EL-SUR

Miércoles 03 de Julio de 2024

Guerrero, México

Opinión

Finalmente llegó la fecha del relevo gubernamental. Un simple cambio de siglas dirán algunos. Otros lo verán como la derrota de la izquierda, hay que remendar lo mal cosido ¡carajo! Finalmente las circunstancias coyunturales se imponen y obligan a iniciar lo que sería un colofón mínimo de análisis político-social.
Los acontecimientos violentos del 26-27 de septiembre del año próximo pasado muestran lo que hacía tiempo era evidente: la complicidad entre el crimen organizado y las autoridades que integran los tres niveles de gobierno: municipal, estatal y federal. Los hechos criminales tuvieron una repercusión nacional e internacional, siguen convulsionando al estado suriano y continúan manteniendo en estado de alerta al país.
Varios estudiosos han opinado que ha habido cuatro cortes históricos primordiales en la historia reciente de México: el primero sería el asalto al cuartel de Madera, Chihuahua, el 23 de septiembre de 1965 llevado a cabo por el Grupo Popular Guerrillero (GPG), encabezado por el profesor Arturo Gámiz García y el Dr. Pablo Gómez Ramírez (quienes murieron, junto con seis compañeros más en el intento de tomar la instalación militar). Este núcleo armado está considerado como la primera guerrilla del México contemporáneo; el segundo sería la matanza de Tlatelolco el 2 de octubre de 1968 llevada a cabo por el ejército y la policía por órdenes del presidente Gustavo Díaz Ordaz; otro hecho relevante sería la construcción del Frente Democrático Nacional (FDN) que encabezó el ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, como candidato a la presidencia de la República en 1988 y que aglutinó a la mayoría de las organizaciones de izquierda de ese entonces, cuando el Frente derrotó al PRI, sin embargo, el partido oficial se mantuvo en el poder por medio del fraude; y ahora las víctimas de Iguala, Guerrero, del 26-27 de septiembre de 2014 forman parte de este proceso.
¿Qué podemos esperar del nuevo gobierno que encabeza el priista Héctor Astudillo? ¿Cuál es su programa de gobierno? No tenemos ni la menor idea, lo que si tenemos presente es su récord político: el señor Astudillo y don Mario Moreno han gobernado el municipio de Chilpanacingo de los Bravo entre los dos durante 12 años. De la presidencia municipal (segundo periodo) Astudillo saltó al Congreso local, para luego ser legislador federal y de esa legislatura junto con su tocayo Héctor Vicario (otro connotado miembro de la élite priista) llegaron a ocupar una curul en la Cámara de Senadores como representantes guerrerenses al Congreso de la Unión.
De esta larga y brillante carrera política ¿qué recuerda usted que haya hecho el ahora gobernador electo por el municipio y por su estado? Nada. Las carencias de toda la vida siguieron agravándose ante la incapacidad e indolencia del experimentado político. En cambio, la violencia desplegada por el crimen organizado, los cárteles de la droga, fue creciendo en esos 12 años y ahora es de tal magnitud, que la capital del estado es considerada como la ciudad menos recomendable para vivir de todo el país.
Después del triunfo del candidato institucional, los opositores al régimen priista se preguntan ¿por qué ganó Astudillo las elecciones? Contestar e esta interrogante de manera seria, objetiva, no es tan simple. Distintos y variados son los componentes políticos que lo determinan, y tratando de responder lo más elemental sería lo siguiente:
–El atraso político de los ciudadanos guerrerenses se combina con la amplia experiencia de manipulación de la dirección y los cuadros medios del PRI en los procesos electorales
–La corrupción de los partidos de izquierda. Nos referimos a las organizaciones que privilegian las elecciones sobre el trabajo político permanente y la vinculación con distintos sectores sociales; este alejamiento de los ciudadanos en general, conduce a la disputa interna por curules locales y federales para obtener espacios de gobierno y de representación popular a cualquier costo.
Así funcionarios y representantes populares de oposición, cada vez se parecen más a sus adversarios, gobiernan mal y entregan malas cuentas igual que ellos.
La posición político-ideológica se va desdibujando carcomida por la corrupción. Todos los partidos son iguales, dice la conseja popular. Ya no son necesarios, afirman otros. Los políticos son la escoria de la sociedad, murmuran.
Ante este panorama no existen recetas. ¿Qué procede?
Empezar de inmediato a vincularse con los ciudadanos, mujeres y hombres, organizando asambleas populares u otras tareas que surjan; pugnar por la organización y coordinación entre las distintas agrupaciones políticas y productivas; elaboración de un estrategia común en los puntos centrales donde estén de acuerdo los principales actores. Esta gran alianza debe ser estatal y nacional.
Evitar caer en el juego de los adversarios. Las organizaciones, los partidos y la política son necesarias, los regímenes corruptos, como el que ahora estamos padeciendo han distorsionado estos conceptos y en la medida que se les dé la valorización correspondiente avanzaremos más rápido.
Utilización de los medios electrónicos, propios y comerciales. Hay que tener presente que la información (y distorsión) sobre todo la televisiva, es el arma de mayor eficacia que tienen los dueños del capital para controlar al latente descontento social.
Es perentorio conocer la realidad que estamos viviendo, distinguir lo primordial de lo secundario, diferenciar a nuestros aliados de nuestros adversarios para tener claros los objetivos a los que queremos llegar para poder construir una sociedad menos desigual y más justa.
Guerrero desde la llamada Guerra Sucia ha sido un estado militarizado. El número de soldados que llegó para combatir a la guerrilla, ya nunca disminuyó, por el contrario ha venido aumentando. La violencia imperante entre los distintos carteles de la droga es un buen pretexto para mantener el control militar en los puntos de mayor incidencia del crimen organizado. Pero existe otro motivo, no menos importante que es el de impedir la organización de los movimientos sociales.
Hasta el momento de escribir estas líneas no existen más que rumores sobre los nombres de quienes formaran el gabinete gubernamental. Todo indica que será el retorno de los brujos.
¡Salve, César, los que van a morir te saludan!