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Cultura  

Fallece el director Paul Leduc y con él se pierde una de las miradas más críticas del cine nacional

No se dieron a conocer las causas del deceso del realizador de Reed, México Insurgente y Frida, naturaleza viva

Agencia Reforma / RedacciónCiudad de México

Octubre 22, 2020

 

El cineasta Paul Leduc en 2016, cuando recibió el Ariel de Oro por su trayectoria, en la Ciudad de México Foto: Agencia Reforma

Tras padecer los embates, desde hacía tiempo, de una enfermedad crónica, ayer falleció a los 78 años el cineasta Paul Leduc.
Deja una obra cuya impronta artística independiente, crítica y social difícilmente será igualada en la cinematografía nacional.
Los allegados del cineasta, quien nunca estuvo interesado en hablar de sí mismo ante los medios, se reservaron los detalles de su partida.
“Su familia quiere discreción absoluta al respecto, me lo han pedido específicamente, así que no estoy autorizada a decirlo.
“Lamento que el Paul cineasta haya partido, pero más la partida de mi amigo”, dijo ayer a Reforma Ofelia Medina, protagonista del filme Frida, naturaleza viva (1983), considerada hoy un clásico.
Paul Leduc Rosenzweig (Ciudad de México, 1942) abandonó sus estudios de Arquitectura en la UNAM por el Taller de Artes Escénicas de un formador de talentos sin parangón: Seki Sano.
Tras este primer paso artístico, ganó una beca para estudiar cine en el Institute d’Hautes Etudes Cinématographiques, en París. A su regreso al país, decidió continuar con lo aprendido en Francia y fundó Cine 70, un proyecto donde produjo cortometrajes, entre otras actividades relacionadas con la industria audiovisual.
Leduc puso al día el demoledor relato del periodista estadunidense John Reed sobre las injusticias y abusos en la Revolución Mexicana en Reed, México insurgente.
Durante los 70, el realizador sustentó su formación profesional, cívica y política a través del documentalismo, afinado con cortos y mediometrajes (como Sur: Sureste 2604 y Etnocidio: Notas sobre El Mezquital).
Los 80 los inició con Historias prohibidas de Pulgarcito, que narra la ardua lucha armada de El Salvador.
“Era un hombre muy misterioso, de muy pocas palabras, como se ve en su cine. Todas sus películas tienen realmente pocos diálogos. El cine de Paul es de imágenes muy comprometidas, humanamente hablando.
“Era una persona de una cultura y militancia política maravillosa. Era muy calladito, nada más observaba, pero tenía un gran sentido del humor”, esbozó Medina.
Vivió preocupado por los precarios apoyos gubernamentales a la industria fílmica, por la falta de continuidad en los programas culturales y la, cada vez, más apremiante situación económica y social del país, pero jamás justificó su trabajo artístico.
“Lo que tengo que decir lo digo en mis películas, para qué defenderlas, ellas hablan por sí solas”, dijo en uno de los muchos intentos de Reforma por entrevistarlo durante dos décadas.
“Tenía claridad en lo que quería decir y cómo lo quería decir, por su profundo conocimiento del ser humano, de la situación social y política de Latinoamérica. Era un cineasta que comprendía la situación de México”, agrega la actriz.
“De las últimas pláticas que tuve con él, estaba muy consternado por la violencia en Chiapas. Siempre fue muy solidario con la organización que tenemos que trabaja por la niñez indígena.
“Él contribuía de la manera que podía siempre con este trabajo y esta lucha por los derechos de los pueblos indios y los derechos de los artistas”, aseveró la actriz, quien también colaboró con Leduc en Complot petróleo: La cabeza de la hidra.
Miembro querido en el gremio y emérito de la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas, recibió el Ariel de Oro en 2016, y en la gala pronunció una frase contundente.
“El cine mexicano es invisible”, aseveró.
Además de Frida, naturaleza vida, son capitales sus películas ¿Cómo ves? (sobre la cultura marginal en capital, con una memorable banda sonora de rock nacional), Barroco, Latino Bar y Dollar Mambo.
Sus últimos trabajos fueron Cobrador: In God we trust, con Peter Fonda, y el documental Caos.
“Estuve proponiendo a todos los amigos directores, a los no amigos y a todos los que conocía el hacer una película de Frida Kahlo.
“Todo mundo contestaba que no, que ella no le interesaba a nadie en ese 1984. Nadie quería hacer una película sobre Frida hasta que mi amigo Paul dijo: ‘¡Claro, hagámosla!’. Ahí está su naturaleza viva”, dijo Medina.
En ese título, es perspicua en la pantalla la química entre el director y la actriz.
“Nosotros ya teníamos un entendimiento, él decía lo que quería y yo sabía lo que esperaba de mí. Nada más, a veces, me decía más o menos, pero teníamos muy trabajado el asunto”, aseveró.

