EL-SUR

Jueves 17 de Octubre de 2024

Guerrero, México

Opinión

Una vez más: Pegasus contra periodistas y defensores

Tryno Maldonado

Abril 25, 2023

El Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez (Centro Prodh) hizo público que, hace unos meses apenas, dos de sus integrantes recibieron un correo electrónico de la empresa Apple donde les advertían: “Alerta: atacantes patrocinados por un Estado pueden tener como objetivo tu iPhone”. Y el mensaje de advertencia de la compañía concluía: “Estos atacantes probablemente están identificándote individualmente como objetivo por quien eres o por lo que haces”.
La instancia forense Citizen Lab de la Universidad de Toronto confirmó que los teléfonos de la coordinadora del área internacional del Centro Prodh, María Luisa Aguilar Rodríguez, y del director general del mismo, Santiago Aguirre, fueron vulnerados en cinco oportunidades entre junio y septiembre de 2022. Las fechas coinciden con las del Centro Prodh cuando realizaban investigaciones de abusos militares, a la vez que denunciaban públicamente los riesgos del paulatino proceso de militarización que se está llevando a cabo en el país.
Sin embargo, no es la primera vez que defensores de derechos humanos del Centro Prodh son vulnerados por su trabajo. Casi de idéntica manera los equipos de Santiago Aguirre y el entonces director del centro, Mario Patrón, fueron intervenidos con el mismo malware Pegasus en 2017, durante el sexenio de Enrique Peña Nieto, mientras acompañaban en sus momentos más álgidos a las familias de los 43 normalistas de Ayotzinapa desaparecidos por las fuerzas armadas y crimen organizado.
El presidente Andrés Manuel López Obrador ha sido cuestionado en sus conferencias matutinas sobre la información del reportaje “Ejército espía”, elaborado por la Red en Defensa de los Derechos Digitales (R3D), Artículo 19 y Social Tic en coordinación con Proceso, Aristegui Noticias y Animal Político. Las pruebas de que el Ejército ha espiado más recientemente, por ejemplo, al defensor de derechos humanos Raymundo Ramos con Pegasus exhiben una constante en los objetivos de este aparataje de inteligencia de Estado: defensores de derechos humanos y periodistas.
Se trata de un spyware heredado de las administraciones de Felipe Calderón y Peña Nieto para espiar a opositores. Una investigación llevada a cabo por Natalie Kitroeff para el New York Times que contrastó cuatro distintas fuentes, afirma que durante ese periodo el Ejército empleó ese malware, pues es el único cliente en el país de la empresa NSO que lo vende. Pero no sólo eso: Kitroeff confirma que México es el país cuyo gobierno actual es el más grande usuario de esta herramienta de espionaje, la más notoria del mundo. Sus objetivos, de nuevo: comunicadores y activistas.
A decir de Santiago Aguirre y María Luisa Aguilar en su texto publicado en el diario Reforma tras denunciar este nuevo episodio de espionaje en su contra, “la evidencia reunida esta ocasión retrata a un Ejército que está aprovechando su actual empoderamiento y su opacidad de siempre para abusar de esta tecnología, empleándola no para desarticular a la delincuencia organizada, sino para vigilar a periodistas y defensores de derechos humanos”.
El pasado 20 de abril, López Obrador –contrario a su costumbre de no recibir jamás a víctimas para “no manchar la investidura presidencial”– recibió a John y Gabriel Shipton, papá y hermano del activista australiano Julian Assange, a quien, declaró, “seguiremos defendiendo, pues es un preso político y su caso es un inaceptable agravio a la libertad de expresión”. Entre tanto, en México, durante los años que van de su gobierno, la aterradora cifra de 65 asesinatos de periodistas por ejercer su profesión parecen no quitarle el sueño ni –en absoluto– le resultan un “inaceptable agravio a la libertad de expresión”.
El texto de los defensores del Centro Prodh tras ser vulnerados en su privacidad una vez más por las fuerzas armadas con total impunidad y repetición del caso, cierra con una contundente cita de Edward Snowden que aplica para estos tiempos definitorios: “Argumentar que no te importa el derecho a la privacidad porque no tienes nada que ocultar, no es diferente a decir que no te importa la libertad de expresión porque no tienes nada que decir”.
Defender la libertad de expresión en el México de la llamada Cuarta Transformación, que ha empoderado a los militares hasta límites que violan los derechos humanos, no sólo implica el riesgo de ser vulnerados en nuestra propia privacidad; significa también, para muchas y para muchos desafortunadamente, poner en riesgo la vida.