EL-SUR

Sábado 07 de Septiembre de 2024

Guerrero, México

Opinión

Vivir con basura

Héctor Manuel Popoca Boone

Octubre 08, 2016

No solamente tenemos gobiernos municipales fallidos emanados del PRD, los hay también del PRI y de otros partidos políticos. De acuerdo con Jorge Zepeda Patterson, gobierno o Estado fallido es aquel “carente de control en amplias regiones de su territorio, que no puede garantizar la seguridad de los habitantes, exhibe altos niveles de corrupción, no provee servicios básicos a la población, es incapaz de derrotar a los grupos armados que lo desafían, afronta un extenso mercado informal y es incapaz de hacer cumplir la ley.” Dicha definición es aplicable al gobierno municipal de Chilpancingo.
La cabecera municipal que está localizada en una gran cañada, ha enfrentado múltiples dificultades en su crecimiento, por su desnivelada configuración geográfica, que limita su expansión física. Su desarrollo urbano nunca fue guiado por un adecuado plan director. Anarquía y la corrupta especulación inmobiliaria, han marcado su derrotero. Los gobernantes municipales han abultado sus riquezas personales al tener un autismo interesado para reglamentar realmente -en los hechos y no solo en el papel- el devenir de la ciudad.
La ciudad de Chilpancingo ha tenido un alto crecimiento poblacional: cuenta hoy con alrededor de 200 mil habitantes incluyendo Petaquillas. Dotarla de agua suficiente con menos arcilla siempre ha sido una meta inalcanzable y un problema irresoluble a corto plazo, que se agrava cada vez más. Ha sido onerosa el establecimiento de una red hídrica y sanitaria domiciliaria en terrenos escabrosos y de fuerte pendiente. La conversión paulatina del rio Huacapa en un canal de desagüe de aguas residuales es muestra fehaciente de la ineficiente estructura de tratamiento de aguas negras; contaminando a su vez, tierras y ríos localizados aguas abajo de la ciudad.
Como pueblo que era, sus calles fueron trazadas para un aforo pequeño de tráfico vehicular, salvo las avenidas que atraviesan longitudinalmente la ciudad y que ahora son del pleno dominio de las numerosas y alocadas “urvans”. Las demás calles van cuesta arriba por las laderas, muchas de ellas sin banqueta, por su angostura y mal trazo. Las colonias proletarias están localizadas en las partes altas, entre barrancas y zonas de riesgo que, por lo mismo, mantienen encarecidos los servicios públicos, principalmente agua, drenaje y pavimentación de calles.
Hoy existe crisis en la recolección y depósito de la basura citadina. No hay relleno sanitario donde enterrar aproximadamente 160 toneladas que se generan diariamente de residuos sólidos urbanos. Tamaño descuido gubernamental provoca un grave problema de salud pública. Eso se lo debemos a los consecutivos gobernantes (PRI) que han mal administrado la cosa pública de la capital y que no vieron más allá de sus narices y bolsillo, en términos generales.
Solamente en una entidad amapolera -que no bananera- como la nuestra, le sucede esto a su capital, primera ciudad en importancia política y segunda por relevancia económica. No se ve hasta cuándo viviremos con la basura desparramada que ahora empieza a ser parte de la imagen urbana de calles, colonias, barrios y de la ciudad entera. Si un gobierno no puede otorgarle a la ciudadanía los mínimos elementales en materia de seguridad pública, servicios municipales de calidad, infraestructura básica urbana, así como una eficiente y honesta administración gubernamental que se traduzca en atención inmediata de la demanda ciudadana, más pronto que luego, dicho gobierno merecerá el repudio de la población entera.

PD1. Sr. Secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, le informo en mi calidad de ciudadano en vigila que los guerrerenses no le tememos a la instalación de la alerta sobre la violencia de género. ¡Clamamos por ella! El pavor institucional se localiza en el Edificio Tierra Caliente, 2º Piso, del Palacio de Gobierno.
PD2. El ex gobernador de Sonora (PAN), Guillermo Padres, prófugo de la justicia por corrupto, es aficionado a los caballos pura sangre, valuados en millones de pesos. En Guerrero, el rector de la principal universidad pública y un diputado federal del PRD, tienen la misma inclinación. ¡Uf!