas de apoyo mientras Miguel de la Madrid permanecía pasmado.
La gratitud de los mexicanos creció desde el año 2018 a favor del primer gobierno que mostró con hechos que se podía volcar el presupuesto para pagarles los largos años de pobreza e injusticia.
Por eso no es de extrañarse que la militancia en el Movimiento de Morena haya crecido y ahora se extienda hasta los lugares más apartados del territorio nacional, pues la mayoría sabe que el bloque opositor solo durante las campañas volteaba a ver al pueblo, le regalaba trastes, despensas, repartía paquetes de gallinas ponedoras, cerdos, chivos, guajolotes y compraba las credenciales de elector para hacer el fraude.
Pero ahora la situación en el país ha mejorado y a favor de todos. La economía ha crecido y no se ha recurrido a préstamos. Somos más soberanos e independientes al haber rescatado a Pemex y a la CFE. Los más pobres tuvieron el presupuesto para hacer sus propios caminos, construir sus presas y regar sus cultivos. Somos un nuevo país porque hasta el combate a la inseguridad y la violencia está dando resultados para la alegría de todos y el triunfo electoral para continuar con la transformación será un mero trámite.
Más vale que la oposición lo entienda así para que sufra menos sin los privilegios que les pagábamos todos los mexicanos.
Si son más de 8 millones de mexicanos que reciben la pensión universal, ¿habrá quienes en sus familias no vean las bondades de ese programa?
¿Existirá entre los trabajadores quien no aprecie el aumento del 110 por ciento al salario mínimo en los últimos seis años?
Esos votantes serán los que aseguren la continuidad del proceso de transformación para hacer de nuestro país una potencia mundial.
No cabe duda que la gratitud hacia Andrés Manuel López Obrador continuará sin mengua y con mayor profundidad con Claudia Sheinbaum su alumna, compañera y seguidora más confiable.
Preparen su credencial para votar y no importa que no sea por cinco de cinco.