EL-SUR

Sábado 07 de Septiembre de 2024

Guerrero, México

Opinión

T.C. Boyle: en el cielo con diamantes

Adán Ramírez Serret

Marzo 31, 2023

 

La necesidad del ser humano de trascenderse a sí mismo es inmemorial. En todas las culturas y en todas las épocas, la humanidad ha intentado salir de la cotidianeidad, exaltar los sentidos o dispersar su conciencia. Para evadirse, para ver el futuro, para superar la muerte… Dar un salto hacia el fascinante y desconocido mundo de la mente humana.
Sin embargo, aunque las drogas son tan antiguas como la civilización, para la cultura occidental moderna su uso nos remite a una época particular y a un país y a una generación en especial. A Estados Unidos a mediados del siglo XX.
Es sobre estos años y sobre los descubrimientos sicotrópicos sobre lo que va Una libertad luminosa de T. C. Boyle (Nueva York, 1948).
Todo comienza en Basilea en los años 40. Cuando un doctor experimenta con el extracto de un hongo, con un pequeño líquido que será conocido como LSD.
El doctor sabe que necesita un conejillo de indias particular para experimentar. Pues hacerlo con un conejo, un ratón o una paloma, serviría de muy poco, pues cómo saber aquello que experimenta. Es imprescindible la riqueza en el lenguaje humano para expresar los colores, sonidos e imágenes vistas. Así que, para estar lo más cerca del experimento, decide ser él mismo quien viva esa primera experiencia en el mundo.
El hombre tomará una mínima cantidad, y a su cargo estará su joven asistente. Todo esto sucede en la sobria, formal y súper ordenada Suiza de los años 40. Al principio el doctor no siente absolutamente nada, pero poco tiempo después comienza a ver colores con los que nunca ha soñado. Y para sorpresa de la joven asistente, comienza a reír de manera desenfrenada. A actuar como un niño o como un salvaje y no como un sobrio doctor suizo. Ella no sabe qué hacer y le propone salir del hospital para que nadie note su comportamiento en el lugar de trabajo. Le pregunta entonces si puede subirse a la bicicleta para irse a su casa. Y el doctor le responde que claro y es cuando ve las avenidas de Basilea como chorros de luz fluctuante y se lanza sobre ellos en el primer viaje con ácido lisérgico de la historia.
El siguiente capítulo se sitúa 20 años después, en Boston, Estados Unidos con un grupo de sicólogos que sienten y tienen la certeza de que están cambiando el mundo. Desde la universidad de Harvard, tomando unas gotas de LSD, piensan que tienen un acercamiento mucho más profundo al cerebro que el que pueden dar 20 años de terapia. Freud les parece arcaico. Así que hacen sesiones en sus casas en donde escuchan jazz y consumen el ácido.
Ha nacido un nuevo mundo. Y entre whisky, sexo y sicología, comienza a aparecer una visión mística, ¿acaso eso sea Dios? Y ellos, completamente agnósticos, ¿tienen la posibilidad como nadie nunca en la historia de la humanidad de verlo, de estar ante lo divino?
Este es el inicio de una era, de una generación que cambió el mundo porque sentía que estaba viviendo algo por primera vez. Y quizá fue así, pues aunque el uso de alucinógenos es tan antiguo como la humanidad, era una práctica ritual parte de una cosmovisión cerrada; y que el que se dio en el mundo occidental del LSD, era con fines de descubrir, de saber lo que había dentro del cerebro.
Una libertad luminosa es una novela ligera y profundamente divertida que cuenta esos años en los que el abuso del ácido lisérgico deshizo muchas vidas, pero también hizo que la humanidad pensara exóticas nuevas formas sociales como las comunas. Y, en el terreno del arte, el LSD dejó obras pictóricas, literarias y musicales únicas. Basta escuchar Lucy in the Sky With Diamonds para experimentar una libertad luminosa.
T.C. Boyle, Una libertad luminosa, Madrid, Impedimenta, 2021. 413 páginas.