EL-SUR

Sábado 07 de Septiembre de 2024

Guerrero, México

Opinión

Zadie Smith y las listas de los mejores libros

Adán Ramírez Serret

Julio 19, 2024

En días recientes el prestigioso periódico estadunidense The New York Times publicó una lista de los que considera los 100 mejores libros escritos en lo que va de estos ya 24 años del siglo XXI. Las selecciones son polémicas porque siempre quedará alguien fuera de manera injusta; se revisan a los autores y autoras incluidas como si se tratara de un premio. Nos alegramos profundamente con la inclusión de unos y nos enojamos con la de otros como si se tratara de una derrota deportiva. Al grado que he sabido que se han llegado a llamar para decirse: “ya ves, sí está tal, y tú que dijiste que era fatal”. Estar significa ser bueno y quedar fuera es el olvido y pensamos en los excluidos como si hubieran sufrido una triste e irreparable derrota.
Pero por fortuna estar o no en una lista no lo es todo, yo le apuntaría un subtítulo un tanto evidente, pero que considero erróneo obviar: los 100 mejores libros que se pueden leer en inglés y que han sido publicados en esta lengua y en Estados Unidos en el siglo XXI, está Los detectives salvajes de Roberto Bolaño, por ejemplo, que fue publicada en 1998. Dice el subtítulo de la lista: “Votaron 503 novelistas, hubo de no ficción, escritores, poetas, críticos y otros amantes de libros con una pequeña ayuda del equipo The New York Times Book Review”.
Entonces es una lista sesgada, como todas, de una percepción y un lugar; lo apunto, aunque es obvio, para subrayar su peso. Tras lo dicho, me resulta por demás interesante que esta lista haya salido precisamente en 2024, pues se cumplen 30 años de la publicación del siempre polémico, agresivo e importante El canon occidental del crítico norteamericano Harold Bloom. Además de incluir a brillantes autores y excluir a muchísimas mujeres, Bloom abre su serie de ensayos con Elegía al canon, en el cual, desde el propio título plantea una elegía, que es un lamento a la muerte de una persona o cualquier otro acontecimiento infortunado. Es decir, el canon, la selección de libros que hay que leer, si se ama la literatura, ya desapareció. Bloom es por demás reaccionario y llama escuela de “El Resentimiento” a todos aquellos y aquellas que quieran incluir a más autores que no sean necesariamente blancos y escriban en una lengua europea y, por supuesto, a mujeres. Escribe, pues, para señalar lo que considera perdido porque en efecto, para 1994 los artífices del canon, academia, instituciones y medios de comunicación afortunadamente, han cambiado. El mundo occidental, en especial Francia, Alemania, Inglaterra y Estados Unidos, han comenzado a preocuparse por incluir; el mundo ha cambiado en todos sentidos y es indispensable que también lo haga el canon, las listas de libros por leer.
Es por esto que celebro la lista del New York Times, por supuesto que hay autores que no me gustan y hacen falta muchos que me fascinan; pero la lista está con la mayor equidad que pudieron y eso no hay que obviarlo. El peso de occidente no es poca cosa y la pigmentocracia y el heteropatriarcado no se acabarán de un día para otro, pero se pueden combatir. Así que están Svetlana Alexievich, Junot Díaz, Toni Morrison, Lydia Davis, Lucia Berlin y de Latinoamérica, además de Bolaño, Fernanda Melchor y Benjamín Labatut. No se incluye demasiado, pero algo se hace. Y entre mis favoritas que no quisiera pasar de recomendar algunas están Jezmyn Ward, Chimamanda Ngozi Adichie y en especial Zadie Smith (Londres, 1975), de quien tengo sobre la mesa el libro de relatos Grand Union. Smith creció en Inglaterra y actualmente vive en Nueva York, es una brillantísima novelista además de una intelectual, no a la vieja escuela que esta palabra implicaba casi siempre seriedad; Smith tiene un gran sentido del humor y también un refrescante desparpajo. En uno de los relatos, Educación sentimental crea un personaje que se parece mucho a ella, lo cual es útil pues hablará de la vida sexual, el inicio y su educación desde fines de la adolescencia. No es ni iconoclasta ni moralina, Smith ya habita otro mundo, no sólo es incluyente sino diferente, puede amar a su madre al mismo tiempo que se ríe de ella; puede hablar de blancos, negros o la mezcla de ambos. Zadie Smith propone una literatura para otro mundo: para el que tenemos enfrente y no nos atrevemos a ver: uno en donde un nuevo canon nos habita.
Zadie Smith, Grand Union, Ciudad de México, Salamandra, 2022. 283 páginas.