Óscar Ricardo Muñoz Cano

Con la asistencia de decenas de personas, el pasado fin de semana (viernes, sábado y domingo) se presentó en el Centro Cultural Domingo Soler la obra Coatlicue 2.0. La diosa que vino del aire.
Además, fue parte del ciclo de presentaciones de obras del Circuito Nacional de Artes Escénicas en Espacios Independientes Chapultepec que llegó a su fin.
Escrita y actuada por Daniel Loyola bajo la dirección de Leonardo Villa, la obra mostró a la diosa ancestral Coatlicue, madre todos los dioses, y que vive en un peregrinaje eterno por el espacio y el tiempo en búsqueda de sus dos hijos perdidos.
“¿Acaso has visto a mis hijos? / ¿En el espejo quizá? / El uno tiene plumas / el otro risa jaguar”.
Ante la gente reunida en la sala Luis Zapata, dicha diosa enmascarada y con vestidos raídos por la edad vagabundea por distintos episodios de la historia en medio de sones –como El Fandanguito–, zapateados y una variedad de elementos de las artes y las tradiciones tradicionales de México, Latinoamérica y hasta de España –como la historia del árbol de la Señora Miseria– y que integran la identidad del mexicano.
Así, lo mismo recuerda la historia de la creación y de la destrucción del mundo mexica o se lamenta por las heridas de la Conquista a manos de los españoles.
De igual manera, canta a la creación de Tonatzin-Guadalupe o sepulta a los muertos devorados por la Revolución mexicana.
Todo lo anterior, de la mano del relato popular, con humor cáustico y haciendo que el espectador reflexione, entre otras cosas, acerca del carácter pícaro del mexicano, por ejemplo.
Este espectáculo, dijo el actor al término de su presentación, “es más bien un altar para todas y todos nuestros ancestros”.
Presentada por la compañía Ixinti de la Ciudad de México, Coatlicue 2.0. La diosa que vino del aire lleva ya 14 años en cartelera y se ha presentado en distintos escenarios del país, así como en Ecuador, Perú, Chile, Uruguay y Estados Unidos.