EL-SUR

Sábado 14 de Septiembre de 2024

Guerrero, México

Opinión

Sepa la bola

Juan García Costilla

Julio 30, 2005

CANAL PRIVADO

La verdad es que se acostumbra uno al silencio, al hermetismo. Llega uno a creer que así deben ser las cosas, que no hay mejor manera de ejercer el poder. Me refiero obviamente a nuestros gobiernos que poco dicen y menos informan.

Lo peor es que después nos acostumbramos también al rumor, a resolver la incertidumbre y la ignorancia sobre los asuntos públicos con medias verdades, con fantasías construidas a partir de pedacitos de realidad.

Porque está perfecto, por ejemplo, lo que pasa en Acapulco Diamante: los hoteles y edificios están chingones y el nivel de las instalaciones está perrón. Y mejor aún está el proyecto del Corredor Turístico de la Costa Grande: con planeación y control Fonatur y toda la cosa. ¡Guau! Ya era hora de aprovechar el enorme tesoro de nuestras riquezas naturales.

Pero más allá de las inversiones millonarias, de la danza alegre de cifras en dólares que asombran cada vez que aparecen en la prensa, me gustaría saber cómo piensa el gobierno estatal que nos va a ir a nosotros, a todos, a los guerrerenses, al pueblo pues. Qué espera a cambio de concesionar la explotación empresarial de lo que es nuestro.

O sea: cuánta lana le va a generar al erario público, cuántos contratos van a firmarse con empresarios locales, cuántos empleos se van a crear, además de los directos, temporales y permanentes. Y luego, qué piensan hacer con ese dinero: en qué, dónde, cómo, para qué y con quiénes se lo van a gastar.

Pero de eso nada.

Y si en ese tema se siente gacho no saber, cuando se trata de violencia, crimen organizado y narcotráfico, la verdad se pone uno bien paranoico.

Porque sobre esos asuntos nadie dice nada.

Por ejemplo, ahora que por fin llegó la PFP, los que la dirigen no quieren ni hablar, están mudos; el gobernador dice que sobre ese tema le toca hablar al Ayuntamiento; el alcalde responde que son tecnicismos (¡!) y que sólo a la PFP le corresponde abordarlos. Y va de nuez.

¡Chale! Y como no dice nadie quiénes son los malos y qué tantos y peligrosos son y qué hacen para enfrentarlos, pues uno no tiene de otra más que recurrir al rumor.

“Sí, el narco esta gruesísimo en Acapulco; se andan peleando la plaza; tienen un montón de lana; se trajeron como a cien sicarios de Michoacán o de Jalisco o de Sinaloa; son rete desalmados y tienen un arsenal que ya quisiera el subcomandante Marcos; la policía es cómplice, los ayudan, se vende; y fulano, zutano y mengano, segurito que son narcos; los políticos también se llevan su tajadota…”. Y de ahí pa’l real, lo que vaya saliendo.

“Yo no puedo especular. Yo hablo de datos e información concreta”, dijo el miércoles el general Salinas Altés.

Me parece estupendo. Un funcionario con responsabilidades tan serias como las que debe enfrentar el secretario de Seguridad Pública no puede darse el lujo de andar adivinando frívolamente.

Pero lo malo es que don Heriberto sólo cumple con la mitad de su compromiso. Es fácil no especular si no se dice nada; porque los datos y la información concreta nomás no aparecen por ningún lado.

Digo, algo más que lo que cualquier reportero novel puede conseguir en la calle en el momento de los hechos, con algún testigo ocasional.

En serio general, no es por molestar. Ah, porque eso sí, luego, luego se enojan cuando anda uno de preguntón.

“Es información confidencial, privilegiada, no podemos poner en riesgo la investigación, no vamos a alertar a los criminales”, responden muy seriecitos.

Estoy de acuerdo. No se trata de dar pitazos, que de por sí me late que uno que otro poli los hace llegar a los malosos. Pero es que no sabemos nada, diatiro nada.

A ver: ¿qué sabemos de los que mataron a Alexis Iglesias, a los dos policletos en La Condesa, a Robles Catalán, a los preventivos y al joven el 5 de febrero, al vendedor de la Buenos Aires en la avenida Cuauhtémoc, por nombrar sólo algunos casos?

¿Verdad que casi nada? No se vale.

Sobre todo porque de repente dicen que son intentos para desestabilizar al gobierno… ¿y qué más? Lo dejan a uno en ascuas.

O sea que además de la marmaja –porque la meta principal es siempre el dinero–, ¿ahora también quieren tumbar gobiernos? Ya ni la…

Entonces digan de dónde creen que vienen esos gandallas, por dónde se meten, quién los protege.

Porque en los cinco casos que mencioné, la policía no ha agarrado a ni uno. Cinco-cero el marcador, goliza, masacre.

Y casi todos los crímenes fueron en avenidas y calles céntricas, en la mañana, a la vista de muchos. Los criminales no parecen tener temor alguno de ser capturados.

El jueves anunció orgullosa la PGJE que ya tenía los retratos hablados de los que mataron al señor del Jaguar, los que iban en un BMW (¿o sea no? Matones pero con buenas naves).

Cinco días después. ¿No es mucho tiempo para un bosquejo? Eso si les cree uno, porque dijeron que ya los tenían, aunque no los enseñaron. Entonces, ¿para qué sirven los retratos hablados si no los difunden por todos lados?

De veras mis queridas autoridades, no sean mala onda: díganos más. Yo no les echo la culpa de que haya narcos, ni secuestradores, ni roba carros. Pero sí les exijo que los persigan, repriman, investiguen, detengan, y metan al bote por un chorro de años.

Y para hacerlo necesitan del apoyo, la denuncia y la ayuda de la sociedad. Pero si no nos dicen nada, la verdad no es fácil confiar en que están haciendo bien su chamba.

 

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