Su polémico discurso en la entrega del Ariel de Oro

Uno de los momentos más recordados de Paul Leduc, fuera de su trabajo en los sets, fue el polémico discurso que dio al ser merecedor de un Ariel de Oro en 2016.
“Hoy, cuando se está construyendo la Secretaría de Cultura, de la que depende el cine, convendría que fuera para todos claro cuál es el proyecto de cinematografía que se pretende impulsar.
“Hoy me parece que la Academia debería participar en esa discusión. El año pasado, se nos dice, se filmaron en México 145 películas; un puñado de ellas están recibiendo en esta ceremonia un puñado de premios. Ojalá estos premios contribuyan a hacerlas visibles, porque la mayoría, según cifras oficiales, podrían permanecer prácticamente invisibles aunque se estrenen, si lo logran”, señaló.
“Algunos datos: se declara que el año pasado fue superado el récord de películas producidas desde la Época de Oro del cine nacional, pero se omiten dos datos. Primero, aquel cine se veía, el actual no. Segundo, de lo producido el año pasado, se apoyaron 78 cortometrajes, 21 documentales, los largometrajes de ficción fueron 46, no comparables con los 80 de 1945.
“Qué bien que se apoyen cortos y documentales. Esto no pasaba hace 70 años. Pero de los 30 realizados en 2014, sólo cuatro se vieron en pantalla grande”, agregó.
Paul concluyó su participación señalando que el cine mexicano, “aunque pasa por uno de sus mejores y más diversos momentos creativos, paradójicamente parece guiarse, en demasiados casos, por aquella frase célebre inscrita en letras de oro en esas mismas cámaras legislativas y dicha por uno de nuestros más respetados políticos. Aquella que dice: ‘Pos entonces va pa’ tras, apá, esa chingadera no pasa. Cine mexicano va pa’tras, no pasa. Ni te preocupes, apá.
“El cine en México sigue siendo negocio, pero no para los cineastas mexicanos”.

Reacciones

“Mucha tristeza , murió mi maestro, mi mentor y mi amigo. Me cuesta trabajo creerlo. Descansa en paz querido Paul Leduc”, compartió el director Everardo González (La libertad del diablo, Los ladrones viejos) en su cuenta de Twitter.
Por su parte, la secretaria de Cultura federal, Alejandra Frausto Guerrero, expresó sus condolencias en la misma red social.
“Me duele la muerte de Paul Leduc, cineasta de vanguardia. Su obra, con dimensión social, ha dado clásicos como Reed, México insurgente o Cobrador. Su mirada denunció los abusos a las comunidades otomíes en el valle de El Mezquital. Abrazo fuerte a Juan, Valentina, Bertha y Luisa”, escribió.
La cuenta Cultura UNAM Cultura tuiteó: “Creador de obras fundamentales de la cinematografía mexicana como Reed, México insurgente, ¿Cómo ves? y Frida, naturaleza viva, Paul Leduc es uno de los realizadores más importantes del cine nacional. Lamentamos su fallecimiento”.
Mientras que la Cámara Nacional de la Industria Cinematográfica (Canacine) lamentó el fallecimiento del gran cineasta. “Nuestro más sentido pésame a su familia. Descanse en paz”, escribieron en su cuenta de Twitter.
La Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas (AMACC) destacó la labor del “director, escritor, editor y productor de amplia y reconocida trayectoria a nivel nacional e internacional; quien además fue ganador de seis Premios Ariel”.
El Canal 22, adelantó que la televisora transmitirá parte de la obra del “destacado cineasta y amigo, con quien mantenía estrecha colaboración”.