Los procesos por la disputa del político tienen una multitud de complejidades, entre ellas las definiciones de los actores políticos, las cuales conllevan a mantenerse en sus organizaciones partidarias o buscar afinidades en otros proyectos que sean más acordes con sus identidades y/o a sus aspiraciones de continuar en la vida pública.
1.- Desde el periodo preliminar de las actuales precampañas presidenciales se comenzaron a perfilar las confrontaciones internas en los partidos políticos, así ocurrió en el Partido Acción Nacional en donde Margarita Zavala –una panista de familia de larga tradición partidaria– que exigía una contienda interna equitativa por la candidatura presidencial de PAN –ante el evidente control del aparato de su Partido por parte de Ricardo Anaya –, que le otorgaba amplias ventajas, y el cierre del plazo para las solicitudes de registro de los candidatos independientes, tuvo que renunciar a su prolongada militancia partidaria para optar por esa vía a la contienda. Faltan unas cuatro semanas para que concluya el plazo para reunir las firmas y obtener la candidatura presidencial, de lograrlo sumará un pequeño porcentaje de voto ciudadano pero su mayor porcentaje de votación sería panista y a quien le restará votos será a Anaya, en caso de no logarlo se dividiría su voto entre Anaya y Meade. La senadora Gabriela Cuevas es la panista más reciente que abandona su partido para sumarse a AMLO.
2.- En el caso del PRD, desde que sus dirigentes firmaron el mal denominado Pacto por México, un segmento de dirigentes pero sobre todo de su base militante empezaron a cuestionar esta decisión, luego en tanto que Andrés Manuel López Obrador se comenzó a perfilar nuevamente como precandidato presidencial, una buena parte de la militancia perredista y de dirigentes nacionales y estatales tomaron la decisión de respaldar su proyecto. Esto se ha reflejado en las elecciones de la Ciudad de México y en varias entidades de la República en donde Morena ha desplazado al PRD. La ruptura en el PRD se ha visto acrecentada recientemente cuando la dirección del PRD decidió apoyar un precandidato y muy seguro candidato presidencial del PAN como Ricardo Anaya. En la medida de que la cúpula del PRD tome determinaciones centrales en sus candidaturas, desplace a sus aspirantes con arraigo y se acerque la jornada electoral, los votos de dirigentes y base perredista en forma natural irán a cruzarse en la boleta electoral a favor de AMLO.
3.- En el PRI el hecho de que Peña Nieto haya impuesto a un tecnócrata sin trayectoria en su partido como Meade Kuribreña, ha generado un descontento en sus bases militantes, quienes también han sufrido los efectos de los gasolinazos, del aumento a la tortilla y la canasta básica. Meade arrastra el descredito de Peña Nieto y su partido, de la escandalosa corrupción de sus ex gobernadores que están en la cárcel como Javier Duarte de Veracruz, Roberto Borge de Quintana Roo, César Duarte de Chihuahua –prófugo de la Justicia– Tomás Yarrington de Tamaulipas –preso en Italia por vínculos con la delincuencia organizada. Meade arrancó su precampaña en Chiapas, en donde desde el centro les acaban de imponer como candidato a gobernador al priísta Roberto Albores, lo cual ha generado una enorme ruptura con sus aliados del PVEM debido a que catorce diputados han renunciado a ese partido y con ello se anuncia en ese Estado su derrota en la elección presidencial y de gobernador.
4.- En el caso de Morena desde antes que comenzaran las precampañas ya había concretizado la iniciativa del Acuerdo Político de Unidad por la Prosperidad del Pueblo y el Renacimiento de México, mediante la firma en todas las capitales de la República y a nivel nacional, en el cual participaron ciudadanos sin militancia partidista de todos los estratos sociales, campesinos, obreros, maestros, estudiantes, artistas, intelectuales y empresarios. Luego vino la alianza electoral con el PT y el PES, y se están sumando representantes populares de otros partidos, quienes quieren contribuir a la transformación del país, pero fundamentalmente ciudadanos que están cansados de la corrupción que cada vez más aflora en altos funcionarios gubernamentales, del crecimiento de la pobreza, del aumento de la inseguridad, por ello AMLO suma cada día más adeptos a la causa del cambio de régimen político mexicano.

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