EL-SUR

Sábado 07 de Septiembre de 2024

Guerrero, México

Opinión

LA POLÍTICA ES ASÍ

PRI: renovarse o morir

Ángel Aguirre Rivero

Diciembre 30, 2022

La política es así

Tengo muy presente una frase del ex gobernador José Francisco Ruiz Massieu que se convirtió en presagio del destino que correría el Partido Revoluciona-rio Institucional: “O cambiamos o nos cambian”.
El resto de la historia ya la conocemos, el declive del otrora invencible partido tricolor que hoy enfrenta el reto de renovarse o morir.
Me consta que en el PRI sigue habiendo personajes muy valiosos, que podrían iniciar el renacimiento de este partido con una proyección diferente, acorde a los tiempos que estamos viviendo.
Estoy hablando de un entreveramiento generacional, donde los jóvenes, que no traen los vicios del pasado puedan aprender de los buenos priistas más experimentados, y hacer a un lado el factor “disciplina” que hoy ya no sirve para nada, en estos nuevos tiempos políticos, e iniciar una verdadera democratizacion del partido que Lázaro Cárdenas llamara Partido de la Revolución Mexicana en 1938.
El país necesita la refundación de un PRI nacionalista, sobre la base de rescatar sus aportes al país, pero que mire al futuro con nuevas ideas, con un nuevo pacto de justicia social para las clases medias y la mayoría empobrecida, que deje en el pasado los vicios clientelares y de usufructo indebido del poder.
El PRI se debe reinventar, es cierto que no es una tarea fácil, pero tampoco es imposible. En el Foro Plural de Exgobernadores de México he podido constatar las valiosas aportaciones de quienes gobernaron sus estados emanados de esta instituto político. Nadie puede negar el talento de Beatriz Paredes, Natividad González Parás, de Emilio Chuayffet, Enrique Burgos o José Antonio González Kuri, sólo por mencionar a algunos.
Se puede decir que representan el pasado, pero desdeñar sus conocimientos y su capacidad tampoco tiene sentido. No se trata de edificar destruyendo lo que nos antecede.
Yo digo que no se puede mirar al futuro sin reconocer de dónde vienes, y ellos representan perfiles que pueden reencauzar al tricolor, diseñar una hoja de ruta haciendo alianza con las generaciones emergentes, así como figuras de la sociedad civil.
Sin embargo, dos personajes empoderados en el PRI se deslizan por la política y sus huellas dejan manchan. Su hoja de vida los describe, y los hechos en que se han visto involucrados muestran su verdadero talante. Me refiero a Miguel Ángel Osorio Chong y a Alejandro Alito Moreno Cárdenas.
A uno lo exhiben mediante grabaciones un día sí y otro también. Otro calla todo lo que ha hecho como secretario de Gobernación., incluso aquí en Guerrero. Pero no engañan a nadie.
Me indigna ver cómo el famoso Alito maneja el partido como si fuera otro de sus negocios particulares.
Ambos personifican obstáculos para la renovación del tricolor, al igual que los manlios fabios y los gamboas.
La carga de desprestigio que acumula Moreno Cárdenas raya en los límites de lo espurio.
Lo malo para el tricolor es que el principal opositor de Alito, Osorio Chong arrastra sus propios estigmas.
El senador Osorio Chong no tiene el talento, las ideas y mucho menos la visión de futuro para iniciar una reconstrucción del partido que fundara Plutarco Elías Calles.
Escribo estas líneas porque me embarga la tristeza. Como siempre lo he reconocido, el PRI es el partido en que me formé, el que me dio las mejores oportunidades en mi vida política y donde la vida me dio a mis mejores amigos.
Por eso celebro la actitud valiente y congruente tomada por mi amigo Héctor Astudillo Flores al renunciar públicamente al Consejo Político Nacional del PRI, lo que me parece ante todo un acto de dignidad política, que poco se ven en estos nuevos tiempos. La respuesta inmediata fueron ataques a su persona, pero Astudillo lleva su cruzada en defensa del PRI hasta los tribunales, donde espero le den la razón.
Los guerrerenses estamos hechos de resistencia, de valor y somos impulsores de grandes cambios. Así lo dice nuestra historia y así caminamos por la vida.
Por último diré en la última colaboración de este año para El Sur, que el hombre conforme va madurando, piensa más en el destino del país, de la patria, y no en los proyectos personales, no en mis ambiciones de que me vaya bien en los próximos años, no, no, de ninguna manera.
Lo que quiero es que le vaya bien a mi estado, a Guerrero, a mi país, a México. Sin importarme a qué partido político pertenezca quien encabece los destinos de nuestro país en el 2024, pero que se comprometa con la reconciliación nacional que tanta falta nos hace, y apoye con decisión, pero sobre todo, con proyectos de desarrollo a mi querido estado de Guerrero.

Del anecdotario:

A ellas las conocen como Las Michas, tienen su restaurante unos kilómetros antes de llegar a Mar-quelia y son muy famosas por su carácter bullanguero y sus buenos mariscos.
Al ver el tamaño de los ostiones que estaban ofreciendo en su restaurante que se encuentra a un lado de la carretera, decidí hacer una escala para degustar los mejores moluscos de la región, además de que dicen que son milagrosos.
Entré al restaurante con mi gorra para protegerme del sol inclemente y unos lentes obscuros que me obsequió mi adorada hija Laurita. No obstante, La Micha de inmediato me identificó, lo cual me causó mucha gracia.
–Oye –me dijo– tú eres Aguirre, y siempre nos acordamos de ti, porque cuando fuiste gobernador, le regalaste una silla de ruedas a mi mamá, lo cual me alegró el alma.
Y con su lenguaje muy propio remata diciéndome:
–Quiero que nos tomen una foto chingona, para ponerla en mi restaurante –lo cual acepté gustoso.
Por ahí se encontraba cerca un indígena amuzgo, quien nos ofreció la venta de jamaica criolla y me sucedió lo mismo.
–¿Qué vendes? –le pregunté.
–Jamaica criolla… –y me miró fijamente para decirme: ¿tú eres el que fuiste gobernador verdad?
–¿A cómo vendes cada bolsa de jamaica? –le pregunté tratando de cambiarle la charla.
–A 50 pesos.
–¿Cuántas traes?
–Diez…
–Cómpraselas todas –me dijo mi esposa Laura del Rocío.
–Regálale otros 500 pesos papá –añadió mi hija Laurita y cuando dos mujeres te agarran entre dos fuegos, mejor ríndete, así que le entregué sus mil pesotes.
–¿Verdad que tú eres el que fuiste gobernador? –insistió el indígena.
Le dije que sí. Noté su alegría sincera y soltó:
–Tú nos ayudaste mucho, como ningún gobernador, y tu esposa nos hizo unas casitas y lavaderos…. y por eso la seguimos recordando.
–Pues ella es –le dije y entonces le dio un abrazo a mi mujer para darle las gracias.
No conforme con su gesto, el indígena me preguntó:
–¿Por qué no te lanzas otra vez de gobernador?, tú ganarías, nosotros, te apoyamos.
Y desde luego me pidió también la famosa foto del recuerdo.
Estas son las cosas por las que vale luchar en la vida.
La vida es así…