Primera de dos partes

Entre 2016 y 2018 la Cámara de Diputados destinó a Guerrero casi 100 millones de pesos para programas culturales sin proyecto específico alguno, ni institución responsable de ejecutarlo. La mayoría de esos proyectos son ejecutados a través de un consorcio llamado Grupo Difusión Científica, con sede en la Ciudad de México, que a su vez utilizó asociaciones civiles con residencia en otros estados, agrupaciones y empresas fantasma que facturaron por insumos inexistentes.
En el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) de 2016-2017, los diputados priistas y sus aliados del Partido Verde etiquetaron recursos federales para actividades culturales, sin proyecto alguno de por medio, por 95 millones 400 mil pesos, para aplicar durante 2017 en municipios de Guerrero.
Según documentos cuyas copias tiene El Sur, entre los programas aprobados, con títulos generales, sin especificar lugar de aplicación ni institución gestora responsable, están los siguientes: Programa cultural en Acapulco, con un millón 400 mil pesos; Programa incluyendo: Leamos todos, con 10 millones de pesos; Programa cultural para nativos digitales, con 15 millones de pesos; Programa de trascendencia cultural en tu ciudad, con 12 millones de pesos; Programa cultural para todos los habitantes de nuestra comunidad, con 15 millones de pesos; Programa cultural cuidando el medio ambiente, con 14 millones de pesos; Programa cultural aprendamos a leer, con 14 millones de pesos; Programa cultural táctil, con 10 millones de pesos; Programa de fortalecimiento cultural digital itinerante en Guerrero, con 3 millones de pesos, en total suman 95 millones 400 mil pesos.
Esas cantidades, sin etiquetado preciso y aprobadas por los diputados federales de la pasada Legislatura, contrastan con los 34 millones de pesos que le destinaron en 2016 a la Secretaría de Cultura de Guerrero para dar atención a las actividades culturales de todo el estado. Ese año la Cámara no aprobó apoyos para el festival La Nao ni para la Feria Internacional del Libro de Acapulco, pero sí millonarios recursos para proyectos que se realizaron con premura, y en muchos casos, con un perfil muy bajo en cuanto a su difusión.
Mediante una solicitud de información, la Secretaría de Cultura federal detalló que los recursos etiquetados para el Programa incluyendo: Leamos todos, con 10 millones de pesos; Programa cultural para nativos digitales, con 15 millones de pesos; Programa de trascendencia cultural en tu ciudad, con 12 millones de pesos; Programa cultural para todos los habitantes de nuestra comunidad, con 15 millones de pesos, fueron comprobados por los ayuntamientos de Ayutla, Copala, Marquelia y San Marcos, en ese orden y que esos ayuntamientos fueron los beneficiados.
De acuerdo con los documentos en la carpeta de comprobación en Secultura, fueron cuatro empresas las que facturaron para comprobar los 52 millones de pesos de los cuatro programas, estas son: SEBT de México, en la que aparece como representante legal Paola Fabiola Solyano y que al mismo tiempo también es representante legal de Grupo Difusión Científica.
SEBT de México se dedica a la supuesta comercialización de maquinaria neumática, no tiene sitio web, su residencia física está en un terreno baldío en Tehuacán, Puebla, y está vinculada con el ex gobernador de Veracruz, Javier Duarte de Ochoa, al que facturó 38 millones de pesos de gastos en Comunicación Social.
A pesar de ser una empresa fantasma y reportada ante Hacienda, la Secultura federal aceptó como buena su facturación. La dependencia también incumplió con la verificación de que los proyectos realmente se realizarán de acuerdo con lo planteado en el supuesto proyecto, e incumplió con la revisión exhaustiva de las comprobaciones, aprobando la facturación a través de empresas que no tienen nada qué ver con las cuestiones culturales.
Para comprobar los 15 millones de pesos de Nativos digitales, se utilizó otra comercializadora fantasma llamada Limaja de Puebla, cuyo representante legal es Fátima Santiago Vázquez, y según se dedica al giro de la publicidad y comercio al por mayor de artículos de limpieza. Tiene una página web vacía, no hay nada de lo que dice ofrecer: http://www.limaja.com.mx/limpieza/. Su domicilio fiscal es inexistente: en la dirección 19 Sur, 506, interior 101-A La Paz, Puebla, se ubica un edificio de la Procuraduría Federal del Consumidor, enfrente hay un lote baldío.
De acuerdo con los documentos de comprobación del programa Nativos digitales, la empresa Limaja de Puebla facturó al Ayuntamiento por equipo de cómputo, tabletas electrónicas, libros y otros insumos como mobiliario y artículos de limpieza. El ayuntamiento le emitió varios cheques hasta completar los 15 millones de pesos. Destaca que se hicieron licitaciones que se resolvieron en tiempo récord.
Dentro de la justificación está un festival cultural y unos talleres que se hicieron en Playa Ventura el año pasado. La empresa que según proveyó del material de cómputo y libros fue Grupo Difusión Científica, por medio de una triangulación.
Para usar los 15 millones de pesos destinados a programas culturales de San Marcos y los 10 millones de Ayutla, se utilizó otra empresa, también fantasma, de nombre Interline Soluciones, con sede en Saltillo, Coahuila.
La oficina aparente de esta “empresa” que factura millones de pesos, está en un domicilio particular identificado sólo por una lona con la razón social Interline Soluciones.
De acuerdo con los datos de comprobación, el representante legal es Carlos Pérez de la Fuente y se dedica a “la comercialización de software personalizado, comercialización de equipo especializado de educación y videoconferencias, implementación de circuitos y sistemas de seguridad, mantenimiento y comercialización de equipo de cómputo en general”. Pese a dedicarse a las tecnologías de la información, esta “empresa” tiene un sitio web vacío: http://www.interlinesoluciones.com/.